Sucesos

Instrucción 4 de Sueca se hace cargo de la investigación del accidente del Medusa Festival en el que ha muerto un joven de Ciudad Real

Jóvenes asistentes al evento denuncian “momentos de caos”

El joven de 22 años que falleció esta madrugada durante los derrumbes producidos por un vendaval que azotó el recinto de conciertos del Medusa Festival de Cullera (Valencia) era natural del municipio de Daimiel (Ciudad Real).

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Sueca (Valencia), en funciones de guardia, ha sido el responsable del levantamiento de su cadáver y se ha hecho cargo de la investigación sobre lo sucedido.

El juzgado, según ha informado el TSJCV, ha abierto diligencias previas para investigar los hechos, solicitar los informes periciales correspondientes y acordar la práctica de las diligencias que considere oportunas.

Además del joven fallecido, cuatro personas más se encuentran hospitalizadas con heridas de diversa consideración en hospitales de Valencia y Alicante, entre ellas una chica de 19 años con la columna vertebral rota.

Momento caótico

Algunos de los asistentes al Medusa Festival de Cullera han destacado el “momento caótico” que vivieron en una situación, que han dicho, se produjo “de improviso”.

Una de las asistentes ha explicado que de repente empezó a aparecer un montón de arena y a llover y “empezaron a caer cosas del escenario”, “que hubo jaleo” y al rato llegaron las ambulancia y la policía.

Preguntada por si pasó miedo, ha dicho que “un poco” porque “tampoco sabía de qué manera teníamos que evacuar. No teníamos información de nada, no nos dejaron salir por la puerta de emergencia y tampoco estaba bien puesto en el plano por dónde teníamos que salir. Todo estaba muy desorganizado”.

Tras señalar que fue un momento caótico y que “nada” estaba controlado dentro, esta joven afirma que todo pasó de forma muy rápida: “Estábamos bailando y de repente empezaron a caer las cosas”.

Otro chico procedente de València asegura que vivió la situación “con un poco de estrés” porque empezó a soplar el viento muy fuerte y con muchísima arena y con algo de lluvia, y “nos empezamos a mover” cuando apagaron las luces y la música “por si acaso, por precaución”.

Según explica, fue un “largo camino” hasta las tiendas de campaña y allí pudieron comprobar que muchas de ellas y las lonas para protegerse del sol habían volado. “Tuvimos suerte, pero mucha gente no”, ha asegurado antes de advertir “largas colas” para poner reclamaciones a la organización.

Asegura que no pasó miedo porque había mucha gente y estaban protegidos, pero reconoce que el viento y la arena eran “muy molestos”, y explica que todo se produjo “de un momento a otro, fue cuestión de segundos”.

Otra de las asistentes al Medusa Festival explica que cuando ocurrió todo estaba junto al escenario principal. “Estaba todo guay, todo perfecto, y de repente ves toda la arena moviéndose y ráfagas fortísimas”, explica, para indicar que todo el suceso “no duró más de 15 minutos”.

Al caer gotas de lluvia y pensar que iba a producirse un chaparrón se dirigieron al camping y más tarde supieron que había habido heridos. Salieron del lugar “muy tranquilamente porque seguimos el flujo. con mucha tranquilidad salimos hacia la salida principal y no tuvimos problemas”.

Preguntada por cómo está el ánimo de la gente, indica que a todos les gustaría que el festival continuara, porque cree que Medusa tiene la capacidad de encargarse de resolver el problema, aunque reconoce que “está claro que es un hecho traumático que le podía haber pasado a cualquiera”.

Un joven procedente de Canarias explica que mientras estaba en el concierto empezó una “ráfaga de viento muy fuerte y que quemaba, como si fuese un lanzallamas, además de una lluvia fría rara. Y dijimos que nos íbamos”.

“Se paró la música y empezaron a llegar ambulancias y gente y parte del escenario en el suelo. Una catástrofe”, ha explicado para añadir que cuando quisieron salir “había vallas en suelo y todo estaba tirado” y cuando llegaron al camping vieron que “todo estaba destrozado y no había lonas”.

También ha explicado que querían salir por la puerta de emergencia y les dijeron que todos debían hacerlo por la misma puerta, “imagino que para evitar riesgos y tenerlo todo más controlado”, y aunque afirma que es una “lástima” lo ocurrido porque “vienes a pasarlo bien, podemos decir que no nos ha pasado nada. La salud es lo importante, la fiesta es lo secundario”.

También otro asistente al Medusa Festival, procedente de Barcelona, ha explicado todo se produjo “de un momento para otro” y aunque pensaban que era una “tormenta normal”, la policía y el personal de seguridad les dijo que salieran.

“Todo el mundo estaba saltando las vallas por encima, no había camino fijo. Se vivió con bastante caos, fue bastante caótico, pero tampoco fue exagerado”, indica para añadir que no pasó miedo porque estaban en un escenario distinto al que ocurrió el accidente.

A juicio de otro de los asistentes, “parecía una película, una especie de ‘walking dead’, muy caótico todo” y señala que hay gente que se está yendo y otra siguiendo la fiesta por su cuenta pero “el ambiente es bastante triste”.

Reconoce que tras una “época dura” por la pandemia de covid, “veniamos a disfrutar. Estaba siendo un día increíble, un día a disfrutar” y confiesa que tuvo algo de miedo por el pánico que se crea, ya que “incluso se dijo que había caído la noria sobre la gente”.