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Neurociencias

¿Zurdo o diestro? Una proteína en el embrión lo decide

Durante la etapa embrionaria, los hemisferios del cerebro se conectan de manera diferente, lo que en parte determina cómo nos comportamos.

En el embrión ya se decidiría si serás zurdo o diestro severyanka severyankaseveryanka severyanka

Desde el preciso instante que nacemos ya tenemos inclinación hacia el lado diestro o el llamado “siniestro” o izquierdo. Este adjetivo, vinculado a lo negativo, ha hecho que durante mucho tiempo los zurdos tengan mala prensa, pero la ciencia ha demostrado que podría ser una ventaja. La pregunta es, ¿cuándo comienza esto?Un estudio publicado en Nature habría dado con la respuesta.

Un equipo de científicos, liderados por Sebastian Ocklenburg, neurocientífico de la Facultad de Medicina de Hamburgo, en Alemania, examinó variantes genéticas raras de una base de datos de más de 350.000 voluntarios para buscar pistas sobre lo que influye en la lateralidad en los humanos. Sus hallazgos implican a las tubulinas, proteínas que forman los esqueletos internos de las células.

La clave, según el estudio, está específicamente en partes del ADN que codifican proteínas y se suman a estudios previos que vinculaban las variaciones genéticas con la lateralidad. Durante la etapa embrionaria del desarrollo humano, los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro se conectan de manera diferente, lo que en parte determina comportamientos innatos, como dónde nos inclinamos cuando abrazamos a alguien, de qué lado de la boca tendemos a masticar la comida y, sobre todo, cuál es nuestra mano dominante. Esta resulta ser la mano izquierda de alrededor del 10% de la población humana.

Debido a que la mayoría de las personas tienen una clara preferencia por una mano sobre la otra, encontrar genes relacionados con la lateralidad puede proporcionar pistas sobre la base genética de la asimetría izquierda-derecha del cerebro.

Estudios previos que analizaron datos de todo el genoma del Biobanco del Reino Unido encontraron 48 variantes genéticas comunes asociadas con la preferencia por la mano izquierda, que se encontraban en su mayoría en regiones no codificantes del ADN. Estos incluían secciones que podrían controlar la expresión de genes relacionados con las tubulinas. Estas proteínas se ensamblan en filamentos largos en forma de tubos llamados microtúbulos, que controlan la forma y los movimientos de las células.

El equipo de Ocklenburg buscó variantes genéticas en secuencias codificadoras de proteínas. Su análisis descubrió variantes en un gen de tubulina, denominado TUBB4B, que era 2,7 veces más común en personas zurdas que en diestras. Así, los microtúbulos, podrían influir en la lateralidad porque forman cilios (protuberancias parecidas a pelos en las membranas celulares) que pueden dirigir los flujos de líquido de forma asimétrica durante el desarrollo.

A pesar de afectar solo a una pequeña proporción de las personas incluidas en este considerable conjunto de datos, las variantes raras "pueden dar pistas sobre los mecanismos de desarrollo de la asimetría cerebral en todos", dice el estudio. Estos hallazgos allanan el camino para futuros trabajos que determinen cómo los microtúbulos, que a su vez tienen una "orientación" molecular, pueden dar un "giro asimétrico" al desarrollo temprano del cerebro.