Paleontología
No fue un meteorito sino volcanes los que extinguieron a los dinosaurios
Es la conclusión de una simulación que evaluó los efectos de una actividad volcánica que habría durado un millón de años.
Hace 66 millones de años se produjo un evento catastrófico en el planeta que barrio con un 75% de la vida. Y todavía seguimos discutiendo sobre el responsable: ¿fue un asteroide o fue la actividad volcánica? El último estudio al respecto, publicado en Science, señala claramente al último: la actividad volcánica.
Un equipo de científicos, liderados por Alexander Cox y Brenhin Keller, de la Universidad de Darmouth, ideó una nueva forma de identificar al culpable : dejar que los ordenadores decidan. "En lugar de abordarlo desde la perspectiva de 'culpemos a los volcanes y expliquemos por qué' o 'culpemos a los asteroides y expliquemos por qué'", el objetivo era tener la menor participación o sesgo humano posible en el proceso”, explica Cox en un comunicado.
La idea de los autores era actuar como forenses y viajar hacia el pasado utilizando evidencia de la escena del crimen. En este aspecto hay una prueba irrefutable: los núcleos perforados en sedimentos de las profundidades del océano contienen datos geológicos que apuntan a explosiones mortales de gas en la atmósfera, en particular dióxido de carbono que calienta el planeta y dióxido de azufre que acidifica los océanos.
El único obstáculo es que esos gases podrían tener que ver tanto con el impacto del asteroide, que incineró rocas en la superficie del planeta, como con las erupciones de las Traps del Deccan (una región de la India que se destacaba por formar una región volcánica de unos 500.000 km²).
Para desentrañar las contribuciones relativas de cada acusado, Cox y Keller, utilizaron un modelo estadístico. Ese enfoque considera sistemáticamente la probabilidad de diferentes escenarios de emisiones de gases de las diferentes fuentes, convergiendo hacia posibles soluciones a medida que los resultados de las simulaciones se acercan cada vez más a las observaciones geológicas.
Lo que hizo que el enfoque de los investigadores fuera particularmente poderoso es que aprovecharon 128 procesadores diferentes para ejecutar escenarios en paralelo, dice Cox. "Luego, todos los procesadores compararon su desempeño al final de cada ejecución del modelo, como compañeros de clase que comparan respuestas". Esa computación paralela hizo que los cálculos, que de otro modo habrían durado un año, solo tomaron unos pocos días.
Las simulaciones por ordenador determinaron que la cantidad de gas arrojada a la atmósfera, solo por la actividad volcánica, era suficiente para explicar los cambios en la temperatura y el ciclo del carbono determinados a partir de los datos de foraminíferos en los núcleos de perforación. En cuanto al impacto del asteroide, que formó el enorme cráter Chicxulub en lo que ahora es México, probablemente no produjo un gran aumento en el dióxido de carbono o el dióxido de azufre, según el estudio.
El resultado sugiere que las explosiones masivas de gas producidas por las erupciones de las Traps del Deccan fueron las únicas capaces de causar el evento de extinción. La actividad volcánica de esta región, que se extendió casi un millón de años, arrojó enormes cantidades de lava llena de gas.
Pero muchos científicos no están convencidos de que estos hallazgos proporcionen la respuesta definitiva. "Es una forma elegante de abordar este problema - afirma Sierra Petersen, geoquímica de la Universidad de Michigan -. Modelar de esta manera da la libertad de encontrar la solución de consenso, teniendo en cuenta múltiples registros. Sin embargo, como cualquier modelo, la producción depende de la entrada. Es un salto importante decir que este estudio muestra que el impacto no causó la extinción. Creo que lo que muestran es que el impacto probablemente no estuvo asociado con una gran liberación de gas. Pero el asteroide aún podría haber tenido otros impactos mortales en el medio ambiente del planeta”.
De hecho, el impacto de Chicxulub provocó muchos efectos devastadores más allá del dióxido de carbono y el azufre... Aunque el estudio de Cox sugiere que el impacto del asteroide no tuvo un efecto a largo plazo en el ciclo del carbono del planeta, basándose en datos de isótopos de carbono registrados en las capas de foraminíferos durante el millón de años posteriores a la extinción. Lo que sí provocó fue una caída abrupta en la abundancia de esas criaturas correspondiente al momento del impacto.