Espacio

Trump pone en juego el futuro de la NASA: así podría ser tras su legislatura

La NASA no pende de un hilo, pero sí lo hace todo lo que ha significado para la investigación científica

Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos
Donald Trump, presidente electo de Estados UnidosAPAgencia AP

Debemos empezar aclarando que la NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, sobrevivirá a Trump sin ninguna duda. Su nombre no corre ningún riesgo y mucho menos la agencia en sí misma. Ahora bien, estaremos de acuerdo en que las cosas son algo más que sus nombres, son sus objetivos, las metas que orientan su actividad. La NASA, aparte de la agencia espacial de Estados Unidos, ha sido una de las instituciones más implicadas en la investigación básica y no solo en materia de espacio, sino de ciencias de la Tierra, como puede ser el estudio del cambio climático.

La NASA ha liderado numerosas líneas de investigación sin la expectativa de sacarles beneficio económico e, incluso, sin que tuvieran aplicaciones claras. Han defendido la ciencia más fundamental y el conocimiento como algo valioso en sí mismo. Esa es la esencia que podría estar en juego durante la legislatura de Trump y, en cierto modo, eso significa que la NASA, tal y como la conocemos, podría dejar de existir. Las declaraciones del próximo presidente de los Estados Unidos y algunas de las decisiones que ya han comunicado auguran tiempos difíciles para esa cara menos pragmática de la NASA y, aunque a corto plazo podría suponer un notable acelerón en materia de colonización espacial, a la larga podría repercutir negativamente incluso en esas misiones más “utilitaristas”. Podríamos decir que, quizás, con Trump lleguemos antes a Marte, pero a qué coste.

¿Y ahora qué?

En uno de los clásicos monólogos sobre “Los Americanos” que hicieron famoso a Goyo Giménez, él imaginaba qué habríamos dicho los españoles si hubiéramos sido los primeros en pisar la Luna. En lugar del icónico aforismo “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad” decide encarnar a un astronauta más castizo que, tras poner pie sobre el regolito lunar toma aire y espeta: “He… pues ya hemos llegao”. Y, aunque no fuera su intención, representa bastante bien el gran problema de la colonización planetaria que obsesiona a algunos líderes de opinión. Sabemos que Elon Musk, ante todo, quiere llevar humanos a Marte. Trump secunda esta meta con tanto fervor que ha llegado a decir “Prepárate, Elon, prepárate. Tenemos que aterrizar allí, tenemos que hacerlo rápidamente”. Incluso Jared Isaacman, el futuro director de la NASA, recientemente elegido por Trump y con un pasado en Space X, ha mostrado su determinación para alcanzar el objetivo marciano.

Y es lícito preguntarse: ¿Todos esos esfuerzos para poner pies humanos sobre nuestro vecino rojo… ¿Para qué? ¿Es ese el final del camino? ¿Llegará el primer astronauta estadounidense al planeta del dios de la guerra y emitirá un sonoro “He… pues ya hemos llegao”? Claramente no, pero muchos de los grandes defensores de esta descomunal empresa espacial no ofrecen una respuesta clara. Podríamos decir que, tras los primeros humanos, vendrán las primeras colonias, efectivamente, y puede que tras las primeras colonias las primeras ciudades. ¿Pero a dónde nos lleva eso? La solución a nuestros problemas aquí en la Tierra no está en otros planetas, no para la amplia mayoría de la humanidad, que jamás podrán sumarse al éxodo prometido por un puñado de magnates. “Los estadounidenses caminarán en la Luna y en Marte y, al hacerlo, mejoraremos la vida aquí en la Tierra”, dijo Jared Isaacman, pero esa no puede ser la meta, al menos no tal y como lo interpretaríamos en una primera lectura rápida.

Mucho más que cohetes

Y no seamos maniqueos, la exploración espacial es muy positiva para nuestro desarrollo como civilización y nos permite ampliar nuestro conocimiento del cosmos, así como desarrollar tecnologías valiosísimas para nuestra vida aquí, en la Tierra. La cuestión es que, para desarrollar realmente esos beneficios, debemos complementar esas épicas misiones tripuladas, con otras de un cariz más fundamental. Porque no podemos olvidar que la NASA ha hecho muchísimo desde que puso por última vez humanos sobre la Luna, en 1972.

Con telescopios como el Hubble y el James Webb, ha ayudado a desentrañar los secretos del universo temprano y detectado atmósferas en planetas a años luz de distancia. La sonda Galileo descubrió océanos bajo la superficie de Europa, una posible cuna de vida, mientras que Cassini exploró los mares de metano de Titán y los anillos de Saturno con un nivel de detalle inédito. Misiones como WMAP y Planck ayudaron a datar la edad del universo y mapearon sus primeras huellas, transformando nuestra comprensión del cosmos. Incluso aquí, en casa, la NASA ha sido clave al estudiar los efectos del cambio climático desde el espacio, midiendo con precisión el impacto humano en nuestro planeta. Labores que superan a Space X, una empresa que parece reflejar las prioridades de Musk, Isaacman y Trump.

Un panorama menos “idílico”

Estos logros, frutos de una ciencia fundamental libre de utilitarismos inmediatos, no solo nos han acercado a entender nuestra existencia, sino que también han dejado claro que hay un valor incalculable en la curiosidad pura y en mirar más allá de nuestras fronteras físicas y conceptuales. Porque, si todo esto ha sido posible, ha sido gracias a una cooperación entre países que podría verse afectada por la próxima administración de Trump, la futura caída de la Estación Espacial Internacional en 2030 y la inminente apuesta por estaciones espaciales privadas.

Sin esta esencia, la colonización espacial toma otro cariz. Un tinte más geopolítico, si es que podemos mantener ese prefijo telúrico. Porque las mismas luchas de poder y dominación que llevamos siglos disputando en la Tierra ya se están extendiendo al espacio. El tablero de juego se ha ampliado y allí donde haya recursos habrá intereses políticos, sean minas de esmeraldas en Sudáfrica, pozos petrolíferos en Oriente Medio o platino en los asteroides. Y es que, hasta donde dice el derecho espacial, nadie puede poseer un objeto astronómico ni parte de su superficie, ya sea un particular, una gran empresa o un país. Sin embargo, puede reclamar el derecho a explotar los recursos allí donde se asiente. Una suerte de usufructo muy jugoso que, sin duda, dará una ventaja determinante para aquellos que logren establecerse antes en el espacio, bien en Marte, a la Luna o a un asteroide. Y, aunque todavía es incierto, esa estrategia podría dibujar el futuro de la NASA mientras desdibuja su pasado, poniendo en juego todo lo que significan sus siglas.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La exploración espacial es muy importante, el problema no es apostar por ella si no que se haga a costa de la investigación fundamental. Por otro lado, también es cierto que la NASA tiene un largo historial de bandazos con cada cambio de presidente y eso no es necesariamente malo. Mientras los cambios no sean demasiado radicales y no corten de raíz las líneas de investigación más fundamentales, éstas podrán rebrotar en el futuro. Sin embargo, del mismo modo que ha supuesto un reto extraordinario recuperar el ritmo perdido tras la cancelación de las misiones Apolo, asfixiar misiones orientadas a la ciencia básica podría afectar también a nuestra posibilidad de retomarlas en un futuro.

REFERENCIAS (MLA):

  • Further and Faster: Why Trump’s NASA Pick Is Sending Shock Waves through the Space Community.” CNN, 6 Dec. 2024, edition.cnn.com/2024/12/06/science/nasa-chief-trump-pick-jared-isaacman/index.html. Accessed 23 Dec. 2024
  • Mann, Adam. "SpaceX Now Dominates Rocket Flight, Bringing Big Benefits—and Risks—to NASA." Science, 17 Feb. 2023, www.science.org/content/article/spacex-now-dominates-rocket-flight-bringing-big-benefits-and-risks-nasa.
  • Chang, Kenneth. "NASA Picks Elon Musk’s SpaceX to Land Astronauts on the Moon." The New York Times, 16 Apr. 2021, www.nytimes.com/2021/04/16/science/spacex-moon-nasa.html.
  • Bergin, Chris. "SpaceX and Orbital Win Huge CRS Contract from NASA." NASASpaceFlight.com, 23 Dec. 2008, www.nasaspaceflight.com/2008/12/spacex-and-orbital-win-huge-crs-contract-from-nasa/.