Ciencia

¿Sientes que vives lo mismo muchas veces? Este es el fenómeno del déjà vu

Este fenómeno de origen francés consiste en sentir que has vivido o soñado varias veces la misma experiencia

Déjà vu: uno de los grandes misterios del cerebro
Déjà vu: uno de los grandes misterios del cerebroGETTY

Todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido la sensación de vivir la misma situación varias veces o dudar incluso si lo hemos soñado -ya sea cruzarnos con alguien o estar en algún sitio que sientes "conocido"-. Este fenómeno es conocido como 'déjà vu'. Esta palabra es de origen francés y significa ya visto. En español existe una palabra para describir este suceso que se conoce como paramnesia y hace referencia a la sensación de algo que acaba de ocurrir, pero la percepción es de que es algo que ya ha pasado antes.

Por qué tengo un déjà vu

Según la investigadora Akira O’Connor, de la Universidad de Saint Andrews, un déjà vu no es más que un cortocircuito lógico. Para demostrarlo, creó artificialmente en 21 voluntarios la sensación de falsas memorias a partir de una serie de juegos de palabras. Con un scanner empezaron a estudiar neurológicamente qué sucedía cuando los pacientes creían recordar un fenómeno como algo ya visto. Los resultados fueron sorprendentes. El cerebro no utilizaba el hipotálamo, zona asociada con la memoria, cuando sucedían estos procesos, sino que eran los bulbos frontales asociados a la toma de decisiones. El déjà vu, por tanto, sería como si nuestro cerebro estuviese comprobando si nuestra memoria funciona correctamente y esto produciría una especie de cortocircuito.

Tipos de déjà vu

Podemos diferenciar tres tipos de 'déjà vu' que dependen de cómo sea la sensación.

  • El 'déjà senti'. Recuerdas una sensación. Por ejemplo, puede ser cuando escuchas a alguien decir algo por primera vez y tienes la sensación de que ya te lo habían dicho antes
  • El 'déjà visité'. Cuando sientes que ya conoces un lugar aunque es la primera vez que lo visitas
  • El 'déjà vécu'. Engloba la sensación de haber estado ya en una situación vivida antes. Por ejemplo, estás comentando una historia sobre un viaje y de repente sientes que ya has contado esa misma historia, con los mismos detalles y con las mismas reacciones de tus amigos, aunque tienes claro que es la primera vez que lo estás haciendo

Además, curiosamente, nos puede ocurrir lo contrario a un déjà vu: un jamais vu, o “nunca visto”. Se produce cuando algo que nos resulta familiar, de pronto lo sentimos como extraño o nuevo. Por ejemplo, estás escribiendo la palabra “mesa” y, de repente, te parece rara. Incluso te preguntas si está bien escrita, aunque sabes perfectamente qué es y la has escrito miles de veces.

En un estudio llevado a cabo en 386 personas, 294 (es decir, el 76 %) dijeron que alguna vez habían sentido eso de “ya he vivido esto antes”, aunque no hubiese ocurrido realmente. Sin embargo, cuanta más edad tenemos, menos nos pasa: de los jóvenes entre 18 y 29 años, casi 9 de cada 10 han sentido un déjà vu. En las personas entre 30 y 39 años, baja un poco, porque 8 de cada 10 lo han experimentado. Y así sigue descendiendo: de los que tienen entre 40 y 49 años, alrededor de 7 de cada 10 dicen haberlo sentido, entre los de 50 a 59 años, 6 de cada 10, y entre los 60 y 69, la estadística ya baja al 50 %.

Origen del déjà vu

El término déjà vu (“ya visto” en francés) nació en 1876 de la mano del psiquiatra Emile Boirac en relación al extraño fenómeno de la supuesta familiaridad de un individuo ante unas circunstancias que acababa de vivir. Esta experiencia cogió forma clínica en 1896 cuando el neurólogo F. L Arnaud estudió el caso de un hombre con amnesia debido a una malaria cerebral. Al recuperarse, empezó a sentir familiaridad emocional con todo su entorno, incluso con hechos que era imposible que hubiese vivido. Freud y el psicoanálisis recogieron el testigo y empezaron a hablar de paramnesia, la alteración cualitativa de la memoria que nos hace creer como reales delirios o suposiciones, en su caso relacionada con traumas o recuerdos reprimidos.

En la historia, sin embargo, estas “falsas memorias” han tenido múltiples representaciones. San Agustín ya hablaba en el siglo IV de “recolección en sueños de momentos que nunca habíamos visto o hecho”, en referencia a la idea de preconsciencia y reencarnación en Ovidio o la transmigración de almas platónicas. San Agustín ya se refería a esta sensación como trampa para “engañar” a la gente.