Astronomía
El extraño caso de la señal de otro planeta que resultó ser un camión
Un estudio concluía que se trataba de fragmentos identificados como de origen "tecnológico extraterrestre". Pero era algo mucho más sencillo.
Después de que un meteoro entrara en la atmósfera sobre el Pacífico occidental en enero de 2014, el evento se relacionó con vibraciones del suelo registradas en una estación sísmica en la isla Manus de Papúa Nueva Guinea. En 2023, los materiales en el fondo del océano cerca de donde se pensaba que habían caído los fragmentos del meteorito fueron identificados como de origen "tecnológico extraterrestre".De hecho, un científico de Harvard señalaba que era una prueba de la existencia de vida en otros planetas. Pero la realidad resultó ser muy distinta.
Las ondas sonoras que se cree que provienen del meteorito de 2014 habrían sido con certeza vibraciones de un camión que retumbaba en una carretera cercana, según muestra una nuevo estudio liderado por Benjamín Fernando, de la Universidad Johns Hopkins. Los hallazgos plantean dudas de que los materiales extraídos el año pasado del océano sean materiales extraños de ese meteoro, como se informó en aquel momento.
"La señal cambió de dirección con el tiempo, coincidiendo exactamente con una carretera que pasa por el sismómetro – explica Fernando, sismólogo planetario, en un comunicado -. Es realmente difícil tomar una señal y confirmar que no proviene de algo. Pero lo que podemos hacer es mostrar que hay muchas señales como esta y demostrar que tienen todas las características que esperaríamos de un camión y ninguna de las características que esperaríamos de un meteoro".
Los estudios previos, según el equipo de Fernando, se basan en datos malinterpretados y el meteoro en realidad entró en la atmósfera en otro lugar, de hecho, no se encontraron evidencias de ondas sísmicas del meteoro.
"La ubicación de la bola de fuego estaba en realidad muy lejos de donde fue la expedición oceanográfica para recuperar estos fragmentos de meteorito – ñade Fernando - No solo utilizaron la señal equivocada, sino que estaban mirando en el lugar equivocado".
Utilizando datos de estaciones en Australia y Palau diseñadas para detectar ondas sonoras de pruebas nucleares, el equipo de Fernando identificó una ubicación más probable para el meteoro, a más de 150 kilómetros del área investigada inicialmente. Llegaron a la conclusión de que los materiales recuperados del fondo del océano eran meteoritos diminutos y ordinarios, o partículas producidas por otros meteoritos que chocaron contra la superficie de la Tierra mezcladas con contaminación terrestre.
"Lo que sea que se encontró en el fondo del mar no tiene ninguna relación con este meteoro, independientemente de si fue una roca espacial natural o un trozo de nave espacial extraterrestre, aunque sospechamos firmemente que no fueron extraterrestres", concluye Fernando.