Día Mundial del Alzheimer

"Con un estilo de vida adecuado, podríamos evitar 1 de cada 3 diagnósticos de Alzheimer"

Para el director de la Fundación Pascual Maragall, "llegará un momento en el que tendremos un programa de vigilancia poblacional para ir detectando a las personas que estén en riesgo de desarrollar la enfermedad antes de que aparezcan síntomas y con esa detección muy precoz y una intervención podríamos evitar que tengan Alzheimer"

El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer
Más de 900 mil personas sufren demencia en España y en un 70% de los casos se trata de AlzheimerAYUNTAMIENTO DE CARTAGENAAYUNTAMIENTO DE CARTAGENA

La enfermedad de Alzheimer se posiciona ya como la segunda preocupación de los españoles en materia de salud (63%), justo por detrás del cáncer (68%). Según la segunda oleada de la encuesta de Actitudes y percepciones de la población española sobre el Alzheimer, que la Fundación Pascual Maragall ha presentado en el marco del Día Mundial del Alzheimer, entre la población mayor de 55 años, ésta es incluso la condición de salud que más preocupa y ello se debe a que el 79% de las personas encuestadas cree que es el principal problema al que se enfrentan las personas mayores.

Para el director de la Fundación Pascual Maragall, Arcadi Navarro, el que esta enfermedad esté generando una preocupación cada vez mayor se debe principalmente al envejecimiento progresivo de la población. "Vivimos más años y como el Alzheimer está vinculado a la edad, hay cada vez más personas y familias que sufren la enfermedad y que, por lo tanto, la conocen". En este sentido, Navarro señala que, según la encuesta, 2 de cada tres españoles conoce a alguien que sufre o la ha sufrido y, concretamente, en un 27% de los casos se trata de un familiar de primer grado. "Hace 20 años no estábamos en esta situación", puesto que no había tanta gente que padeciera Alzheimer, "de ahí esa creciente preocupación".

La edad no es causa directa

Y pese a esa vinculación entre la enfermedad y el envejecimiento, el director de la Fundación Pascual Maragall quiere poner fin a una falsa creencia que existe en torno al Alzheimer, por la cual el 45% de los españoles cree que desarrollar esta enfermedad forma parte del proceso de envejecer y, en este sentido, deja claro que "la edad no es una causa directa, sino un factor de riesgo, porque al envejecer hay un deterioro fisiológico y eso contribuye a que algunas enfermedades sean más frecuentes con la edad". "Ahora bien, aunque hay un 41% de las personas con 90 años que tiene alguna forma de demencia, más o menos avanzada, hay casi un 60% en los que no hay ningún diagnóstico de demencia, lo cual nos da una idea de que uno puede envejecer con una muy buena salud cerebral", explica Navarro y eso enlaza con la segunda de las grandes falsas creencias asociadas a este enfermedad que predomina entre la población española.

La encuesta revela que el solo el 56% de los participantes en la misma conoce que se puede prevenir el desarrollo del Alzheimer llevando unos hábitos de vida saludables. Al respecto, Navarro asegura que "con unos buenos hábitos, baja mucho el riesgo de padecer la enfermedad", de manera que "deberíamos ser capaces de encontrar intervención que, modificando los factores de riesgo que concurren o recurriendo a la farmacológico, nos permita llegar en un mayor porcentaje a edades mayores con una mejor salud cerebral".

Preocupación pero poca información

El problema es que, como indica el director de la fundación, "aunque cada vez esta enfermedad preocupa más, hay mucho desconocimiento de la población sobre la misma". Al respecto, comenta que "todavía sigue existiendo la percepción social, que es falsa, de que el Alzheimer es algo natural, que la demencia acompaña necesariamente al envejecimiento, y ésta es unan de las grandes causas del desconocimiento, mientras que otra de ellas es que aún sabemos poco sobre la enfermedad". "No sabemos cuáles son sus causas exactas y ello se debe a que se ha hecho poca ciencia, se ha invertido muy poco en investigar el Alzheimer. La relación entre el coste sociosanitario de la enfermedad y lo que se invierte en saber más sobre la misma es ridículo, sobre todo si tenemos en cuenta el impacto que tiene esta enfermedad en la sociedad", indica Navarro quien al respecto comenta que "si pudiéramos solucionar estas dos causas, si se acabara con el prejuicio y se investigara más, quizá podríamos bajar la preocupación de la población por esta enfermedad, como ya está bajando la preocupación por el cáncer, porque lo estamos cronificando".

Saber para combatir

En esta línea, para que la población esté decidida a combatir el Alzheimer y a tratar de abordar la enfermedad, es importante acabar con otra de las grandes falsas creencias que se han ido construyendo al rededor de la enfermedad. "No es verdad que el Alzheimer no tiene remedio, simplemente estamos aún en una fase muy temprana de la investigación, porque se ha invertido poco, pero si la sociedad piensa que no se puede hacer nada, no hará nada", lamenta Navarro, quien asegura que "si damos recursos y cantidades ingentes de talento al Alzheimer, encontraremos una solución". "Se puede hacer algo, así que hagámoslo".

Y si bien es cierto que, a día de hoy, no existe una cura, como destaca el director de la fundación, lo cierto es que "desde hace 3 o 4 años se ha confirmado científicamente que hay intervenciones en los estilos de vida que puede retrasar la aparición de la enfermedad y tener un impacto". De hecho, "con los cambios adecuados en los estilos de vida, calculamos que 1 de cada 3 diagnósticos anuales podría ser evitado y esto también es algo que la población desconoce", porque además hay que hacer hincapié en que "solo en un 1% de los casos, en los que hay unas mutaciones concretas en los genes que pueden transmitirse de padres a hijos, es fácil que uno acabe desarrollando la enfermedad hacia los 50 años, ya que son casos muy tempranos, pero eso sucede en una ínfima minoría de los casos".

Prevención de la enfermedad

Por lo tanto, por lo general, "uno puede influir en su salud futura siguiendo una vida más sana y activa hoy" y entre esos hábitos o factores de riesgo controlables que podrían contribuir a que la enfermedad no se desarrolle o aparezca más tarde destacan, por ejemplo, "una buena dieta, evitar el tabaquismo y el alcohol, realizar ejercicio, llevar una vida social activa, evitar la contaminación, controlar la diabetes y la hipertensión..., al final son los mismos hábitos que para prevenir las enfermedades cardiovasculares", indica Navarro, quien concluye que "podemos tener un impacto real en lo que se refiere a la probabilidad de desarrollar la enfermedad".

La prevención en la primera y principal herramienta para combatir el Alzheimer, pero incluso cuando éste ya ha hecho su aparición, es posible intervenir sobre la progresión de la enfermedad. Sobre el momento en el que deben saltarnos las alarmas y debemos acudir a un neurólogo en busca de diagnóstico, Navarro indica que "si bien todos todos tenemos olvidos, cuando ese olvido es recurrente, diario, de lo inmediato y cuando éste interfiere en el día a día y hace que la persona sea no operativa, entonces hay que ir al neurólogo, porque puede ser Alzheimer o cualquier de las otras demencias".

Margen para actuar

Llegados a este punto, solo se puede trabajar para frenar la progresión de la enfermedad, aunque ya no es posible revertir la neurodegeneración que ya se ha producido en el cerebro, pero desde hace unos años, "somos capaces de detectar que una persona está en riesgo antes de la aparición de esos síntomas".

Al respecto, recuerda que "cuando aparecen los síntomas, la enfermedad ya lleva 10, 15 o 20 años actuando, sin embargo, como nuestro cerebro es tan plástico, nos vamos adaptando, de manera que en el momento en el que empezamos a notar los síntomas ya hay una neurodegeneración bastante avanzada".

"Hasta ahora, este proceso de neurodegeneración solo se podía detectar mediante pruebas muy caras y no tenía sentido hacerlo porque tampoco hay una cura, pero en los dos o tres últimos años, han aparecido algunos medicamentos que pueden frenar el curso de la enfermedad y además hemos aprendido a detectar mediante un análisis de sangre si una persona empieza a tener neurodegeneración o no con 15 años de antelación, antes de que aparezcan los síntomas y esto nos abre 15 años la ventana terapéutica, que nos va a permitir intervenir"

Para Navarro, "esto es extremadamente importante porque a lo que aspiramos es a que no haya ni un solo diagnóstico de Alzheimer y puesto que una cura es difícil, en el sentido de que si ha habido neurodegeneración aún no sabemos reconstruir esos cerebros, lo que parece más razonable es evitar que ese cerebro se deteriore". "Con una detección muy precoz, con décadas de antelación, y una intervención durante este tiempo, podría ser posible detectar a personas con riesgo y evitar que tengan la enfermedad", señala para a continuación pronosticar que "llegará un momento en el que tendremos un programa de vigilancia poblacional para ir detectando a las personas que estén en riesgo antes de que aparezcan los síntomas, pudiendo así intervenir para evitar la neurodegeneración".