En la frontera entre España y Francia, en plena cordillera pirenaica, se da una de las circunstancias geográficas más peculiares del mundo, pues es el bordillo de una acera quien separa uno y otro país en medio de un pueblo, que comparten ambos estados. Se trata del municipio conocido como El Perthús, que con este nombre pertenece administrativamente a Francia, y de Els Límits-La Jonquera, que forma parte de la provincia de Girona, en Cataluña. La vida en la localidad, apunta un vecino, es "parecida a la de un pueblo normal", con la peculiaridad de tratarse de un paso fronterizo y "todas las dificultades, aunque cada vez menos, que comporta cruzar la calle y cambiar de país". Es, de hecho, una avenida importante del municipio la que divide a los habitantes franceses y catalanes, en este caso, pues por allí transcurre la división administrativa. En Els Límits-La Jonquera se conoce este bulevar como "avinguda França", en alusión al país vecino, mientras en El Perthús la llaman avenida Cataluña. Esta curiosa calle, además, es un principal punto comercial en la zona, al comprobar los franceses que los productos son más económicos a partir de la acera española que en su territorio.