ERC ve con preocupación que crezca la xenofobia en Junts a raíz del acuerdo de inmigración

El traspaso de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña ha generado una fuerte división entre los partidos independentistas. Mientras que Junts per Catalunya celebra el acuerdo con el PSOE como un paso clave para la consolidación de la "nación catalana", Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) expresa reservas sobre su aplicación y el uso que pueda hacerse de estas nuevas atribuciones.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha manifestado que si bien su partido no critica que Cataluña adquiera más competencias, su preocupación radica en cómo serán utilizadas. En este sentido, ha asegurado que será necesario analizar "la letra pequeña" del acuerdo, especialmente en el contexto de un posible futuro gobierno de la derecha catalana.

Rufián también ha matizado que, aunque el pacto entre Junts y el PSOE se presente como una nueva competencia, en realidad se trata de una "delegación" y no de una transferencia completa de atribuciones.

Preguntado por la posibilidad de incluir el conocimiento del catalán como un requisito para obtener el permiso de residencia, tal y como pretende Junts, Rufián ha resumido que "catalán es quien vive y trabaja en Cataluña, independientemente del idioma que hable, de cómo se sienta y de la bandera que tenga en el balcón".

Además, Rufián ha hecho hincapié en que le preocupa que eso de pie a discursos supuestamente xenófobos o racistas. De hecho, en la red social X ha expresado que "esperamos que Junts se acuerde de la Cataluña de todos de Pujol, y no de la Catauña para 4 de Orriols".

Junts y Aliança

La preocupación de Rufián viene de la valoración del acuerdo que se ha hecho tanto desde Junts como desde Aliança Catalana, la derecha independentista. Orriols ironizaba con dos tuits. Si bien en uno le quitaba peso a la medida dando a entender que Junts no ha conseguido nada pues, "ahora en vez del PSOE las competencias en inmigración las tendrá el PSC", en otro se expresaba con claridad: "Las competencias estas en inmigración que decís que habéis aconseguido, dádmelas a mí...", dejando claro que ella sería mucho más dura si pudiera.

Por otro lado, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, defendieron la medida como una escudo contra "la violencia y la radicalización religiosa", además de como una herramienta para "proteger el modelo de vida catalán". En este sentido, Puigdemont declaraba que "hay que defender el derecho a vivir plenamente en catalán".

Además, Turull explicaba que, aunque Cataluña es una tierra de acogida, tiene "una identidad nacional, una lengua y unos valores de convivencia asociados a la catalanidad". Según Turull, el traspaso de competencias permitirá garantizar que la inmigración se gestione "con mentalidad de Estado" y sin caer en "el populismo ni el buenismo".

En el marco del nuevo modelo de gestión migratoria, Puigdemont también defendió que Cataluña deje de acoger a más menores extranjeros no acompañados (los llamados MENAS), argumentando que la comunidad ya ha recibido más que otras regiones de España y que "ni tenemos más recursos para hacerlo, ni nos toca hacerlo".