Nuevo museo
La colección Carmen Thyssen prepara su llegada a Barcelona
El fondo de inversión Stoneweg Experience ultima un acuerdo con la baronesa para ubicar parte de los fondos de arte en un céntrico edificio que podría ser el antiguo Cine Comedia
Es un viejo sueño que persigue tanto Barcelona como Carmen Thyssen desde hace años, desde que el barón Thyssen-Bornemisza mostró por primera vez una parte de su colección en el Palau de la Virreina en la primavera de 1986, con el apoyo del entonces alcalde Pasqual Maragall. Según ha podido saber este diario de diversas fuentes implicadas en la negociación, la baronesa Carmen Thyssen está ultimando un acuerdo con el grupo Stoneweg Experience para poder mostrar una parte de su fondo artístico en la capital catalana. Este centro se sumaría a los que ya existen en Málaga y Andorra y que muestran algunas de las joyas pictóricas y escultóricas reunidas desde hace años por la coleccionista, sin olvidar una parte también importante que se exhibe en la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid. Tampoco se puede dejar de lado que en la actualidad también se trabaja en un Espai Carmen Thyssen en Sant Feliu de Guíxols y que cuenta, desde hace pocos días, con el exconseller de Cultura Ferran Mascarell como uno de sus asesores, tal y como adelantó «El Punt-Avui».
El acuerdo, que se acabará de ratificar en los próximos días, se traduciría en la apertura de un espacio museográfico en un edificio emblemático y céntrico de la ciudad de Barcelona, siendo el antiguo Cine Comedia, entre Passeig de Gràcia y Gran Via, el que tiene más posibilidades de pasar a ser un museo. Las diferentes fuentes consultadas por este diario aseguran que no se limitará a arte catalán, aunque la baronesa se ha especializado en las últimas décadas en pintura procedente de Cataluña. especialmente la realizada entre finales del siglo XIX y principios del XX. De esta manera ha logrado piezas de primer orden como «Paisaje norteafricano» de Marià Fortuny, «La catedral de los pobres» de Joaquim Mir, «Interior al aire libre» o «Julia» de Ramon Casas, «La cruz de término» de Santiago Rusiñol, «Composición constructiva» de Joaquim Torres-García, «Le paon blanc» de Hermen Anglada-Camarasa o «Desnudos» de Josep Togores. La colección también cuenta con originales de algunos de los principales nombres del grupo artístico Dau al Set, como Joan Ponç y Antoni Tàpies, así como un impresionante fondo centrado en los paisajes de Josep Amat. Algunas de estas piezas, como es el caso de la gran tela de Mir, se exhibe en la actualidad en las salas del Museu Nacional d’Art de Catalunya (Mnac) donde en el pasado hubo una sala concreta dedicada a la colección Carmen Thyssen.
Imponente es el préstamo que la baronesa tiene ahora, como ya se ha dicho, en la fundación y que permite que ahora se exhiban obras maestras de Rodin, Matisse, Picasso, Munch, Léger, Monet, Miró, Degas, Corot, Pissarro, Gauguin, Renoir o Sisley, entre muchos otros. Esta selección de obras permanecerá en el museo por 15 años, con derecho de compra por parte del Estado al finalizar el periodo, a cambio del pago de 6,5 millones de euros anuales
A preguntas de este diario, el grupo Stoneweg Experience aseguró que «mantiene un diálogo constante con los representantes de todos los sectores culturales del país, y se encuentra siempre dispuesto a considerar y explorar nuevas iniciativas culturales tanto a nivel nacional como internacional». El fondo de inversión ha buscado proyectos museográficos en los que trabajar en Cataluña, como fue su intento de traer el Hermitage a Barcelona o su breve participación en el Museo del Arte Prohibido del coleccionista Tatxo Benet. Tras fichar a Juan Manuel Sevillano, quien fuera gerente de la Fundació Gala-Salvador Dalí como parte de su equipo, Stoneweg Experience trabaja también en un espacio artístico ubicado en la que fuera fábrica Godó i Trias de L’Hospitalet de Llobregat.
No es la primera vez que se intenta el aterrizaje de la colección de Carmen Thyssen en Barcelona. En mayo de 2012, el entonces conseller de Cultura, Ferran Mascarell, anunció que se estaba en negociaciones con la baronesa para que una parte de sus fondos artísticos se exhibieran en uno de los pabellones de Fira de Barcelona, concretamente el de Alfonso XIII. Mascarell aseguró en aquel momento que no se quería solamente mostrar lo que hubiera de arte catalán sino que se quería una presencia importante de los nombres internacionales del fondo. Pese a esas intenciones, no se ratificó nada y en la actualidad ese pabellón formará parte de la futura ampliación del Mnac.
Tampoco puede olvidarse los fuertes vínculos que Carmen Thyssen ha tenido siempre con la capital catalana, al fin y al cabo, la ciudad en la que nació. Por otra parte, a los barones Thyssen nunca les acabó de gustar la ubicación que el Ayuntamiento de Barcelona dio a una parte de su colección, con piezas de Rubens o Zurbarán, en el monasterio de Pedralbes, con unos horarios imposibles. Allí permanecieron esas obras hasta 2004.acional como internacional».
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