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Cinco municipios del Vallès en Cataluña, en riesgo de inundación

Las rieras y el crecimiento urbanístico desafían la prevención de inundaciones en varias poblaciones

La Rambla de Sabadell
Una vista del barrio de Sant Roc, en TerrassaCC

La comarca del Vallès, dividida entre el Vallès Occidental y el Vallès Oriental, concentra una densa población y una red fluvial que la hace especialmente vulnerable a episodios de inundación. Con un entorno urbano que ha crecido alrededor de rieras y torrentes, los municipios del Vallès enfrentan un riesgo elevado durante lluvias intensas, especialmente en episodios de dana. Este riesgo no solo afecta a las infraestructuras, sino también a la economía local y a la seguridad de sus habitantes.

Municipios con mayor riesgo de inundación

  • Terrassa: Terrassa es uno de los municipios más afectados por las inundaciones en el Vallès Occidental. La riera del Palau, que cruza gran parte de la ciudad, ha sido protagonista de episodios dramáticos, como la gran riada de 1962, que causó más de 300 víctimas en toda la comarca. Esta tragedia histórica evidenció las carencias en infraestructuras de drenaje y motivó la construcción de varios sistemas de contención, aunque el riesgo sigue presente. Según datos del ACA (Agencia Catalana del Agua), la riera del Palau continúa siendo un punto crítico en la gestión de emergencias de Terrassa.
  • Sabadell: También en el Vallès Occidental, Sabadell sufre riesgos similares, ya que la riera de Ripoll atraviesa el municipio. En la misma riada de 1962, Sabadell experimentó inundaciones devastadoras que afectaron a varias zonas residenciales y provocaron pérdidas humanas y materiales. Hoy en día, el ACA ha trabajado junto al Ayuntamiento en la modernización de los cauces y en la implementación de sistemas de alerta temprana para prevenir desbordamientos. Sin embargo, el crecimiento urbano sigue ejerciendo presión sobre las zonas de riesgo.
  • Rubí: Otro municipio gravemente afectado durante la riada de 1962 fue Rubí, donde las aguas desbordadas de la riera homónima arrasaron barrios enteros y causaron pérdidas humanas significativas. La riada fue un punto de inflexión para Rubí, que desde entonces ha invertido en infraestructuras de contención, aunque las lluvias torrenciales recientes han demostrado que sigue siendo vulnerable. Las medidas adoptadas tras el desastre histórico incluyen canales de desvío y obras de refuerzo de los cauces.
  • Granollers: En el Vallès Oriental, Granollers está en riesgo por el río Congost, que se desborda durante episodios de lluvias intensas, afectando tanto a zonas urbanas como industriales. Las inundaciones de 1971 afectaron considerablemente a esta localidad, con daños en viviendas y áreas de actividad económica. Desde entonces, el Ayuntamiento ha trabajado en colaboración con el ACA para la construcción de sistemas de desagüe y contención, aunque el río sigue presentando un riesgo importante.
  • Mollet del Vallès: La riera de Gallecs cruza Mollet y, a pesar de las obras de canalización realizadas en décadas recientes, sigue siendo una amenaza en periodos de lluvias fuertes. En 1994, una tormenta intensa desbordó la riera, inundando varias zonas de la ciudad y afectando el tráfico y las viviendas de áreas bajas. Tras este incidente, se reforzaron los cauces, y el ACA colabora actualmente en el mantenimiento de estas infraestructuras para prevenir nuevos episodios.

La importancia de la gestión de riesgos en el Vallès

Tras los eventos catastróficos del pasado, tanto el Vallès Occidental como el Vallès Oriental han trabajado para mejorar su respuesta ante las inundaciones. La ACA, en colaboración con los ayuntamientos, ha implementado sistemas de alerta temprana y ha promovido proyectos de canalización y refuerzo de las rieras. Según el ACA, “las medidas de infraestructura y la sensibilización de la población son clave para minimizar el impacto de las lluvias intensas en las zonas de alto riesgo”.

Además, la Generalitat de Cataluña incluye a estos municipios en su Plan de Inundaciones de Cataluña (INUNCAT), que busca anticiparse a fenómenos meteorológicos extremos mediante protocolos de actuación y simulacros. En palabras de las autoridades, estos planes son esenciales “para proteger a la población y garantizar la seguridad de las infraestructuras locales”. Sin embargo, tanto en Terrassa como en Sabadell, el crecimiento urbanístico sigue siendo un desafío, ya que aumenta la impermeabilización del suelo y limita las áreas naturales de drenaje.

El riesgo de inundaciones en el Vallès sigue siendo un desafío de gran magnitud. Aunque las mejoras en infraestructura y los planes de contingencia han reducido el impacto, los episodios recientes de lluvias intensas recuerdan la necesidad de continuar adaptando las ciudades para hacer frente a estos eventos climáticos cada vez más frecuentes debido al cambio climático.