Polarización social
Cáritas alerta de que el 29,1% de los catalanes está en exclusión social
La entidad ayudó a la inserción laboral de más de 8.000 personas en los últimos seis años
Càritas, a través de las diez empresas de inserción laboral (EIS) que impulsa en Cataluña, ha facilitado empleo a más de 8.000 personas en los últimos seis años. Concretamente, les ha ayudado a encontrar empleo tras pasar durante 3 años por estas empresas, que sirven de puente, con una inversión de unos 142 millones de euros. Así lo revelan los datos expuestos hoy por la entidad en rueda de Prensa, dedicada a analizar la situación laboral en Cataluña y a valorar los procesos de inserción dirigidos a personas vulnerables realizados por las diez EIS de la entidad caritativa.
Durante su intervención, el presidente de Càritas Cataluña, Francesc Roig, ha alertado de la actual «polarización social», en la que «cada vez más personas tienen y quieren más, mientras que otras tienen y tendrán menos». Roig destaca que, además de trabajar en proyectos asistencialistas de alimentos y ropa, la entidad también se dedica a ofrecer ayuda para que las personas consigan empleo: «Hay que acompañar a las personas para que tengan autonomía y sean capaces de introducirse en la sociedad de manera efectiva», asegura.
«Las personas deben ser el centro de todos los objetivos políticos, sociales y económicos», ha reivindicado el presidente de la entidad, quién ha recorsado las propuestas de Càritas a los partidos políticos que se presentaron en las últimas elecciones catalanas al Parlament, además de destacar la necesidad de aprobar la Ley de economía social y solidaria de Cataluña, cuyo proyecto ya ha sido aprobado por el Govern.
Por su parte, el director de Càritas Diocesana de la Universitat de Lleida, Rafael Allepuz, ha indicado que el 49% de los atendidos por Càritas en Cataluña estaba en el paro, mientras que el 24% tenían un trabajo precario que no les permitía cubrir las necesidades básicas.
El informe Foessa, impulsado por Càritas, detectó que el 29,1% de población estaba en exclusión social en la Cataluña de 2021, porcentaje que equivale a 2.258.000 personas. Al respecto, Allepuz ha advertido de que «la figura del trabajador pobre está en expansión». Además, ha añadido que en Cataluña, 127.000 hogares tienen a todos sus miembros activos en paro, más de 74.000 hogares no cuentan con ningún ingreso y que en 396.000 hogares la persona sostenedora principal se encuentra en grave inestabilidad laboral.
«Miles de personas en Cataluña viven en situación de precariedad laboral, ya sea por la inestabilidad o la parcialidad laboral, los salarios bajos» ha dicho Allepuz, quién ha señalado que, en los últimos años, se ha producido un incremento importante de la desigualdad entre la población catalana, principalmente motivado por el empleo: «Las personas o no tienen trabajo o, si lo tienen, es muy precario», explicó Allepuz.
Por su parte, la gerente de Cartaes Tàrrega (Lleida) –una de las diez EIS– Alba Coma, pidió una actualización de la ley de empresas de inserción, ya que la norma vigente es de hace más de 20 años. En este sentido, detalló que, aunque existe una ley que exige la reserva del mercado para fomentar la inserción sociolaboral, esta da libertad a las administraciones para determinar el porcentaje de reserva y, aseguró que hay localidades que no cumplen la norma.
La entidad Càritas Cataluña tiene este tipo de empresas de inserción laboral sociolaboral distribuidas por todo el territorio catalán: Grup Grapats en Urgell, Cartaes en Solsona, la Fundació Volem Feina en Tàrrega y Solsona, Troballes en Lleida, Ecosol en Girona, Arada en Barcelona, Fundació Formació i Treball en Barcelona, Apasomi en Terrassa y Brins d’oportunitats en Sant Feliu de Llobregat.
Son diversos los sectores a los que se dedican estas empresas dedicadas a la inserción sociolaboral. Hay algunas dedicadas al montaje y manipulación en el sector industrial, algunas sobre reciclaje, y otras son de mensajería sostenible. También hay empresas de servicios de mudanzas, de alquiler de materiales, otras relacionadas con la gestión de residuos textiles, y algunas de limpieza y de jardinería. Las EIS son empresas puente, ya que ofrecen formación en un oficio, de idiomas y de habilidades digitales, y hacen un itinerario laboral en un máximo de 3 años para que después estos puedan «dar el salto a una empresa ordinaria».
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