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La sala Bóveda de Barcelona, al borde de su cierre por una denuncia vecinal
La propiedad ha intentado mantener la actividad suspendiendo temporalmente los conciertos en directo pero ya tienen una orden de precinto
La sala de conciertos Bóveda, situada en la calle Roc Boronat, en el barrio de Poble Nou, está a punto de cerrar. Un orden de precinto con fecha para el 26 de noviembre de 2024 ha sido emitido tras una denuncia por ruidos presentada por la nueva propiedad de un local de oficinas y uso comercial cercano, en la calle Ramón Turró. La denuncia sostiene que el nuevo propietario ha realizado un cambio de uso urbanístico sin la preceptiva autorización, transformando el espacio en una vivienda de alquiler temporal sin cédula de habitabilidad y con habitaciones numeradas, algo que no ha sido notificado ni consensuado con el resto de los vecinos.
Los vecinos conviven con la sala de conciertos desde 1992 sin incidentes, como ellos mismos han reflejado en un documento firmado en el que aseguran no haber experimentado molestias por la actividad de la sala. Sin embargo, las mediciones sonométricas realizadas, a pesar de la negativa inicial del propietario del nuevo local a permitir la entrada de los técnicos, revelan que durante los conciertos se superan los límites establecidos por la normativa debido al sonido de la batería, aunque el limitador está en funcionamiento. En cambio, la música grabada, que se extiende hasta las 6:00 h, cumple con los límites de la normativa medioambiental.
La propiedad de la sala ha intentado mantener la actividad suspendiendo temporalmente los conciertos en directo y comprometiéndose a no realizar más en el futuro. Esto evitaría el cierre total del establecimiento y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y actividad económica. Además, han presentado una denuncia ante el Distrito por el acoso que están recibiendo por parte de un particular que, según ellos, está llevando a cabo una actividad especulativa ilegal.
Desde la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña, se denuncia que situaciones como esta son cada vez más comunes. La denuncia presentada por una sola persona, que se ha instalado en un barrio donde, desde 1992, hay una actividad cultural estable y que acoge más de 100 conciertos anuales sin causar molestias, pone en peligro el futuro de la sala y los 70 conciertos ya programados.
El presidente de la Asociación, Lluís Torrents, también ha señalado que es especialmente preocupante que la cultura se vea amenazada por la especulación inmobiliaria y la gentrificación. Además, critica el incumplimiento sistemático de las ordenanzas sobre el uso de los inmuebles para alquileres temporales.
La sala espera que la denuncia presentada frene la actividad ilegal del nuevo espacio residencial y se evite el cierre definitivo. También confían en poder llegar a un acuerdo que permita recuperar la programación de conciertos y que las administraciones tomen las medidas necesarias para evitar que situaciones como esta sigan perjudicando al sector cultural y musical de la ciudad.
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