Movilidad
Según un estudio del Racc, Barcelona no ha logrado integrar al patinete y la bicicleta en su movilidad
El informe señala que el 20% de los ciudadanos considera inseguro desplazarse por la ciudad, 5 puntos más que en 2017, el 65% ve complicado moverse por ella y el 66% cree que ésta no ha sabido adaptarse para garantizar la convivencia de los diversos modos de transporte
En los últimos años, Barcelona ha vivido un aumento del uso de la bicicleta como medio de transporte y la irrupción del patinete en sus calles. Esa diversificación de los modos de movilidad ha dado lugar a un espacio público más compartido, de manera que la ciudad ha de adaptarse para poder dar respuesta a esa realidad, sin embargo, según el estudio del RACC sobre la convivencia de la movilidad en Barcelona, la Ciudad Condal no ha acometido dicha adaptación de forma exitosa.
Y es que en los últimos 5 años, la percepción de inseguridad ha subido 6 puntos, ya que si bien en 2017 las personas que consideraban poco o nada seguro desplazarse por la ciudad eran un 14% del total, en la actualidad ese porcentaje alcanza el 20%. Por modos de movilidad, todos, excepto el coche, se sienten más inseguros y especialmente los ciclistas, entre los que la sensación de inseguridad ha pasado de representar un 15% al 34%, probablemente porque han bajado de las aceras, comparten espacio con los Vehículos de Movilidad Privada (VMP) y ahora están más en contacto con el resto de usuarios en las vías pacificadas.
En cualquier caso, el coche (76%) y el ir pie (65%) son los modos de transporte con los que la gente se siente más segura y la bicicleta o el VMP, los que les genera una mayor inseguridad (15% y 45% respectivamente) y la clave que explicaría esa sensación de inseguridad generalizada es la falta de respecto entre los diferentes modos de transporte, algo que reconoce el 85% de los encuestados. En este sentido, los VMP son los que el resto de usuarios de la vía pública consideran más peligrosos y todos coinciden en que son los que tienen más actitudes de riesgo, mientras que éstos, a su vez, ven como un peligro a todo el resto de modos de transporte, igual que los usuarios del coche, lo que hace pensar que probablemente no se ha sabido integrar al patinete en la movilidad de la ciudad de forma adecuada o que aún se encuentran en proceso de integración. En el lado opuesto, los peatones son los más tolerantes con los otros.
Acera de las actitudes de riesgo más comentadas por los encuestados, destaca el no respetar los semáforos; especialmente entre los peatones (56%); no indicar las maniobras, un hábito atribuido, sobre todo a las bicicletas (51%) y los VMP (58%); la circulación por las aceras, con protagonismo de los VMP; los cambios de carril o giros, en los que se señala sobre todo a las motos (67%), pero la actitud de riesgo que se atribuye a todos los modos de transporte es el exceso de velocidad, un ránking que lideran los VMP (63%9).
Mala adaptación
En definitiva, moverse por Barcelona resulta complicado y así lo manifiesta el 65% de los ciudadanos, mientras que el 66% considera que la ciudad no ha sabido adaptarse para garantizar la convivencia de tantos modos de transporte y son los motoristas (69%) y los usuarios de VMP y los coches (66%) los más críticos al respecto. En este sentido, la opinión de los encuestados acerca de la pacificación de calles, una de las nuevas fórmulas a la que ha recurrido la administración municipal para tratar de favorecer esa convivencia, está muy dividida: el 51% cree que no mejora la convivencia entre modos de transporte, mientras que el 49% restante considera que sí, y el 52% está a favor del hecho que ésta mejora la seguridad, por el 48% que está en contra. Así pues, como señalaba Alba Rey, jefa de estudios de movilidad del RACC, durante la presentación del informe, “las calles pacificadas no cumplen sus objetivos”.
En cuanto a la siniestralidad, el 16% de las personas consultadas dice haber sufrido un accidente o susto en lo que llevamos de año y, en este contexto, destacan los usuarios de la bicicleta y de los VMP, ya que uno de cada cuatro admite haber sufrido un episodio de estas características, mientras que la proporción en relación a los coches y peatones es de uno de cada 7. Así pues, estos datos parecen indicar que los nuevos modos de transporte aún tienen margen de mejora y, al respecto, cabe señalar que el 48% de los ciclistas y el 44% de los usuarios de VMP dice no tener carné de conducir.
Sobre las características de estos sustos y siniestros, las bicicletas, VMP y motos son los que tienen más accidentes ellos solos, mientras el coche es el modo de transporte con el que más accidentes han sufrido las motos (28%), los VMP son los que más siniestros han causado entre los peatones y las motos y éstas últimas, las que más accidentes han protagonizado con las bicicletas (30%). Y acerca del lugar en el que estos incidentes se producen, destacan la calzada (27%), las acercas (16%) y los cruces y rotondas (16%), siendo estas dos últimas las las secciones peor valoradas por los usuarios, mientras que las acercas anchas, los carriles bici unidireccionales en calzada y la señalización serían las mejor valoradas.
Sin respeto a la velocidad
El estudio del RACC también incluye los datos aportados por las más de 25.000 observaciones realizadas, las cuales permiten poner de relieve el alto nivel de incumplimiento de los límites de velocidad, especialmente en dos nuevas tipologías de vías. Así pues, el 97% de las bicicletas y VMP no respetan el límite de 10 km/h en los carriles bici en la acerca durante el día, mientras que por la noche el incumplimiento es del 100%. Este dato contrasta con el relativo al carril bici en la calzada o la calzada ciclable, donde el 97% y el 98% de los usuarios, respectivamente, no exceden la velocidad máxima permitida por el día y por la noche estos porcentajes se sitúan en el 80%.
La segunda nueva tipología de vía en la que se rebasa frecuentemente la velocidad permitida son las zonas con un límite de 20 km/h, en las que el 94% de los coches y motos incumplen la norma de día y el 100% lo hacen de noche, como también sucede en los carriles 30, donde por la noche nadie cumple con el límite de velocidad.
Una movilidad más intuitiva
Así las cosas, tal y como señaló Rey, en Barcelona “ahora solo se puede hablar de una coexistencia de modos de transporte, no de una convivencia” y, para mejorar la situación, desde el RACC ponen el foco en la necesidad de mejorar las infraestructuras, con actuaciones en cruces, rotondas y zonas pacificadas, las cuales no están cumpliendo con el objetivo para el que fueron diseñadas, y con medidas orientadas a reducir la confusión e inseguridad de los usuarios de la vía pública. Al respecto, Rey indicaba que “es complicado moverse por Barcelona porque pasas por diferentes tipologías de calles, con normativas diferentes, y no queda bien resulta la información que se le da al usuario al respecto”, de manera que, en este sentido, " es clave un señalización más comprensible y sencilla”, ya que, como señalaba Bardají, director del Área de Movilidad del RACC, ahora “es un espacio que cuesta leer, que genera confusión”.
Además, para la entidad, es necesario que las administraciones acompañen al usuario en lo relativo al respeto de las normas y la convivencia mediante infraestructuras adecuadas, una señalización y una regulación de las fases semafóricas que favorezca el cumplimiento de los límites de velocidad, acciones de concienciación y formación y, en última instancia, un incremento del control y la vigilancia ante conductas incívicas
✕
Accede a tu cuenta para comentar