Escapada
15 pueblos de cuento para hacer turismo rural en Cataluña
Un viaje por 15 pequeños municipios catalanes de indudable encanto para una escapada. Del Pirineo y su alta montaña a las tierras del Ebro y su espectáculo fluvial
Cataluña está siempre en el grupo de cabeza del ranking turístico de las comunidades de España gracias a dos potentísimos centros de atracción: la ciudad de Barcelona y las playas de la Costa Brava. Pero más allá de sus grandes estrellas del turismo, hayuna Cataluña rural,una Cataluña perdida en espacios naturales como las montañas del Pirineo que también merece una visita.
Son escapadas con doble premio: el de perderse en una pequeña localidad rodeada de naturaleza y el de hacerlo sin una muchedumbre alrededor. Las cuatro provincias de Cataluña pueden presumir de varios municipios encantadores, pero hemos seleccionado 15 de indudable belleza. Podrían ser más, pero no podrían ser menos. Son los siguientes:
1. Castellar de N’Hug (a 144 km de Barcelona)
Este municipio de montaña, a dos horas en coche desde Barcelona, se encuentra en el noreste de la comarca del Berguedà entre bosques de pino silvestre, fresnos, haya, robles y chopos. Es conocido, sobre todo, porque en él podemos encontrar el nacimiento del río Llobregat, lugar que se conoce como Les Fonts del Llobregat.
El municipio está construido de forma escalonada a los pies de unos riscos respetando la orografía del terreno. En cuanto a la arquitectura de sus edificios, el pueblo respeta la arquitectura tradicional del municipio: calles empedradas y casas familiares con paredes gruesas de piedra, contraventanas de madera y tejas típicas catalanas. La estrella de la excursión, por supuesto, es acudir al nacimiento del Llobregat para contemplar la fuerza de la naturaleza en estado puro y ver cómo el agua brota directamente de los riscos que bordean Castellar de n’Hug y de las cimas cercanas.
2. Tivissa (a 146 km de Barcelona)
Se trata de un municipio ubicado en la Ribera del Ebro, a 1 hora y 45 minutos en coche desde Barcelona, con profundas raíces históricas, donde los íberos dejaron una huella muy marcada. Se conservan diferentes cuevas de la prehistoria y pueden verse pinturas rupestres que fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998 y también Bien Cultural de Interés Nacional – Zona Arqueológica (BCIN) .
También reciben el título de Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de monumento histórico las murallas de Tivissa y los portales de entrada al recinto fortificado.
Tivissa, acaso el municipio más encantador de las Tierras del Ebro, es una villa encaramada y rodeada de montañas, con portales a través de los que se accede a un tramado de calles estrechas y sinuosas donde pueden descubrir casas señoriales o la iglesia arciprestal de Sant Jaume.
3. Arties (a 320 km de Barcelona)
Ubicado en laVall d’Aran, Arties, a cuatro horas en coche desde Barcelona, es un pueblo de cuento que se halla a las puertas del parque de Aigüestortes y lago de San Mauricio. El tiempo parece haberse congelado en las callejuelas de Arties, un núcleo donde el patrimonio y la cultura aranesa están muy bien representados.
Es famoso por sus piscinas termales. Es aconsejable una comida en su clásico Parador o bien en la Casa de Don Gaspar de Portolà. En el casco antiguo se encuentra la iglesia de Santa María de Arties, un claro ejemplo de la mezcla entre el románico y el gótico aranés, que preside el pueblo desde el siglo XI. No muy lejos se encuentra otra iglesia, dedicada a San Juan, que hoy cumple la función de museo.
Es recomendable un paseo por su centro histórico, jalonado de casonas nobiliarias de piedra, típicas de la arquitectura aranesa. Ahí está, por ejemplo, la mencionada casona de Portolá, con su torre del siglo XVI, o la del Paulet, también de la misma época.
La visita a Arties es fácil de complementar con rutas culturales y, por supuesto, con actividades deportivas como barranquismo, senderismo, parapente, bicicleta de montaña y hasta golf.
4. Castellfollit de la Roca (a 120 km de Barcelona)
Este pueblecito de la comarca de La Garrotxa, a 1h 40m en coche desde Barcelona, destaca por estar construido sobre un risco de más de 50 metros de altitud y por arrastrar unos 200.000 años de antigüedad. Se trata de uno de los municipios más pequeños de Cataluña, con unos 1.000 habitantes y una superficie de sólo 700 metros cuadrados, y desde sus alturas puede contemplarse el río Fluvià.
Sus calles, estrechas y sinuosas, llevan hasta un extremo del riscal, donde se encuentra la iglesia y el mirador Josep Pla, desde donde pueden disfrutarse de unas vistas espectaculares del paisaje. Al hallarse en una zona volcánica, el paisaje es tan variado como exuberante.
5. Siurana (a 144 km de Barcelona)
Siurana, en la comarca del Priorat y a unas dos horas en coche desde Barcelona, se considera uno de los pueblos medievales más bellos de España y, a la vez, ofrece uno de los mejores miradores de la península. Siurana está emplazado en un imponente peñón de roca caliza y destaca por su pantano al que da nombre. Se ubica entre las sierras del Montsant y de Prades.
Como decíamos, uno de sus mayores atractivos son sus miradores, puesto que el municipio se ubica en lo alto de la montaña. Uno de los miradores más imponentes es el de la iglesia, puesto que desde ahí puede contemplarse el embalse y las montañas que lo rodean.
Este embalse es uno de los sitios más visitados en los cálidos veranos de Siurana. Sus aguas tranquilas y azules son perfectas para disfrutar de un refrescante baño y para la práctica de deportes acuáticos.
6. Camprodon (a 130 km de Barcelona)
Este municipio de la comarca del Ripollès, situado en el centro de los Pirineos de Girona y a dos horas en coche desde Barcelona, puede presumir sin sonrojo de un magnífico paisaje natural y de una historia muy rica.
El recorrido por las calles de Camprodon permite maravillarse con bastantes monumentos y edificios como el monasterio de Sant Pere, la iglesia de Santa Maria, la calle Valencia, el famoso puente de piedra, el histórico del Ayuntamiento, el paseo Maristany la Antigua Fábrica de galletas Birba, situada en la calle Ferrer Barberà.
Los amantes del senderismo y los paseos tranquilos por la naturaleza pueden visitar el robledal de Can Pascal y los paseos de la Font Nova y el de Maristany.
7. Bagergue (a 290 km de Barcelona)
El pueblo de Bagergue, ubicado en plena Vall d’Aran y a unas cuatro horas en coche desde Barcelona, está es considerado como uno de los pueblos más bonitos del Pirineo catalán. Es el municipio más alto del valle, a 1.419 metros de altitud. Sus casas mantienen el estilo tradicional de las casas de Vall d’Aran, es decir, que están construidas con piedra, tejados de pizarra negra, y con ventanas y puertas de madera.
Su centro histórico, de calles empedradas, forma parte del inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. En él encontramos edificios singulares como la iglesia parroquial de Sant Fèlix, construida siguiendo los patrones del Románico en el siglo XIII, y posteriormente modificada en el siglo XVI, cuando se modificó su ábside y se le añadieron dos capillas, una sacristía y, posteriormente, el campanario, que data de 1763.
8. Rupit (a 100km de Barcelona)
En medio del espacio natural del Collsacabra, al norte de la comarca de Osona y a 1h 45m desde Barcelona en coche podemos deleitarnos con Rupit, un municipio rodeado de frondosos bosques y de una riera. Cualquier visita debe incluir, sí o sí, el el famoso puente colgante que pasa por encima de la riera de Rupit, sin duda el gran icono de esta localidad.
Al lado de la iglesia de Sant Miquel (desde su campanar están las mejores vistas del municipio) se halla la la plaza Mayor, un rincón muy pintoresco, lleno de balcones engalanados con flores y tiendas de carácter rústico.
Otro de los lugares más característicos de Rupit es la calle del Fossar. Una calle de piedra con escalones, empinada, pero también es el lugar más rústico y antiguo de todo el municipio.
En esta misma zona también merece la pena una vista a la plaza dels Cavallers, el antiguo punto de reunión de la gente distinguida de la época. Otros edificios de interés son la casa del boticario, la notaría Soler y la antigua herrería. Todas estas antiguas casas de oficios que han tenido una larga historia en la población.
9. Beget (a 145 km de Barcelona)
Beget, un pequeño núcleo que pertenece a Camprodon y a 2h 15m desde Barcelona en coche, destaca por conservar todas las edificaciones medievales de piedra, con estrechas callejuelas, plazas centenarias y diversos monumentos románicos, como la iglesia de Sant Cristòfol o los puentes que unen sus tres sectores.
Se trata de uno de los pueblos más pintorescos y turísticos de la Cataluña montañosa, un lugar de visita obligada para degustar el sabor antiguo de la historia. El núcleo de Beget es su principal atractivo. Destacan la iglesia románica de San Cristóbal y la Majestad del retablo del altar mayor, así como la torre del reloj. También vale la pena admirar sus puentes.
10. Cardona (a 90 km de Barcelona)
Situado en la comarca del Bages y a 1h 15m desde Barcelona, Cardona es una de las poblaciones de Cataluña con más historia, marcada principalmente por la riqueza de dieron a la zona sus famosas Minas de Sal y por el valor militar del Castillo de Cardona, enclave de algunas de las batallas y asedios más recordados de la comunidad.
A parte de la riqueza natural de la zona, pasear por el casco antiguo es un auténtico placer: la antigua villa amurallada de la época medieval y la posterior construcción del recinto gótico han convertido este centro histórico en Bien de Interés Cultural, defendido por una auténtica e inexpugnable fortificación, espejo de siglos de historia militar.
Son imprescindibles las visitas a la montaña de sal, al castillo de Cardona, al conjunto histórico del casco antiguo.
11. Besalú (a 129 km de Barcelona)
Besalú, al este de la comarca de la Garrotxa y a 1h30m de Barcelona, este municipio fue originalmente una fortaleza entre dos ríos, el Fluvià en el sur y el Capellades en el norte.
Cuenta con un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los mejor conservados de Cataluña. Forman parte de este conjunto la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII (de la que destaca la originalidad de su deambulatorio); la iglesia de San Vicente del siglo XII, donde se conserva una capilla gótica lateral dedicada a la Vera Cruz; la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià del siglo XII; la Casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Curia Real.
Pero quizá de los espacios más sobresalientes es la judería, y en especial el Micvé. El Micvé o casa de baños rituales de Besalú es, junto al de Girona, el único recinto de baños judíos descubierto hasta ahora en la Península Ibérica.
Y, cómo no, hay que destacar el majestuoso puente románico sobre el río Fluvià, otro de los vestigios del Condado de Besalú.
12. Pals (a 130 km de Barcelona)
Pals, una de las villas más pintorescas de la Costa Brava y 1h30m en coche desde Barcelona, sobresale por su magnífico casco antiguo de origen gótico, el cual ha recuperado todo el esplendor después de una cuidada y completa restauración.
El pueblo se encuentra situado en la cima del monte Aspre, y el término municipal llega hasta la costa, con una larguísima playa, ideal para la práctica de deportes acuáticos. Son característicos del entorno de Pals los campos de arroz, herederos del entorno pantanoso que antiguamente existían y que dan un encanto añadido.
El Pedró —así se llama el mencionado casco histórico de origen gótico— asombra por sus rincones y su esencia medievales y es, sin duda, la parte más atractiva del municipio, que ofrece otros lugares de interés como los paisajes de los antiguos campos de arroz y las dunas.
14. Miravet (a 160 km de Barcelona)
Este municipio de la comarca de la Ribera de Ebro, a unas dos horas desde Barcelona en coche, tiene una gran historia debido a su situación estratégica respecto al río Ebro, que permitió un notable crecimiento económico y poblacional. No se puede hablar de Miravet sin referirse a su castillo, uno de los monumentos más destacados e importantes de la arquitectura románico-gótica de Cataluña. Se encuentra situado en lo más alto de la población y permite unas vistas magníficas.
Dentro del núcleo de Miravet también se encuentra la Iglesia Vieja, construida durante los siglos XVI y XVII sobre las bases de la antigua mezquita de la población. Sufrió una severa degradación durante la Guerra Civil y ahora se utiliza para la población como centro cultural.
Desde Miravet también puede disfrutar de una ruta ambientada durante la Batalla del Ebro en la que se sigue un recorrido por los alrededores del municipio pasando por aquellos parajes tan emblemáticos.
15. Tivenys (a 190 km de Barcelona)
Situado en la comarca del Bajo Ebro y a 2h 15m en coche desde Barcelona, en Tivenys destaca una espectacular obra hidráulica de época renacentista que comparte con Xerta (al otro lado del río). Se trata de Se trata de una presa con un azud (muro de contención que desvía el agua) de unos 310 metros de largo construida en diagonal de lado a lado del río.
Existe una playa fluvial ideal para relajarse y disfrutar del entorno natural del río. Se puede realizar el itinerario desde el parque municipal de la villa hasta el azud, bordeando el río.
La historia, la vida, la economía y las tradiciones de Tivenys están ligadas al río. Actualmente, es una población donde reina la tranquilidad y donde se puede disfrutar de vistas y diversas actividades alrededor del río, que también ha dejado numerosos testimonios de su importancia en el pasado.
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