Dia Mundial de la Menopausia
“La sanidad debe dar respuesta a la demanda de las mujeres con menopausia”
Sus síntomas pueden afectar de forma significativa a la calidad de vida, pero es posible tratarlos con terapia hormanal, sin embargo, la Seguridad Social incluye pocos de estos tratamientos en su cartera
“Las mujeres del siglo XXI, no son como las del siglo XX y menos aún, como las del XIX. Ahora la mujer ha cambiado su concepto, está empoderada y quiere estar ahí, necesita estar bien”, señala el doctor Pluvio Coronado, ginecólogo y presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEMM), quien señala que en este contexto, para este perfil de mujer, la menopausia, que suele aparecer entre los 45 y los 55 años, puede ser un contratiempo importante, ya que es posible que ésta impacte de forma significativa en su bienestar.
“La menopausia no es una enfermedad, pero en ocasiones altera la calidad de vida de quien la sufre y la sanidad ha de ser capaz de dar respuesta a las demandas de esas mujeres a quienes ésta les afecta más”, comenta el doctor. Entre los síntomas más precoces de la menopausia destacan los sofocos y sudoraciones, frecuentemente nocturnos, razón por la cual suelen asociarse al insomnio, que a menudo va acompañado de una mayor irritabilidad. Y es que la menopausia supone una bajada paulatina de estrógenos, que puede provocar también sequedad vaginal y caída de la lívido, afectando así también a la calidad de las relaciones sexuales, así como sequedad en la piel.
Asimismo, esa falta de hormona puede producir molestias en las articulaciones, porque los estrógenos contribuyen también a la formación del colágeno, y, en algunos casos se evidencia un aumento de peso de la mujer, que es de entorno al 5%. Esos síntomas y signos asociados a la menopausia están englobados en el concepto de síndrome climatérico, que es paulatino y en cada persona es diferente, del que también forman parte las alteraciones en el estado de ánimo.
El bulo de la depresión
Al respecto el doctor Coronado indica que “los estrógenos tiene un efecto antidepresivo, de manera que la menopausia puede ir asociada a una sensación de melancolía y al llanto fácil”, sin embargo puntualiza que “pese a ello, nunca debe achacarse la depresión a la menopausia, eso es un bulo”. “La menopausia puede sumar a la depresión algo, puede potenciarla, pero no crearla. Es decir que si una mujer tiene una depresión latente, larvada, es posible que la menopausia contribuya a que ésta se despierte o si ya la sufre, quizá la menopausia la despierte un poquito más, pero en ningún caso va a provocar depresión”, matiza Coronado.
En una fase más tardía y a consecuencia de la menopausia, es posible que se produzca también un deterioro óseo, que acabe generando dolor en las articulaciones, que se conoce como osteoporosis y que da lugar a fracturas, porque el hueso se pone duro y puede romperse. A nivel del sistema cardiovascular, se empieza a producir un deterioro por la falta de estrógenos, que son preventivos, y de esta manera aumento el riesgo cardiovascular, incrementando así las posibilidades de sufrir un infarto o un ictus. Y puesto que el cerebro también recibe estrógenos y sabemos que la falta de esta hormona puede alterar los vasos sanguíneos porque se van obstruyendo poco a poco, se ha observado que existe una leve asociación entre la menopausia y el aumento del riesgo de demencia.
Tratamientos
Así pues, con la menopausia se produce una pérdida de estrógenos, que supone una desprotección de la mujer y la aparición de una serie de síntomas que alteran su calidad de vida. “No todas las mujeres van a sufrir los mismos efectos de la menopausia ni con la misma intensidad, pero cuando éstos alteran su bienestar y calidad de vida entonces es cuando hay que actuar”, indica el doctor, quien hace hincapié en que, hoy en día, existen maneras de paliar los síntomas de la menopausia para mejorar el bienestar de las mujeres y evitar que éstos afecten de forma significativa a su calidad de vida.
En este sentido, la persona menopáusica debe saber que una dieta alta en grasas, el consumo de tóxicos como el tabaco o la falta de actividad física favorecen la aparición de esos síntomas, de manera que debe seguir unos hábitos de vida saludable para tratar de paliarlos o evitarlos, pero además, en aquellos casos en los que es realmente necesario, existe la opción de recurrir al tratamiento hormonal, que debe seguirse durante el tiempo que haga falta y con la dosis mínima que sea eficaz.
Las candidatas a esta terapia son aquellas mujeres que sufren síntomas lo suficientemente severos como para que supongan un menoscabo de su calidad de vida y, por otra parte, que no sufran otras patologías o condiciones médicas que contraindiquen su prescripción. “Si una mujer sufre insomnio, quizá éste se pueda tratar con melatonina, pero en ocasiones los síntomas son múltiples o severos y, entonces, la alterativa son las hormonas”, explica el presidente de la AEEM.
Al respecto, Coronado señala que “el tratamiento hormonal es siempre con estrógenos, pero esta hormona puede provocar efectos deletéreos en el útero, de manera que en aquellas mujeres con útero es necesario, además, dar también progesterona para protegerlo”. En cualquier caso, “no se trata de un tratamiento de por vida, sino que éste solo debe prescribirse para el tiempo que sea necesario”, apunta el doctor, quien quiere dejar claro que, “si bien con la terapia hormonal existe riesgo de trombosis, sobre todo durante el primer año, lo cierto es que el beneficio de la terapia supera con creces los riesgos” y, sobre todo, desmonta el mito que asocia dicho tratamiento al cáncer de mama.
Así pues, la terapia con estrógenos es la alternativa más adecuada para aquellas mujeres que experimentan síntomas severos que alteran su calidad de vida a causa de la menopausia, por lo que Coronado considera que “la sanidad ha de poder dar respuesta a esta demanda”. “Todas las mujeres van a ser menopáusicas y, en algunos casos, van a necesitar que les echen una mano para poder recuperar o mantener su bienestar, porque a día de hoy son personas empoderadas, que quieren seguir con su día a día, estar ahí” y, en ocasiones, los efectos de esta menopausia pueden ser un verdadero obstáculo en este sentido. “Si una abogada está reunida con su cliente y sufre un sofoco, puede producirse una situación realmente incómoda para ella, que altere su bienestar”, menciona a modo de ejemplo el doctor, quien, en este sentido, lamenta que “a día de hoy, haya pocos tratamientos hormonales incluidos en la Seguridad Social, pese a que éstos no son caros y permiten paliar o tratar los síntomas de la menopausia”
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