Investidura

Cataluña entra en una semana política clave con el órdago de ERC a JxCat: quiere un acuerdo antes de mayo

Los republicanos se abren ahora a gobernar en minoría ante el bloqueo de los posconvergentes

GRAF261. BARCELONA, 22/04/2021.- El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès (i) conversa con la presidenta del Parlament, Laura Borràs, minutos antes del acto protocolario por la Diada de Sant Jordi este jueves en Barcelona. EFE/Marta Pérez
GRAF261. BARCELONA, 22/04/2021.- El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès (i) conversa con la presidenta del Parlament, Laura Borràs, minutos antes del acto protocolario por la Diada de Sant Jordi este jueves en Barcelona. EFE/Marta PérezMarta PérezAgencia EFE

Las negociaciones para la investidura de Pere Aragonès en Cataluña entran este lunes en una semana clave. Con un mes de plazo por delante (hasta el 26 de mayo), Esquerra quiere imponer presión a JxCat y mantiene su voluntad de alcanzar un acuerdo antes de que finalice este mes -es decir, esta misma semana-. Las conversaciones están todavía lejos del pacto porque faltan varias carpetas por cerrar, aunque los republicanos creen que es viable ya que, inciden, es “cuestión de voluntad”.

En este marco, para esta semana está previsto que se celebre una reunión en el centro penitenciario de Lledoners, donde se encuentran el secretario general y hombre fuerte de JxCat, Jordi Sánchez, y el líder de Esquerra, Oriol Junqueras. En ese encuentro se espera que se registren avances que permitan allanar el acuerdo tras más de dos meses de negociaciones (las elecciones fueron el 14 de febrero) y tras casi siete meses de Govern en funciones (desde el 28 de septiembre).

Como preludio de esta semana, Aragonès ha aumentado la presión al concretar el órdago de Esquerra a JxCat: si antes del 1 de mayo no hay acuerdo, se deberán explorar alternativas. Y, ¿cuál es el escenario alternativo? Un gobierno en minoría de ERC, según ha explicado el candidato republicano en una entrevista en el “Ara”.

Lo cierto es que JxCat amagó durante días con dar el apoyo a Aragonès y marcharse a la oposición, pero ese escenario se ha ido diluyendo en la medida en que las negociaciones han ido avanzando. En este sentido, cabe subrayar que dentro del partido de Carles Puigdemont conviven diferentes facciones y han mostrado pareceres distintos sobre esta cuestión: unos preferían quedarse fuera del Govern o, incluso, flirtean con forzar una repetición electoral, y otros apuestan por mantener la cuota de poder en la Generalitat.

En cualquier caso, hasta ahora, Aragonès se había mostrado prudente y había evitado mostrar su opinión sobre la posibilidad de que JxCat se fuera a la oposición. Aunque públicamente se exhiba favorable a un gobierno de coalición, también es cierto que gobernar en solitario permitiría a Esquerra tener menos ataduras y menos desgaste y aprovechar mayorías alternativas al independentismo durante la próxima legislatura.

Ahora mismo, los republicanos podrían gobernar con JxCat y la CUP (sumarían 74 diputados) o con PSC y Comunes (también suman 74 diputados). Si bien, para el trámite de la investidura, tan solo puede contar con el bloque independentista porque los socialistas catalanes, que vencieron en las urnas el 14 de febrero, no están dispuestos a entregarle la presidencia de la Generalitat a Aragonès.

Una vez superada la investidura, el entendimiento entre Esquerra y PSC se antoja mucho más viable -por ejemplo, para los presupuestos (una de las principales urgencias que afrontará Aragonès) o medidas socioeconómicas- porque así lo han señalado ya públicamente ambas formaciones.

Si los republicanos continúan gobernando con JxCat, la legislatura se antoja de nuevo muy agitada porque los posconvergentes han dado muestras de que no van a poner las cosas fáciles a Aragonès para evitar que pueda consolidar su liderazgo: de entrada, han tumbado hasta en dos ocasiones su intento de investidura -ningún president ha perdido dos debates de investidura-. Para remediarlo, se han establecido grupos de coordinación y Aragonès tiene la voluntad de construir un Govern en el que las conselleries también sean compartidas para evitar equipos estancos -es decir, que en un mismo departamento convivan miembros de ERC y JxCat-.