Patrimonio
Se venden impresionantes castillos a precio de "ganga"
Cualquiera se puede hacer con una fortaleza por solo 45.000 euros
¿Quién no ha soñado en alguna ocasión en ser un caballero feudal y ser propietario de un castillo con toda su corte? Pues ahora está mucho más cerca de lo que uno cree. Y es que en España hay tres fortalezas espectaculares a la venta con un precio que sorprende a propios y extraños, ya que por tan solo 45.000 euros te puedes hacer con una de estos edificios. Y que mejor que en España, que es el país del mundo que cuenta con un mayor número de castillos en un gran estado de conservación.
¿Quién no ha soñado alguna vez con ser un caballero templario? ¿Y con una entrada triunfal al grito de "¡Ha del castillo!"? ¿O con caminar por pasadizos llenos de historia? España es el país para “hacer realidad” estas fantasías porque es una tierra llena de castillos perfectamente conservados y donde hasta el mismo Charlton Heston ha dado vida a la figura del caballero castellano El Cid Campeador. Estos castillos son visitables y algunos organizan visitas teatralizadas. Algunos de estos ejemplos que parecen sacados de una película se pueden comprar por un módico precio.
Castillo de La Raya
El castillo de la Raya, también conocido como torre de Martín González, es una fortaleza medieval ubicada en el municipio soriano de Monteagudo de las Vicarías. El origen ha de buscarse en el puente entre los siglos XII y XIII y muy unido a la figura de Alfonso VIII, que lo construye como punto adelantado de Monteagudo de las Vicarías para vigilar el valle del Nágima —acceso a la Meseta— y el río Jalón y lo cede a su hombre de confianza, Martín González. Es tierra fronteriza de la raya, entre los reinos de Castilla y Aragón.
El castillo es hoy casi un conjunto de restos, de lo que fue un castillo de guarnición, construido con mampostería en los paramentos y sillares en las esquinas. En su construcción dominó el gótico e incluso el protogótico: en el interior se pueden apreciar restos de plantas y aposentos, mechinales así como un aljibe y paso subterráneo. A los pies del castillo se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Torre, también conocida como ermita de San Marcos.
El portal de ventas “El Idealista” señala que está a la venta por 45.000 euros. La fortaleza consta de la torre del homenaje y del recinto amurallado. La torre de forma rectangular tiene 10 metros de largo por 7 de ancho y 15 de altura.
Castillo de Castilnovo
La fortaleza de origen musulmán está situada en el Condado de Castilnovo, provincia de Segovia, conocido por haber pertenecido y haber sido habitado por el condestable Álvaro de Luna, por Juan Pacheco, marqués de Villena, por los Reyes Católicos, por los Velasco (condes de Castilnovo), entre otros. Es de estilo mudéjar toledano, obra de alarifes musulmanes.
El origen del castillo está todavía en la penumbra. Algunos investigadores lo atribuyen a Abderramán I, quien lo fundaría en el siglo VIII. Otros investigadores se inclinan por atribuírselo a Almanzor en el siglo X. Hasta la fecha, no se han identificado restos arqueológicos de esa época, sino simples referencias literarias a una fortificación (posiblemente una torre de vigilancia) en torno al año 740 d. C.. que se presume podría ser el origen del castillo actual.
En los siglos XII y XIII datamos los arcos se datan del lado oeste del Patio de Armas. Posteriormente, se fueron adosando las seis torres: Solana, Puerta y Vieja, y más tarde las del Moro, Caracol y Álvaro de Luna. Alojó al rey Fernando I de Aragón y su mujer la reina Leonor de Albuquerque. Posteriormente el rey Juan II de Castilla hizo entrega del mismo a su valido, el condestable Álvaro de Luna. A la muerte de este, el rey Enrique IV de Castilla entregó Castilnovo a Juan Pacheco, marqués de Villena.
Posteriormente, es adquirido, junto con una gran extensión de tierras circundantes, por el rey Fernando el Católico, creando así el señorío de Castilnovo, el cual cede a su hija natural Juana de Aragón en dote para su matrimonio con Bernardino Fernández de Velasco, I duque de Frías. A la muerte de Felipe el Hermoso en 1506, la reina Juana "la Loca" se hospedó en el castillo de Castilnovo para estar en compañía de su media hermana.
Juana de Aragón muere en 1510, dejando Castilnovo a su marido, el duque de Frías, que tras su muerte en 1512, lo deja en herencia a su hija Juliana Ángela de Velasco y Aragón, quien casa con su primo hermano, Pedro Fernández de Velasco, quien más tarde sucedería como III duque de Frías.
En 1526, el emperador Carlos V encargó a al condestable Íñigo (II duque de Frías) que custodiara al Delfín de Francia y al Duque de Orleans (futuro Enrique II) hijos del rey Francisco I de Francia, como rehenes tras el Tratado de Madrid. El condestable custodió a los príncipes en sus fortalezas de Villaba de los Alcores y de Ampudia. Pero tras su muerte en 1528, su hijo Pedro le relevó en su misión, trasladándolos al Castillo de Castilnovo, y más tarde al de Pedraza de la Sierra, ambos propiedad de su mujer Juliana Ángela, quien se sabe vigiló personalmente por su bienestar.
En 1557, Felipe II concedió el título de condesa de Castilnovo a Juliana Ángela de Velasco y Aragón, en recompensa por sus servicios prestados a la Corona y por la estima que su primo el emperador Carlos V, y su sobrino el rey Felipe II le tenían, como ha quedado patente en la amplia correspondencia intercambiada entre ellos y que se conserva hasta nuestros días en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.
A su muerte en 1559, Juliana Ángela dejó el condado de Castilnovo, el castillo y sus tierras a su sobrina la condesa de Osorno, quien a su vez lo dejó a su hija Juana de Velasco, III condesa de Castilnovo. Al fallecimiento sin descendencia de la tercera condesa pasó a los condes de Lodosa y más tarde a los marqueses de Belveder.
Para mediados del siglo XIX, el dueño del castillo era un príncipe alemán, quien en 1859 lo vendió a José Galofré, secretario y pintor de Cámara de la reina Isabel II, quien intervino el castillo con tendencias estéticas propias del siglo XIX. De José Galofré, pasó por herencia a los marqueses de Quintanar, grandes de España, quienes intervienen nuevamente en el castillo, adosando un ala de estilo "casa rural segoviana" en el siglo XX, según señala Wikipedia.
En junio de 1931, el Castillo de Castilnovo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). En los años ochenta, los marqueses de Quintanar lo vendieron a una asociación hispano-mexicana, llamada Castilnovo S.A., que durante los 2000 amplió su espacio con un gran salón y una biblioteca española y mexicana. En el año 2016, el castillo salió a la venta por 15 millones de euros, siendo la propiedad más cara de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, contrastando con los 3.5 millones que se pedían por el Castillo de Butrón en el País Vasco. A la muerte del último propietario, el castillo fue removido de su estado de venta para pasar a ser ofrecido en alquiler.
Según señala “El Idealista” el castillo, que cuesta alrededor de 15 millones de euros, cuenta con cinco plantas, terrazas, 22 habitaciones en suite, y baños privados con sauna está disponible para celebraciones mientras espera un nuevo dueño. La fortaleza triunfa como espacio de celebración de bodas, por ejemplo, Lucía Pombo, la hermana de la influencer María Pombo se casó allí en 2022.
Castillo de Espelúy
El Castillo de Espelúy está situado en un punto de control estratégico, próximo a donde las aguas del Rumblar vierten en el río Guadalquivir, en la provincia de Jaén. De origen andalusí, tras la conquista castellana por Fernando III se remodela a lo largo de los siglos XIII y XIV.
En el interior de sus murallas, destaca su magnífica torre del homenaje, de planta cuadrada, en cuyo interior se conservan dos salas superpuestas cubiertas por bóvedas de cañón. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985. Propiedad de la Casa Benavides, ocupaba un lugar muy estratégico en el marco de las vías de comunicación, pues controlaba el paso de la barca del Guadalquivir en el camino del Muradal (de Castilla a Andalucía).
De hecho, en la margen contraria, la derecha, la Casa Benavides era propietaria de la Casa de la Barca y de una venta, la llamada del Toledillo. Se trata de un punto neurálgico en el comercio de los siglos XV al XIX. No fue casualidad que en ese mismo lugar, en el paso de la barca, Santa Teresa de Jesús naufragara cuando iba de Beas de Segura a Sevilla, con el fin de fundar un nuevo convento carmelita. El accidente no paso del susto y fue auxiliada por la gente del castillo.