Patrimonio
La pequeña ermita soriana que alberga la "Capilla Sixtina" del arte mozárabe
Un templo único por su singular construcción y por sus hermosas pinturas murales románicas que cubren casi en su totalidad el interior
Castilla y León puede presumir, y de hecho lo hace, de contar con un vasto patrimonio artístico disperso a lo largo de sus nueve provincias, especialmente religioso y ubicado en el medio rural. Y es que no hay un solo pueblo en esta Comunidad que no tenga una pequeña ermita, una iglesia o un templo de cualquier estilo con alguna característica que lo hace única, ya sean una portada, un retablo o unas pinturas.
La provincia de Soria cuenta con varios lugares de este tipo, que merecen una visita alguna vez en la vida.
En este caso, traemos a estas líneas de LA RAZÓN una pequeña ermita soriana que se sitúa en un paraje aislado, muy cerca del municipio de Casillas de Berlanga. Un lugar que llegó a formar parte de un pequeño monasterio, aunque con el tiempo pasó a ser propiedad privada de varios vecinos.
Nos estamos refiriendo a la ermita de San Baudelio, declarada Monumento Nacional hace más de cien años, en concreto en el año 1917, y que esta considerada como la Capilla Sixtina del arte mozárabe.
Se trata de una construcción mozárabe de la segunda mitad del siglo XI, levantada al amparo de las conquistas de Fernando I. Sencilla exteriormente, y de gran riqueza al interior, muestra en el centro de la nave, una gran columna que se despliega en ocho arcos de herradura para formar una bóveda esquifada con un camarín en su interior. A los pies se dispone una tribuna sobre arcos también de herradura, a modo de mezquitilla, a cuyo abrigo se abre una cueva eremítica, posible origen del culto en el lugar.
Es una construcción austera, con muros construidos en mampostería y reforzada con sillares en esquinales y vanos.
Pero, sobre todo, es un templo único en nuestro legado histórico-artístico, tanto por su singular construcción, como por sus hermosas pinturas murales románicas y mozárabes que cubrían casi en su totalidad el interior de la ermita.
De hecho, parte de estas pinturas se conservan allí, y otras, que fueron arrancadas, se conservan en los museos de Boston, Nueva York, Indianápolis y El Prado.
Al respecto, la Junta solicitaba hace unos meses a préstamo de forma oficial las pinturas a los museos donde estas se encuentran en la actualidad. A través de Patrimonio Cultural se han dirigido diferentes misivas al Museo Metropolitano de Nueva York, al Museo de Arte de Indianápolis, al Museo de Cincinnati y al Museo de Bellas Artes de Boston (todos ellos ubicados en EEUU) y al Museo Nacional del Prado (de Madrid).
La idea del Gobierno autonómico es poder firmar un convenio con estos museos para programar el préstamo y de esta forma poder volver a ver junta toda esta obra de arte, pero todo el gozo en un pozo, ya que todo ellos han mostrado su rechazo a este regreso y se escudan en que velan ante todo por la seguridad y la preservación de unos frescos que tienen ya casi mil años de antigüedad, dando a entender que un traslado trasatlántico sería lesivo para estas pinturas.
Fundación cristiana
En esta ermita se puso en marcha una de las primeras fundaciones cristianas en el avance de Castilla sobre el Califato, y se piensa que fue construida como una avanzadilla repobladora en estos territorios.
Junto a la ermita de San Miguel de Gormaz y la Vera Cruz de Maderuelo, conforma lo que se ha denominado como la trilogía pictórica románica por excelencia de la Castilla medieval.
Lo que más impresiona a quien visita este lugar es su interior, ilustrados en su totalidad con pinturas murales al fresco y temple, de época románica.
Las que se ubican en la parte inferior son de colores muy simples y en ellas se representan escenas profanas de carácter animalístico y cinegético, de la fauna real con cacerías, halconeros y guerreros.
Mientras que las pinturas situadas en la parte superior, de mayor riqueza cromática, muestran pasajes de la Biblia y de la vida de Jesucristo, como la adoración de los Reyes, la última Cena o la Pasión de Cristo.
Otra de las cosas que sobresale en esta ermita y que no deja indiferente a nadie de quien la ha visitado es su pequeño altar de piedra decorado con pinturas de San Baudelio y San Nicolás a ambos lados de la ventana y el Espíritu Santo, invertido, en el centro.
Una escalera formada por peldaños incrustados en la pared conduce a los visitantes hasta el coro mientras que al fondo se halla una cueva que todavía se conserva en buen estado y que anima el retiro de un eremita.
La ermita de San Baudelio tiene también una necrópolis rupestre con más de una veintena de tumbas de forma antropomorfa que se ubica en el exterior del ábside.
Es, sin lugar a dudas, el monumento histórico y cultural que mejor representa al arte mozárabe en la provincia de Soria.