Escapadas
Así es el último pueblo de Castilla y León, con ocho habitantes y una iglesia románica del siglo XII
Esta aldea situada en el corazón de Las Merindades ofrece tranquilidad y desconexión además de la oportunidad de hacer rutas de senderismo en una de las zonas naturales más ricas de la provincia de Burgos
Castilla y León ofrece al turista un sin fin de opciones para desconectar del mundanal ruido mientras se disfruta de bellos lugares y pequeños pueblos con una gran historia detrás que contar.
Y uno de estos sitios que LA RAZÓN quiere acercar a estas líneas turísticas de los viernes se encuentra en la provincia de Burgos. Una aldea de cuento silenciosa, con un paraje encantador lleno de manzanos, cuevas y arroyos pero también repleto de bosques de hayedos, ríos, cuevas y desfiladeros que está situado a unos 75 kilómetros al norte de la ciudad de Burgos.
Se trata de Crespos, un pequeño municipio cuyos habitantes se cuentan con los dedos de las dos manos y en el que la huella del románico ha quedado muy impregnada a lo largo de los siglos.
Antiguamente, la villa se llamaba Crespos de Hoz de Arreba, perteneciente a la Hoz de Arreba, y donde la jurisdicción era ejercida por el Duque de Frías.
Para los amantes de la naturaleza está el Hayedo de Carrales, uno de los más grandes y mejor conservados bosques caducifolios de la provincia, así como el Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón, en el corazón de Las Merindades, dominado por aves rapaces como el águila real y el águila perdicera, pero también el buitre leonado, el búho real, el alimoche o el halcón peregrino.
Aunque es tierra del lobo también, e incluso se dice que se ha visto algún ejemplar de oso pardo.
Crespos y su entorno ofrecen tranquilidad y desconexión, también la oportunidad de hacer rutas de senderismo en una de las zonas naturales más ricas de la provincia de Burgos.
En esta pequeña aldea hay un espectacular Hotel Rural La Gándara, un refugio castellano de pura cepa, construido en piedra y madera, donde se respira paz y tranquilidad como en ningún otro lugar.
Todas las viviendas de Crespos están orientadas al sureste debido a que en invierno cuenta con apenas seis horas de sol por la particular orografía del sitio, enclavado entre montañas.
Como joya arquitectónica, el municipio presume de una templo románico del siglo XII situada en uno de los extremos del pueblo. Se trata de la Iglesia Inmaculada Concepción, una de las joyas artísticas del Valle de Manzanedo, donde predomina su singular cornisa con canecillos que van desde animales a una máscara o una arpía. Además, para los amantes del patrimonio, no pueden perderse en su interior la preciosa pila bautismal románica.
Es, sin duda, una de las iglesias más icónicas y de mayor encanto del románico rural burgalés, que junto al vecino templo de San Miguel de Cornezuelo, con el que guarda indiscutibles y estrechísimas relaciones, forma la pareja de mejores iglesias del Valle de Manzanedo.
Los desfiladeros de Las Palancas; los Tornos de Tudanca; elValle de Zamancas; los Cañones del Ebro; o la localidad de Orbaneja del Castillo, cerca del núcleo urbano de Crespos, son otros lugares que merecen una visita.
✕
Accede a tu cuenta para comentar