Toros
Un Toro Jubilo más protegido contra los animalistas enciende la noche más ancestral de Medinaceli
Más de tres mil personas participan de este festejo desafiando la fría noche soriana
El Toro Jubilo de Medinaceli, el único astado de fuego que se celebra en Castilla y León, encendía anoche la plaza Mayor de esta localidad soriana, con más de tres mil personas amantes de la Fiesta Nacional y los festejos taurinos populares que desafiaban al frío soriano para participar en la celebración de uno de los rituales más ancestrales de la Península y para el que los animalistas reclaman su abolición.
Durante las semanas previas a la celebración de este festejo, los animalistas habían acudido en masa a las redes sociales para reclamar ayuda y conseguir su abolición, pero apenas se han personado en la plaza Mayor medinense, protegida por fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.
El alvcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla, ha asegurado, en declaracione srecogidas por la agencia Efe, que el toro jubilo se mantendrá siempre que quieran los vecinos y ha defendido que la protección de la que goza en la actualidad es suficiente.
El festejo, declarado por la Junta de Castilla y León en 2002 como espectáculo taurino tradicional, por existir constancia documental de su celebración desde el siglo XVI, coincide siempre con el día anterior a la festividad religiosa en honor de San Arcadio, Eutiquiano, Pascasio, Paulino y Probo, mártires, cuyas reliquias, tal y como cuenta la tradición, fueron llevadas desde África a la villa medinense sobre un toro que portaba teas encendidas en sus cuernos, informa Efe.
Durante el festejo, el animal ha sido un año más atado a un madero y recubierto todo su cuerpo de barro arcilloso para evitar quemaduras.En su cornamenta, los mozos medinenses han colocado un asta metálica (gamella o astilla), que lucía dos grandes bolas de pez, elaboradas con estopa, aguarrás y azufre, que han sido encendidas antes de liberar al toro, ya cerca de la medianoche, pasadas las once y media de la noche.
Media hora después se ha apagado la primera de sus bolas de fuego y a los cincuenta minutos la segunda, que ha dado por terminado el festejo, animado por la presencia de jóvenes recortadores. Tras la suelta, el toro ha sido lidiado por los mozos más valientes hasta que el fuego se ha agotado y la oscuridad se ha hecho presente en la plaza.Cinco hogueras, una por cada uno de los cinco Santos Mártires patronos de Medinaceli, han iluminado el interior del improvisado coso taurino de la plaza Mayor y han servido además como refugio para los participantes.
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