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El pueblo de los diez encantos para una escapada exprés a Cantabria

Famoso por sus licores y por su arquitectura de montaña, este pueblo ofrece todo lo que se puede esperar de un destino para pasar el fin de semana

El puente medieval de la localidad.
El puente medieval de la localidad.R.L.M.

Uno no se cansa nunca de conocer Cantabria, porque la región cuenta con cientos de pueblos bonitos que merecen la pena.

Cada uno ofrece encantos diferentes, pero hay uno que es imprescindible y que todo aquel que disponga de un día o dos tiene que conocer.

El pueblo es la capital de la comarca de Liébana, y cuenta con un casco histórico de montaña que enamora desde el primer paso que se da hasta el último. Además, dispone de una gastronomía de sobresaliente y son famosos su licores.

Los motivos son muchos, pero aquí van diez cosas que no te puedes perder si lo visitas.

El desfiladero de la Hermida: justo antes de entrar al pueblo y de 21 kilómetros de longitud, es el desfiladero más largo de toda la Península Ibérica. Una maravilla para todos los sentidos.

La iglesia de San Vicente: declarado Monumento Histórico Artístico, formado por dos templos, uno construido en el siglo XlV y otro en el XlX. Dentro cuenta con varios retablos procedentes del Convento de San Raimundo.

Casitas en Potes.
Casitas en Potes.R.L.M.

El puente de Potes: que sobrevuela el río Quiviesa. Se trata de un puente medieval construido en piedra entre los siglos Xlll y XV. Se trata del enclave más fotogénico de toda la localidad.

Plaza del capitán Palacios: es el centro neurálgico del pueblo, donde está el comercio y puedes aprovechar para comprar algún recuerdo típico o productos de la zona, como quesadas, sobaos... Además, está lleno de bares y restaurantes donde puedes aprovechar para comer un cocido Lebaniego. Todos los lunes hay mercadillo tradicional en esta plaza.

El barrio de la Solana: donde se ubican las casas más solariegas de la localidad, con callejuelas empedradas que serpentean y que son una belleza.

El Monasterio de San Toribio: situado a poco más de 2 kilómetros de Potes, en su interior se encuentra el trozo más grande que se conoce de la cruz donde murió crucificado Jesucristo. Este punto es también el final del Camino Lebaniego, que es a su vez un ramal del Camino de Santiago de la Costa.

Torre del Infantado: una fortificación del siglo XIV que se ha convertido en uno los iconos que visitar en Potes. Esta fortaleza perteneció durante un tiempo a Tello, Señor de Liébana, hermano del rey Enrique II, hasta que se convirtió en una cárcel. En la actualidad alberga las dependencias del ayuntamiento.

Las letras de Potes.
Las letras de Potes.R.L.M.

Bejes: pueblo vecino a Potes que merece la pena visitar. Es además el enclave donde se fabrica uno de los mejores quesos de Cantabria, el Queso Picón Bejes-Tresviso.

Fuente Dé: No se puede visitar Potes sin ir hasta Fuente Dé, aparcar el coche y hacer una ruta de senderismo por los Picos de Europa. Además, podrás disfrutar de un viaje en su teleférico, que salva un desnivel de más de mil metros. Lo ideal es reservar la entrada para evitar colas. El paisaje es una auténtica maravilla de la naturaleza.

Magroviejo: la décima maravilla que no te puedes perder. Este pueblo de torre medieval fue construido a finales del siglo Xlll, y en el año 2016 se grabó en el "Heidi, la reina de la montaña" y es que sus paisajes alpinos bien podrían ser el escenario donde se crio la famosa Heide junto a su abuelo.

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