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Escapadas

La granja familiar de abejas que puedes visitar en Cantabria

Se trata de una experiencia educativa única para conocer el proceso de fabricación de la miel y probarla

Una imagen de la visita a la granja. Cantabria con niños.

Viajar con niños y lograr que el destino no les defraude no es tarea sencilla. Pero visitar una granja en plena naturaleza y adentrarse en la forma en la que se fabrica la miel, poder ver los panales, las colmenas, saber lo que es una abeja reina, una zángano, vestirse con un mono blanco para evitar las picaduras en el cuerpo y probar la miel, ese plan no defrauda a nadie.

En Cantabria hay una granja apícola familiar que ofrece estas visitas guiadas, que se han convertido en una forma lúdica y divertida de aprende cómo se fabrica la miel. Valorando desde la polinización hasta el sabor de la cucharada de miel cuando se mete en la boca.

Ubicada en el corazón de Cantabria, concretamente en Udías, la Finca Fuente del Corzo ofrece una experiencia educativa sobre el mundo de las abejas. La familia Tejedor, propietaria de las instalaciones, lleva más de tres décadas dedicándose a la apicultura y ahora, además de producir su ya famosa miel, ha abierto las puertas para que los visitantes puedan aprender de forma sencilla y en contacto con la naturaleza.

Una elaboración totalmente artesana y natural que requiere de esmero y dedicación.

La graja ofrece además de la visita guiada, otras actividades que se van celebrando durante todo el año como son los talleres de apicultura y la degustación de miel.

En la finca hay actualmente más de 1.000 colmenas. Las abejas de la Finca Fuente del Corzo producen miel de brezo, eucalipto, bosque y castaño, que son productos naturales y deliciosos, pero sus sabores son muy distintos porque el sabor de la miel lo marca principalmente la flor de la que se alimenta la abeja.

Durante la visita se abre una colmena y se ve cómo se trabaja dentro de ella. Además, es un fórmula fantástica para quitar el miedo a quienes tienen pánico a las abejas, ya que aunque hay que ser cautos no hay ningún problema si se utilizan las precauciones adecuadas. Lo más rico de la experiencia es, sin duda, probar alguna de las mieles que se fabrican aquí, en pleno corazón de la naturaleza cántabra.

Un plan distinto para hacer en uno de esos fines de semana en los que parece que nada encaja y que, desde luego, resulta todo un éxito para los más pequeños de la casa.