Aborto
Serafín Romero: “No avalamos la eutanasia porque los médicos estamos a favor de la vida”
Entrevista al presidente de la OMC
Serafín Romero
Presidente de la Organización Médica Colegial (OMC)
Desde la OMC, como máximos representantes de los facultativos han manifestado su postura respecto a la legislación sobre cuidados paliativos y eutanasia. ¿Cuál es su posición?
-En relación a la atención al final de la vida, decreto denominado no correctamente porque siendo de cuidados paliativos no lo menciona en el título, para nosotros supone una línea prioritaria porque entendíamos que existía una necesidad para todos los españoles. En la actualidad, hay comunidades que ya han legislado al respecto –bajo el epígrafe de muerte digna–, otras no, y hay mucha inequidad. Es necesaria porque es una ley de garantías del ciudadano ya que contempla aspectos pocos desarrollados, inclusive con grandes déficits en lo asistencial entre autonomías, e incluso entre hospitales dentro de las mismas. Queríamos que en ese borrador, desde la OMC, se abordaran aspectos no sólo sanitarios, sino también sociales del cuidador que se ocupa del paciente y ayudas para adaptación del hogar. Consideramos que es una norma o ley prioritaria para muchos españoles que acaban en este momento vital con una asistencia no idónea, que sepan que va a necesitar un acompañamiento cerca.
-¿Y sobre la de eutanasia?
-Desde la profesión entendemos que tienen que priorizarse los cuidados paliativos a ésta. Porque será la que todos los ciudadanos necesitemos en algún momento al final de la vida, con la seguridad de que vamos a ser atendidos con la suficiente calidez, calidad y todas las garantías.
-¿Por qué priorizar una norma sobre la otra?
-No están en el mismo plano. Centrar el debate sólo en eutanasia y no en cuidados paliativos deja entrever que no se atiende a la demanda real de todos los pacientes en este momento vital.
-¿En qué sentido?
-Porque hay muchas personas que tienen mucho tiempo por delante, lo que pasa es que sus condiciones patológicas degenerativas o neuronales, que pueden durar años, les lleven al planteamiento de que no quieren vivir así y deseen acabar con su vida.
-Entonces, ¿esta proposición de ley toca muchas más esferas que la médica?
-Tiene mucho que ver más allá de lo que la profesión médica comente. Porque afecta a lo ético, toca lo moral, lo social y lo político. Pero en ella intervienen médicos. Por ello es compleja. Así, nuestro propio código ético no contempla la función del médico a la hora de procurar la muerte cuando el paciente lo pide. No es el rol del médico. Al mismo tiempo, nuestro código sí reconoce que la obstinación terapéutica, encarnizamiento como denominan otros, no es una buena praxis médica. Además, la autonomía del paciente está por encima de cualquier decisión clínica. En muchos casos los debates surgen cuando el paciente no puede tomar la decisión y la familia estira en los dos sentidos. Luego hay casos que deben valorarse y analizar, pero ante una ley de norma donde al final aparezca un médico para tomar esta decisión, desde la profesión no la avalamos porque estamos a favor de la vida. Otra cosa es acatar la norma.
-¿Qué le piden a la futura ley en esta nueva legislatura?
-La objeción de conciencia, garantías en las decisiones que se tomen en comités y que no genere entornos atractivos a ella (turismo tanático).
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