Investigación Médica
Jorge Angulo: “Los fotoprotectores orales no protegen de la radiación ultravioleta”
1. ¿Por qué es mala la radiación solar para la piel?
La radiación ultravioleta produce un daño a medio-largo plazo en el ADN celular que puede favorecer que dichas células acaben desarrollando diferentes tipos de tumores cutáneos. De hecho, existen mutaciones muy concretas de ADN que fomentan esta transformación, relacionadas específicamente con el daño de los rayos ultravioleta. Sería un efecto parecido al del tabaco en las células del pulmón. Por fortuna, nuestro organismo tiene mecanismos moleculares para reparar el daño producido en el ADN, pero eventualmente se dan alteraciones que favorecen la aparición de algún tumor.
2. ¿Nos producen el mismo daño unos rayos solares que otros?
Del espectro de la luz solar, los rayos que tiene este efecto nocivo para la piel son los ultravioleta (UV) A y B, fundamentalmente. Los UVB inciden de forma más superficial en la epidermis y son los responsables de las quemaduras solares. Los UVA penetran más en la piel y producen mayor fotoenvejecimiento. Los de tipo C son filtrados por la capa de ozono y no llegan a afectarnos y el resto de la radiación del espectro solar (la luz visible y los rayos infrarrojos) no parecen tener un efecto inductor de tumores.
3. ¿Qué tipo de problemas nos puede causar un exceso de radiación?
El fundamental es el aumento de riesgo de aparición de distintos tumores cutáneos (melanoma, carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular, básicamente). Generalmente, este riesgo es debido al efecto de una exposición prolongada en el tiempo (ya sea de forma intermitente e intensa o más continuada). Los efectos más inmediatos son distintos grados de quemaduras solares que se manifiestan desde la aparición de enrojecimiento de la piel en los casos leves, hasta formación de ampollas y costras en los más intensos. Esta situación puede llevar, según el fototipo de la persona, a un aumento de la melanina en la epidermis, lo que otorga el color moreno a la piel. De forma crónica, esta exposición prolongada a la radiación solar también favorece el envejecimiento cutáneo y la aparición de manchas.
4. ¿Qué causa el melanoma (y no otro tipo de cáncer cutáneo)?
Está demostrado que las quemaduras solares por exposiciones intensas de forma intermitente, en la infancia o primeras décadas de la vida, aumentan el riesgo de melanoma en la edad adulta, de ahí la importancia de realizar una correcta fotoprotección desde la infancia. Además, hay mutaciones en diversos genes que favorecen la aparición de tumores, incluido melanomas, como las del gen supresor tumoral p53, y otras en genes más específicos para melanoma como el CDKN2A, NRAS y BRAF. Existen factores genéticos que pueden inducir un riesgo familiar de padecerlas y predisponernos a sufrir un melanoma, aunque la mayoría de ellos son por mutaciones esporádicas.
5. ¿Cuál es el tiempo máximo que se puede exponer uno al sol?
La exposición nunca debería ser un fin en sí mismo ya que tiene efectos nocivos importantes para la piel si se hace de forma no controlada. La tolerancia al sol va a depender del fototipo cutáneo de cada persona. Aquéllas con fototipos claros I o II (piel clara, ojos y pelo claros) sufrirán los efectos inmediatos con mucha mayor antelación que individuos con los más oscuros por la menor cantidad de melanina en su piel (pigmento capaz de absorber y amortiguar parte de la radiación solar). No obstante, las personas con aquéllos más oscuros no deben olvidarse de protegerse ya que, aunque sufran quemaduras con mayor dificultad, no significa que el sol no pueda dañar su ADN celular. El enrojecimiento de la piel es un indicador de que la radiación está haciendo un efecto importante en la piel y nunca se debería llegar a ese punto.
6. ¿En qué medida las cremas solares nos evitan estos males?
Reducen la radiación UV que llega a nuestra piel en un porcentaje que depende del filtro de protección solar que usemos (más del 95% en cremas con 50 FPS). Ya sean filtros físicos, que reflejan dicha radiación, o químicos, que la absorben, disminuyen el daño de los rayos en la piel. No obstante, esta protección no debe estar basada únicamente en las cremas y también debemos usar barreras físicas como ropa, sombrero, gafas de sol, sombrillas. Y por supuesto, evitar exposiciones prolongadas, incluso aunque estemos usando protección solar.
7. ¿Y los protectores solares orales, qué protección ofrecen?
No existen a día de hoy fotoprotectores orales. Hay tratamientos orales que reducen el estrés oxidativo celular producido por la radiación solar y el consiguiente envejecimiento celular, pero dichos productos no nos protegen de la radiación UV ni disminuyen el riesgo de aparición de tumores.
8. Después de los baños de sol, ¿hay que dedicar algún cuidado especial a la piel?
Debemos aplicar hidratación en la piel para contrarrestar el efecto inflamatorio y deshidratante producido por la exposición.
9. ¿Qué factor de protección es adecuado para una buena salud cutánea?
En general, los dermatólogos no aconsejamos una crema con una fotoprotección menor de 30 FPS (factor de protección solar) para usar durante todo el año en las zonas expuestas al sol. En los meses de más intensidad de radiación solar (abril-octubre) lo aconsejable es una con un 50 de FPS y aplicársela cada dos o tres horas y después de cada baño.
10. ¿Las cremas cosméticas y los maquillajes con FPS son eficaces en este sentido?
Debemos protegernos del sol durante todo el año, los efectos nocivos no se dan sólo durante el verano. Las cremas estéticas y maquillajes que lleven filtro solar son adecuadas siempre que cumplan con los estándares de calidad que se requieren para que la protección indicada sea real, y cómo decía antes, con un FPS no menor de 30.
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