Medio ambiente

«El incendio de Doñana podría volver a repetirse»

Siete años después de la catástrofe medioambiental, las amenazas continúan latentes en una zona sensible al fuego: «Hemos aprendido muy poco de lo que pasó»

Zona afectada por el incendio originado en el entorno de Doñana en 2017
Zona afectada por el incendio originado en el entorno de Doñana en 2017EPEP

«Cuando me enteré cogí el coche inmediatamente y acudí para ponerme a disposición del operativo». Juan Romero, portavoz de Ecologistas en Acción en el Consejo de Participación de Doñana, recuerda perfectamente la fatídica noche del 24 de junio de 2017, cuando el entorno del Parque Nacional ardió de forma descontrolada. Se encontraba en casa, donde celebró su santo con su familia. La noticia corrió como la pólvora y la preocupación le inundó porque Doñana forma parte de su vida, un paisaje de extraordinario valor medioambiental que estaba siendo duramente atacado por las llamas. «Era el momento de dejar trabajar a los bomberos forestales», señala a LA RAZÓN, además de apuntar que ya se situaba en el punto de mira la carbonería de las Peñuelas, en Moguer. Al día siguiente acudió a este enclave y tomó fotografías, la particular zona cero de un desastre ecológico de dimensiones descomunales. «Es una actividad de riesgo y el día que se inició el incendio las temperaturas eran muy altas y el viento fuerte».

Las consecuencias fueron devastadoras: casi 10.000 hectáreas arrasadas por el fuego, 2.500 personas desalojadas y los ecosistemas del Parque Nacional seriamente afectados. Romero hace dos lecturas de esta catástrofe. Una positiva, porque se nombró una comisión científica encargada de analizar los daños y organizar las tareas de restauración. «Estaba integrada por biólogos e ingenieros, pero lo más importante es que tenía gobernanza y participación», asegura, además de señalar que la tarea que tenía por delante este equipo «no era la de cortar árboles y volver a sembrarlos. Por primera vez se decidió recuperar los ecosistemas de Doñana y no repetir errores como sembrar masa forestal de pinos o eucaliptos». Y es que los efectos del cambio climático ya eran notorios y, por las altas temperaturas, esta nueva arboleda «volvería a ser pasto de las llamas en otro momento».

En el plano negativo, este portavoz ecologista apunta que las administraciones y la sociedad en su conjunto «hemos aprendido muy poco de los incendios». «Esta comarca es una zona caliente. El año pasado se produjeron 30 incidentes relacionados con el fuego, entre conatos e incendios declarados». Precisamente, la semana pasada se registró otro en el denominado camino del Lanúo, en Moguer. Las llamas fueron sofocadas por los efectivos del Infoca apenas tres horas después de prender.

Romero recuerda igualmente el incendio ocurrido Bonares que calcinó en agosto de 2023 un total de 450 hectáreas y obligó a desalojar a 60 personas. «Hay superficies de pinos centenarios en el triángulo de Lucena, Bonares y Almonte que han desaparecido en los últimos cinco años», lamenta. ¿Cuáles son las amenazas? Junto a las llamas, «la agricultura y los plásticos, provocando una pérdida importante de masa forestal y dando como resultado espacios yermos».

Doñana es un entorno especialmente sensible, con una biodiversidad muy rica. «Tras el incendio de 2017 se perdió mucha vegetación». «Sabemos que la naturaleza, con una pequeña ayuda, se regenera. Vuelve a surgir la vida», apunta, pero relata con nostalgia que los bosques que vieron las generaciones precedentes ya no existen. De esta manera, «perdemos el medio de vida de mucha gente, puesto que los bosques tardan muchísimos años en regenerarse». En este punto, afirma con rotundidad que el incendio que puso en riesgo a Doñana en 2017 «puede volver a repetirse». «Algo se ha hecho para evitar los incendios, pero no es lo suficiente».

Sin embargo, este episodio no ha sido el de mayores dimensiones en la provincia onubense. En 2004 se originó en Minas de Río Tinto el fuego más devastador registrado hasta ahora en Andalucía. Quedaron calcinadas más de 35.000 hectáreas, la mayoría pobladas por alcornoques y encinas de gran valor ecológico.

Siete años después, el juicio por este suceso está cada vez más cerca. Recientemente, el TSJA informó de que el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Moguer dictó un auto en el que acuerda continuar como procedimiento abreviado las diligencias previas contra las tres personas investigadas por este incendio. Se trata de dos trabajadores y un directivo de la carbonería. Romero apela a la prudencia, aunque reclama responsabilidades «por acción y omisión». «La mayoría de las veces se pasa página sin conocer quiénes son los autores materiales».