Medio Ambiente
Andalucía trata de paliar los 5.000 millones de pérdidas que supuso la anterior sequía
El 25% del PIB de la comunidad andaluza está comprometido por la falta de agua. Arranca la primera reunión del comité de expertos, que será permanente, en busca de respuestas al déficit hídrico
Tendría que llover «dos meses con mucha agua para recuperar los niveles de las cuencas». El diagnóstico es claro. Una cuarta parte de la riqueza de Andalucía –el 25% del Producto Interior Bruto (PIB)– está comprometida a corto plazo. A medio plazo, el sistema productivo andaluz, basado en la agricultura, la ganadería y el turismo. A largo plazo, Andalucía se juega su sostenibilidad como espacio habitable. En la anterior sequía grave del los 90, hubo más de 5.000 millones en pérdidas. Aquella crisis duró al menos tres años, de 1992 a 1995, y se llegó a planificar una evacuación de la población de Sevilla por la escasez del líquido elemento e, incluso, en los planes de contingencia se propuso trasladar un iceberg con remolcadores hasta el río Guadalquivir.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, presidió la primera reunión del Comité de Expertos de la Sequía de Andalucía, que está formado por especialistas de las diferentes áreas relacionadas con el agua y se reunirá periódicamente para analizar la situación y de forma permanente, más allá de la falta puntual de agua. «Nos comprometimos a crear un Comité de Expertos como con la pandemia y ya es una realidad. Diez profesionales de reconocido prestigio nos asesorarán para optimizar cada gota de agua y buscar fórmulas que alivien la situación», señaló Juanma Moreno. «En la pandemia aprendimos con un comité de expertos en la toma de decisiones muy difíciles. Necesitamos esta vez a personas cualificadas, con experiencia en la gestión del agua en todos los ámbitos, para que nos den unas perspectivas lo más amplia posible», señaló el presidente.
El comité de expertos completa la comisión de seguimiento de la sequía. «El agua es vida, es una cuarta parte de nuestra riqueza directamente. El 25% del PIB depende de una manera directísima de este bien», recalcó Moreno.
Estas actuaciones se enmarcan en el «Plan SOS» por la «situación de emergencia» que se trata de afrontar con «medidas de inversión a corto y medio plazo». Ya hay 4.000 millones apalabrados hasta 2027. «Es una situación compleja, comprometida en todas nuestras reservas, sobre todo en la cuenca del Guadalquivir. Cada semana, tenemos menos agua», explicó Moreno.
Lo primero es «buscar solución al déficit hídrico». «Ha pasado octubre, que suele ser lluvioso pero no ha cumplido las expectativas. La primera quincena de noviembre tampoco parece que vaya a ser de lluvias intensas», recalcó Moreno. La sequía es «un elemento terrorífico en el ámbito económico». La agricultura «fija población además», por lo que «es clave para presente y futuro». «No hay varitas mágicas, es buscar fórmulas para problemas complejos», insistió el presidente andaluz. El comité tratará de «analizar con rigor y sin debates políticos» el problema hídrico. Se trata de «compartir información para buscar propuestas realizables, sensatas, certeras». Este comité permanecerá «llueva o no llueva», recalcó Moreno sobre su carácter permanente.
El presidente del comité de expertos, Fernando Delgado, de la Universidad de Granada, señaló que «ha habido situaciones peores (que la actual) pero ésta todavía no ha pasado». Todos los miembros del comité asesor son empleados públicos para evitar conflictos de intereses. Se trata de economistas, químicos, expertos en regadío, ecologistas, exaltos cargos en la gestión del Guadalquivir a los que se une la red de universidades. Se realizarán grupos de trabajo público-privados y se contará con la Agencia Andaluza del Conocimiento.
Los embalses de Andalucía se encuentran en una media del 22,98 por ciento de su capacidad total de almacenamiento, con un descenso del 0,06 por ciento respecto a la semana anterior.
En el desglose por cuencas, la del Guadalquivir -de competencia estatal- es la que se encuentra en una peor situación, con una media embalsada de agua del 18,78%. La Demarcación Hidrográfica Guadalete-Barbate se encuentra al 22,17% de su capacidad; la Mediterránea Andaluza al 36,80% y la del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza al 65,07%. El informe recoge además la situación de las diferentes unidades territoriales dentro de cada demarcación hidrográfica.
En la del Guadalquivir están en situación de emergencia Dañador, Martín Gonzalo y Sierra Boyera y se suma a esta situación la Unidad Territorial de Escasez (UT) de Guadiamar. Mientras que se encuentran en situación de alerta Madre de las Marismas, Abastecimiento de Jaén, Hoya de Guadix, Bermejales, Regulación General, Aguascebas, Fresneda, Montoro-Puertollano, Viar, Rumblar, Guardal, Guadalmellato y Bembézar-Retortillo.
En la Cuenca Mediterránea Andaluza están en situación de emergencia el Sistema del Embalse de La Viñuela y el Levante almeriense, y en alerta Guadarranque-Charco Redondo, Sierra de Tejeda, Almijara y Alberquilla y Cuenca Alta del Río Verde en Almuñécar. En la de Guadalete-Barbate está decretada la situación de emergencia en el sistema regulado del río Barbate y en situación de alerta el del río Guadalete. Mientras que en la cuenca Tinto-Odiel-Piedras-Chanza el sistema único del anillo hídrico de Huelva está en alerta.
Las similitudes climáticas entre el Sáhara y Andalucía se acrecientan a marchas forzadas. Las reservas hidrológicas están bajo mínimos y la Junta reclama obras hídricas. El Sáhara se convirtió en el desierto más cálido del mundo hace unos 2.700 años, según los últimos estudios. La mitad del Sáhara recibe menos de 20 milímetros de lluvia al año; el resto no llega a 100 milímetros anuales. El mayor desierto cálido del mundo hace unos miles de años recibía lluvias hasta 20 veces más intensas, lo que lo acerca aún más a la actual Andalucía. Las precipitaciones del pasado año en Andalucía fueron menos de la mitad de un año «normal» y el 10% de ellas se concentró en apenas cinco días. En el último tercio del año, no se llegó a 300 mm. acumulados en prácticamente todo el territorio. Además, se batió la máxima histórica nacional de temperatura por segunda vez en un lustro.
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