"Negro sobre blanco"
Un complejo dilema
“Ahora son los productores los que toman la iniciativa de hacerse con los derechos de un libro”
La fascinante vida del veterano cineasta Víctor Barrera bien daría para un libro o ¿por qué no? para un documental, que podría comenzar perfectamente con el fortuito inicio de su trayectoria como actor en los años 60 en Venezuela, adonde marchó con el título de Derecho bajo el brazo en busca de mejores oportunidades. Por el mismo azar que ha marcado muchos momentos de su devenir profesional surgió su película más exitosa, “Los invitados”, basada en la novela de Alfonso Grosso. Pero en estas últimas décadas mucho ha cambiado el cine y ahora son los productores los que toman la iniciativa de hacerse con los derechos de un libro.
La andaluza Aralan Films anunció en octubre del año pasado el acuerdo para adaptar “Invisible”, la novela de Eloy Moreno sobre el acoso escolar, de la que aún no se ha desvelado ningún otro detalle. Algo similar ocurre con la historia de segundas oportunidades escrita por Txani Rodríguez, “Los últimos románticos”, cuya adaptación al cine estaría producida por La Claqueta en asociación con la vasca Irusoin, las mismas de “La trinchera infinita”. El nombre del director que la llevará al cine se dará a conocer en la próxima edición del Festival de Cine de Málaga, en apenas dos semanas. Sí hay más información sobre la nueva versión de “La piel del tambor”, la novela de Pérez Reverte ambientada en Sevilla. Su director es el colombiano Sergio Dow, la produce Enrique Cerezo y cuenta con la participación de los andaluces Antonio Pérez como coproductor y la actriz Paz Vega. Precisamente, Pérez logró un gran éxito hace algo más de veinte años con “Nadie conoce a nadie”, basada en la novela del jerezano Juan Bonilla; éste ha escrito una nueva versión, que publicará Seix Barral, a partir del siguiente planteamiento: “sé todo lo que pasa en la novela, quiénes son los protagonistas, cuáles son los sucesos... ¿y si lo narro de nuevo incluyendo lo que sucedió después?”
Pese a haber despertado interés, resulta sorprendente que aún no se haya concretado la adaptación cinematográfica de las dos novelas protagonizadas por la inspectora Camino Vargas, “Progenie” y “Especie”, de Susana Martín Gijón, que en la actualidad participa en el guión adaptado de la serie “La novia gitana”, todo un fenómeno editorial puesto en manos del cineasta sevillano Paco Cabezas.
Más inmediatas son las dos propuestas que están en pleno rodaje y que han despertado muchas expectativas, “La maniobra de la tortuga” y “El universo de Óliver”. En la primera no existía una relación previa entre el escritor gaditano Benito Olmo y el director jerezano Juan Miguel del Castillo, pero en “El universo de Óliver” el autor del libro, Miguel Ángel González, y el cineasta Alexis Morante, son amigos desde hace muchos años y comparten la infancia retratada en esta historia que tiene lugar en la Algeciras natal de ambos.
Ojalá estas adaptaciones cinematográficas sean tan modélicas como la existente a partir de la novela de la escritora R. A. Dick, “El fantasma y la señora Muir”; si el libro, primorosamente editado por Impedimenta hace poco, es una maravilla que se lee con absoluta delicia, el trabajo que hizo Joseph L. Mankiewicz no desmerecía nada y logró extraer la ternura, fino humor y la mágica relación establecida entre la joven viuda Lucy Muir y el capitán Gegg. Es un claro ejemplo de que tanto el libro como la película son una apuesta segura en el complejo dilema que se establece siempre al comparar la película con el libro en el que se basa.
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