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Ciencia

El desafío de sobrevivir en Pangea Última: ¿Qué pasará en 250 millones de años?

Un estudio científico liderado por la Universidad de Bristol ha realizado una inquietante predicción sobre el futuro de la tierra

El desafío de sobrevivir en Pangea Última: ¿Qué pasará en 250 millones de años? Universidad de Bristol

En un lejano horizonte temporal, aproximadamente dentro de 250 millones de años, nuestro planeta experimentará transformaciones drásticas que darán forma a un mundo radicalmente diferente al que conocemos hoy. Un estudio científico reciente, liderado por la Universidad de Bristol en el Reino Unido y publicado en Nature Geoscience, arroja luz sobre cómo será la Tierra en ese remoto futuro y las implicaciones que esto podría tener para la vida en el planeta.

El núcleo de la predicción se centra en la formación de un supercontinente que se ha bautizado como "Pangea Última". Este colosal continente surgirá a medida que los actuales continentes se fusionen, dando lugar a una masa terrestre única en lugar de los continentes separados que conocemos hoy en día.

El estudio utiliza modelos climáticos avanzados, impulsados por superordenadores, para proyectar el panorama futuro. Dos factores principales contribuirán al aumento de la temperatura terrestre en este escenario. En primer lugar, el Sol se volverá más brillante y emitirá una mayor cantidad de energía, lo que calentará el planeta. En segundo lugar, los procesos tectónicos que acompañan la formación del supercontinente desencadenarán erupciones volcánicas más frecuentes, liberando cantidades masivas de dióxido de carbono a la atmósfera y, por lo tanto, contribuyendo al calentamiento global.

Si bien el cambio climático y el calentamiento global causados por la actividad humana son motivo de preocupación en la actualidad, este estudio se centra en el futuro lejano. Los científicos señalan que, hasta que ocurra un cambio sísmico que lleve a la formación de Pangea Última, es probable que la Tierra siga siendo en gran parte habitable. Sin embargo, cuando este supercontinente finalmente tome forma, se prevé que solo entre el 8% y el 16% de la superficie terrestre sea habitable para los mamíferos.

Esta perspectiva plantea un desafío monumental para muchas especies, incluyendo a los seres humanos, que a lo largo de la historia han demostrado su capacidad de adaptación a condiciones climáticas extremas. Mientras que los mamíferos han evolucionado para resistir bajas temperaturas, su tolerancia al calor no ha cambiado significativamente. La exposición prolongada a temperaturas extremadamente altas se convertiría en un obstáculo insuperable si se cumplen las simulaciones climáticas.

El nuevo continente resultará en un entorno mayormente hostil, carente de fuentes de alimento y agua para los mamíferos. Las temperaturas oscilarán entre los 40 y 50 grados centígrados, con extremos aún más elevados, exacerbados por altos niveles de humedad. Los seres humanos, junto con numerosas especies, sucumbirían debido a su incapacidad para disipar el calor a través de la transpiración y enfriar sus cuerpos.

El equipo internacional de científicos detrás de esta investigación aplicó modelos climáticos que proyectan tendencias en temperatura, viento, lluvia y humedad para el futuro supercontinente, cuya formación se espera dentro de 250 millones de años. Además, estimaron que los niveles de dióxido de carbono podrían duplicar los niveles actuales, si se cumplen ciertas condiciones. Sin embargo, estos cálculos se basan en la suposición de que las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los humanos se detendrán en el futuro, lo que es esencial para evitar escenarios más extremos.

Si bien estas predicciones tienen un grado de incertidumbre, subrayan la importancia de abordar la crisis climática actual, resultado de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. La urgencia de alcanzar emisiones netas cero se vuelve más evidente en vista de este futuro lejano. Además, los autores del estudio reconocen que sus predicciones pueden estar sujetas a cambios y que otros factores evolutivos y relacionados con los seres humanos podrían desencadenar extinciones de mamíferos antes de la formación de Pangea Última.