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Lo que no hay que perderse en un viaje a Granada, la ciudad de los Premios Goya 2025
La ciudad andaluza acoge mañana la gala de los Goya y se convierte en el escenario ideal para un viaje romántico

No hacen falta excusas adicionales para que Granada se cuele en la lista de deseos viajeros. La ciudad bien vale una escapada en cualquier época del año, tal y como demuestra el haberse convertido en el privilegiado escenario de la celebración de los Premios Goya, la gran fiesta del cine español.
Si nunca se ha viajado a la capital granadina, no hay que tardar en hacerlo, pero si ya se conoce, también. Recorrer Granada no defrauda, pues es posible toparse con alguna sorpresa en cada rincón, apreciando detalles que quizá habían pasado desapercibidos en anteriores ocasiones.
El embrujo que rezuma Granada se impregna en los poros de la piel de una forma invisible, pero indeleble. Quizá sea por el legado de su historia, reino musulmán durante 781 años y escenario del gran triunfo de los Reyes Católicos con el que culminó la Reconquista; quizá será por el arte que irradia cada esquina; o quizá por lo delicioso de sus bocados, como el famoso pionono, elaborado con una plancha de bizcocho empapado en almíbar y relleno de una suave crema pastelera que no hay que dejar de probar. Aunque, sin duda, todas las miradas se las lleva la espectacular silueta de la Alhambra, coronando de forma magistral la estampa de la ciudad.
Pero vayamos por partes. Para disfrutar de un fin de semana completo en Granada merece la pena alojarse en el centro de la ciudad con el único fin de exprimir al máximo todos los rincones de la urbe, sus monumentos, pero también sus bares y restaurantes, tal y como haría un granadino más. Para ello, el hotel Casual Ilbira Granada se presenta como un punto de partida ideal para conocer la ciudad, pues se ubica en el corazón de El Realejo, el barrio judío de la Granada musulmana que hoy aúna siglos de historia con rabiosa modernidad.
Aunque Granada resulta muy manejable, es un acierto ir de la mano de guías expertos, como los que propone la plataforma de visitas guiadas Civitatis, ya que permiten extraer todo el jugo de la historia y del arte que pueden pasar desapercibidos a ojos del viajero. Nuestro recorrido debe iniciarse en la Catedral, símbolo de la cristiandad de Granada y el primer templo renacentista en España que preside orgulloso el centro de la ciudad, a pesar de que su majestuosidad pase desapercibida por la estrechez de la plaza de las Pasiegas. Pero es esa apariencia de contención la que deja al viajero boquiabierto cuando se adentra en ella, ya que su interior regala una grandiosidad y una belleza impactante.
A pocos pasos de la Catedral hay que descubrir la otra gran sorpresa de la ciudad: la Capilla Real de los Reyes Católicos, que fue concebida como lugar de enterramiento íntimamente vinculado a la Catedral, pero sin fundirse con su arquitectura. Elegido por los Reyes Católicos para su último descanso, este espacio refleja el amor de los soberanos por Granada y se convierte hoy en día en una cita imprescindible para entender parte de la historia de la ciudad, santo y seña de la Reconquista.
El atracón cultural también puede complementarse con un buen atracón gastronómico, pues en Granada lo de comer bien resulta sencillo. Ya sea en forma de tapas o sentados en una mesa con mantel, hay opciones para todos los gustos. El restaurante El Pescaíto de Carmela, junto a la Catedral, es un acierto para los amantes de pescados, arroces y mariscos, mientras que el restaurante Los Manueles, también próximo a la Catedral, es un clásico con solera pero con un toque de vanguardia que se funde a las mil maravillas. De igual modo, la tradición está más que asegurada en el restaurante Oliver, uno de los más antiguos de la ciudad donde se hace una cocina mediterránea que usa los mejores productos del mercado granadino.
Con el paladar bien saciado, toca colmar el hambre emocional. Y para eso no hay nada mejor que adentrarse en la Alhambra, la ciudadela árabe más espectacular del mundo y el monumento más visitado de nuestro país. De hecho, lo más recomendable es reservar su entrada con bastante antelación y, si es posible, realizarlo con un guía especializado, tal y como propone Civitatis, ya que se trata de un verdadero regalo que permite entender y sentir las dimensiones históricas de este lugar.
La joya de la corona
Poco hace falta contar del maravilloso conjunto de la Alhambra, pues es mejor dejarse sorprender por todo lo que esconde, más allá de su archiconocida silueta. La Alcazaba, núcleo de la fortaleza dedicada a la vigilancia; el palacio de Carlos V, de construcción cristiana que también alberga el museo de Bellas Artes; el Generalife, lugar de descanso y jardines; y los Palacios Nazaríes, corazón de la Alhambra y sede de los sultanes, componen un lienzo incomparable al que hay que dedicarle, como mínimo, tres o cuatro horas. La experiencia no defrauda y pasear por los jardines ornamentales resulta una delicia para los sentidos.
Al caer la tarde, y después de embriagarse con el aroma de la historia que desprende la Alhambra, llega el turno de contemplarla desde el mejor mirador de la ciudad, el de San Nicolás, donde la panorámica es mágica. Para ello toca echar a andar cuesta arriba y deambular por las callejuelas del Albaicín, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por conservar desde hace más de mil años su carácter popular, íntimo y acogedor.
Y con el anochecer dominando ya el horizonte llega el momento de entender el carácter propio de Granada desde el Sacromonte, donde los gitanos de la cueva Los Tarantos nos abren las puertas de su casa para dejarnos sentir en primera persona el hechizo del flamenco. Con el vello de punta por la intensidad del baile y del retumbar de las voces, parece imposible no caer rendidos al hipnótico encanto de esta ciudad.

Para rematar, después de dos días de un intenso caminar, no hay mejor broche de oro a nuestra escapada que la visita al Hammam Al Aldalus, un regalo para el cuerpo y para el alma que nos permite volver a casa con las pilas cargadas, con el espíritu renovado y deseando volver a Granada.
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