Doha: un sorprendente destino entre el desierto y el mar

En la conocida como perla del golfo Pérsico la tradición y la modernidad conviven en perfecta armonía y el pasado y el presente se entrelazan en arrebatadores contrastes. Así podría describirse la capital de Catar, con algunos de los paisajes más insólitos y cautivadores del mundo. ¿Se imagina un mar en medio del desierto? Esta y otras muchas sorpresas son las que ofrece Doha al viajero, en la costa occidental del golfo Pérsico.

Partiendo de que Doha es un destino que merece la pena conocer en cualquier época, estos primeros meses del año cuenta con una agenda más que interesante. Una de sus citas más destacables es, por ejemplo, el Shop Qatar 2025 en el mes de enero, ideal para los que son amantes del shopping. Los centros comerciales despliegan toda una serie de actividades que atraen a locales y visitantes: desde descuentos hasta espectáculos en directo, pasando por sorteos y concursos para los compradores.

Otra experiencia muy tentadora es el Festival Marmi 2025, que resalta la tradición arraigada de la cetrería en la ciudad catarí, incluyendo hasta el 1 de febrero diferentes competiciones. Y para los entusiastas del arte no pueden perderse «Ektashif: Morocco Exhibition» en el Museo de Arte Islámico, que invita, hasta el 26 de febrero, a descubrir el legado artístico de Marruecos a través de la mirada de artistas cataríes, ofreciendo una perspectiva única sobre el diálogo cultural entre África del Norte y el golfo Pérsico.

Pero hay mucho más, y es que la agenda de Doha no se acaba nunca, por ejemplo, del 12 al 22 de febrero tiene lugar el Festival Internacional de Gastronomía de Catar 2025; del 11 al 13 de abril se celebra el Gran Premio Qatar Airways de MotoGP; y el 30 de abril el artista Ed Sheeran dará un concierto en el emblemático Estadio Icónico de Lusail.

Del Corniche al desierto, sus encantos atemporales

Es evidente, Doha es un caleidoscopio de vivencias gracias a sus eventos temporales y sus atractivos permanentes. Uno de los mejores puntos de partida para explorar la ciudad es el Corniche, un paseo de siete kilómetros junto a la bahía. Maravillosas vistas a las costas, un ambiente tranquilo y sublimes experiencias gastro en restaurantes como el de Al Mourjan —al lado de la emblemática estatua de Orry the Oryx, mascota en los Juegos Asiáticos de 2006— hacen del paseo marítimo una maravillosa forma de pasar el día en Doha.

Desde el Corniche también se puede admirar uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad: la Perla en Souq Waquif, un recordatorio de cómo la búsqueda de perlas fue fundamental en la economía catarí durante siglos. Muy cerca se encuentra el mencionado Museo de Arte Islámico, una parada obligatoria en la agenda cultural catarí, y es que, proyectado sobre una isla artificial por el aclamado arquitecto Ieoh Ming Pei, conocido mundialmente por diseñar la famosa pirámide de cristal del Louvre, este museo alberga una de las mejores colecciones de arte islámico del mundo.

Y como parada cultural, aunque ya fuera de la ciudad, es también una visita imperdible el Museo Sheikh Faisal Bin Qassim Al Thani; situado en un fuerte, aquí puede verse la colección personal del jeque: desde coches clásicos hasta alfombras hechas a mano, pasando por monedas de diferentes lugares del mundo.

Un último apunte sobre el Corniche: a lo largo de sus siete kilómetros se encuentran numerosas bagalas, un tipo de barco árabe, en los que poder dar un bonito paseo además de disfrutar de una deliciosa e inolvidable experiencia gastronómica. Demasiado tentador como para resistirse, ¿no cree?

Por otro lado, cómo no incluir dentro de lo imperdible el hacer un tour por el desierto e ir a Khor Al Adaid, conocido como el Mar Interior. Declarado Reserva Natural por la UNESCO, es uno de los pocos lugares en el mundo donde las dunas de arena se funden directamente con el mar, creando un paisaje que parece sacado de un sueño. Actividades como los safaris en 4x4 o practicar sandboarding hacen que visitarlo sea muy divertido y emocionante.

Purple Island: naturaleza en estado puro

A poco más de una hora al norte de Doha y cerca de la ciudad de Jor, se encuentra la isla de Bin Ghannam, una joya oculta en la región de Al Khor. Conocida popularmente como Purple Island, su belleza natural y su exótica flora y fauna la convierten en un lugar ideal para una excursión de un día.

Su nombre, Purple Island, proviene de su pasado como centro de producción de un valioso tinte púrpura, símbolo de realeza y poder en la antigüedad. Hoy en día, este enclave se ha convertido en un destino perfecto para los amantes de la naturaleza, ofreciendo actividades como la observación de aves, kayak, senderismo e incluso la posibilidad de disfrutar de una vivencia única acampando bajo las estrellas y envueltos por la tranquilidad del lugar.

Sin duda, un viaje a Doha es un auténtico viaje experiencial. Descubrir paisajes insólitos, vivir la armonía entre tradición y modernidad, rodearse de exóticos parajes naturales y mucho más. Sí, la capital catarí es un acierto para todos aquellos que quieran sorprenderse recorriendo destinos que dejan huella.