Viajes

Bergen: el lienzo perfecto de mar, montaña y glaciares

La primavera y el verano son las estaciones ideales para descubrir este rincón de Noruega que deja boquiabierto

Bergen
Las coloridas casas de madera son la típica postal de BergenDreamstime

«Noruega es tan hermosa como un sueño», afirmó Heinrich Heine. Y es que hablar de Noruega es, entre otras cosas, soñar con naturaleza en estado puro, glaciares, pueblos vikingos y granjas; hacer senderismo, piragüismo y también ciclismo. Todo esto y mucho más ofrece Noruega y sus famosos fiordos, y un punto de partida ideal para explorarla es el conocido como «el corazón de los fiordos», la bonita ciudad de Bergen.

La combinación de mar, montaña y glaciares es la esencia de los fiordos noruegos, los cuales constituyen uno de los paisajes más espectaculares del planeta. Con esta carta de presentación, y teniendo en cuenta que Bergen se alza entre los dos fiordos más grandes e importantes, el de Hardanger y el Sognefjord, es imposible no pensar en visitar esta encantadora urbe en los próximos meses, ¿verdad? No en vano primavera y verano son épocas perfectas para viajar a Noruega, pues las temperaturas son más altas y los días se alargan, sin olvidar que la nieve empieza ya a derretirse y con ella se dibujan en el horizonte impresionantes cascadas que se forman por todas partes.

Por otro lado, el 17 de mayo se celebra el Día Nacional de Noruega, un día muy especial para todo el país. Desfiles y procesiones con bandas musicales toman las calles este día festivo. En concreto, en Bergen se caracteriza por su tradicional Buekorps, un grupo vecinal que anima las calles a ritmo de sus tambores. Todo ello, unido al buen ambiente y la gastronomía, hace más que recomendable plantearse una visita alrededor de este día y disfrutar de él a la vez que los atractivos de la propia ciudad.

Cuando se viaja a Bergen existen algunos imperdibles que nunca defraudan. El primero es un paseo por Bryggen, el corazón histórico de la ciudad. Aquí sobresale, entre sus múltiples reclamos, el emblemático muelle hanseático, el primer lugar de Noruega en ser declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1979. En él se encuentran una serie de casas de madera llenas de encanto. Estas construcciones, aunque fieles réplicas de las originales, no son las mismas que históricamente ocuparon este enclave. Tras una serie de devastadores incendios, el más reciente en 1955, las estructuras primigenias se perdieron. Gracias a la meticulosa labor de reconstrucción, estas edificaciones hoy día conforman una postal de cuento. El muelle acoge además un museo, tiendas, galerías y restaurantes.

A unos pasos del mencionado muelle, se encuentra el famoso mercado de pescado, donde venden frutas, verduras, artesanía y otros objetos turísticos. Es un lugar muy animado y frecuentado por locales y turistas, así como otra muestra de por qué Bergen fue nombrada Ciudad Creativa de la Gastronomía por la Unesco. El mercado celebra el pescado fresco como estandarte de su oferta culinaria, donde delicias como la sopa de pescado, el tradicional pastel de pescado y el «persetorsk», un exquisito platillo de bacalao al vapor, dan testimonio de la rica herencia gastronómica de la ciudad.

La oferta cultural de Bergen es, sin duda, otro de los atractivos de la ciudad. La joya de la corona es el complejo museístico KODE, con siete edificios —KODE 1,2,3 y 4, situados en el centro, al lado del bucólico lago Lille Lungegardsvannet, y tres casas de compositores históricos—. Es el segundo museo de arte más grande de Noruega, aquí se pueden contemplar obras Edvard Munch, Nikolai Astrup, Harriet Backer y J. C. Dahl.

Para despedirse a lo grande de la urbe, nada mejor que subirse al funicular de Fløibanen. Ofrece un corto pero espectacular viaje hasta la cima del monte Fløyen. Desde allí, se puede admirar la ciudad, el mar y los fiordos circundantes, o embarcarse en una de las muchas rutas de senderismo que comienzan en este punto.

Fiordos noruegos

Bergen, Noruega
Bergen, NoruegaDreamstime

Lo cierto es que Bergen, además del atractivo de su belleza y gastronomía, es reconocida como la mejor puerta de entrada a los fiordos noruegos (hay más de mil en el país escandinavo), por lo que no se entiende un viaje a Bergen sin ver estas maravillas naturales. Como tampoco se comprende visitarlos sin recorrer en algún momento Bergen.

A tan solo 75 kilómetros al norte de Bergen, se encuentra el majestuoso Sognefjord, el fiordo más largo de Noruega y el segundo más grande del mundo. Este gigante natural, con sus 204 kilómetros de longitud, ofrece vistas espectaculares de antiguos templos cristianos de madera (conocidas en noruego como Stavkirke), glaciares imponentes y cascadas altísimas, como la de Vettisfossen, el salto de agua más alto de Europa.

Como un simbólico brazo del anterior fiordo citado, se despliega el Aurlandsfjord, el cual llega hasta el encantador pueblecito de Flåm. Aproveche para conocerlo también, merecerá la pena perderse por sus calles, así como subir al mirador de Stegastein y ver una de las líneas ferroviarias más empinadas del mundo, la Flåmsbana. Las imágenes son sencillamente espectaculares.

Por último, y casi un «obligado» en cualquier ruta, está el fiordo Nærøyfjord, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Este brazo, que también pertenece al Sognefjord, está rodeado de estrechas paredes de rocas cristalinas y paisajes de una belleza que no puede describirse con palabras. Tiene que vivirse. Este inolvidable paraíso invita a hacer kayak y visitar el poblado vikingo de Njardarheim, Gudvangen. En ella se descubre cómo era la vida de los vikingos cuando no estaban en el mar, ¡es una experiencia muy bonita y divertida!

Todo esto es tan solo una pequeña muestra de lo que ofrece Bergen y los fiordos noruegos, ¿quién puede resistirse a este destino de viaje? ¡No olvide coger ropa de abrigo aún en verano!