Viajes

Chile, desbordante naturaleza entre desiertos y glaciares

Recorrer Chile de norte a sur permite al viajero darse un baño de contrastes y toparse con alguno de los paisajes más embaucadores del planeta

Santiago de Chile, su capital, es una urbe llena de vida
Santiago de Chile, su capital, es una urbe llena de vidaDreamstimeDreamstime

Tenerlo «todo» en un solo país. Este es el mayor atractivo que ofrece Chile al viajero. Un recorrido de norte a sur puede llevar a disfrutar de desiertos, montañas y glaciares con parajes que podrían ser de otro planeta en el desierto de Atacama, y de ciudades donde reina la bohemia callejera como Valparaíso, sin olvidar los pequeños y pintorescos pueblos de pescadores en Chiloé o, entre otras cosas, de la naturaleza más salvaje dentro del Parque Nacional Torres del Paine. Y como guinda a la belleza y diversidad de todo lo que este destino de viaje atesora, se encuentra la Isla de Pascua, uno de los lugares habitados más recónditos del planeta.

Comencemos por lo más emblemático en el norte de Chile, entre lo que destaca sus localidades de La Serena, con su hermosa arquitectura colonial y playas doradas; la Bahía Inglesa, bañada por las aguas chilenas más turquesas; Iquique, perfecto para múltiples actividades de aventuras; Arica, famosa por las momias encontradas en ella y de las que dicen son las más antiguas del mundo; y, por supuesto, el pintoresco pueblito de San Pedro de Atacama y sus alrededores, uno de los epicentros turísticos de Chile. Desde San Pedro de Atacama se pueden visitar, por su proximidad, lugares increíbles como el Valle de la Muerte o el Valle de la Luna en el desierto de Atacama —el más árido del mundo, pero también uno de los más hermosos por sus espectaculares paisajes—, las icónicas Lagunas Altiplánicas, el Salar de Tara o los Géiseres de El Tatio.

Visita imperdible en la parte central chilena es su capital: Santiago de Chile. Alberga más del 40% de la población, y por ello es una ciudad bulliciosa, cosmopolita y llena de vida y de energía. La urbe cautiva por sus diversos panoramas y por la versatilidad que la caracteriza. Con grandes e interesantes museos, teatros, galerías, hay que sumarle la sofisticación de sus restaurantes y barrios de lujo, sin olvidar sus frondosos parques en sus colinas. En ella se encuentra una de las casas-museo de Pablo Neruda, La Chascona.

En el litoral central destaca la segunda ciudad más grande de Chile, Valparaíso, una hermosa población histórica enclavada entre colinas que reúne un puerto pesquero, mar, cerros con ascensores y casas de colores. Es el corazón de la cultura bohemia chilena; cuna de importantes escritores y artistas, su atmósfera es única. Alberga otra de las tres casas-museo de Pablo Neruda, La Sebastiana, que, ubicada en el cerro Florida, impone por su belleza arquitectónica y por tener una de las mejores vistas a la bahía. Como dato importante, los icónicos elevadores de Valparaíso se construyeron entre 1883 y 1915, y es una experiencia emocionante utilizar los que aún están en uso para desplazarse.

La naturaleza se adueña del paisaje en Torres del Paine
La naturaleza se adueña del paisaje en Torres del PaineDreamstimeDreamstime

Bajando hacia el sur, hay un lugar increíble: el Parque Nacional Torres del Paine. Situado en la región de Magallanes y de la Antártida Chilena, cuenta con lugares espectaculares como el Glaciar Grey, el Salto Grande, el Valle del Francés, el Lago Nordenskjöld, la Laguna Azul… Los paisajes que se contemplan en la visita a este parque son deslumbrantes.

Si tuviéramos que nombrar algunos imperdibles del sur chileno, sin duda uno de ellos sería el archipiélago de Chiloé, un conjunto de más de 30 islas cargadas de bellezas naturales, una rica mitología y tradiciones únicas en el mundo. Este archipiélago es muy conocido por sus decenas de llamativas y centenarias iglesias de madera, 16 de las cuales son Patrimonio Cultural de la Humanidad, y, por supuesto, por sus atractivos palafitos o casas construidas sobre pilotes de madera en el mar.

La Isla de Pascua, un paraíso ancestral

Como hemos descrito, Chile es, de norte a sur, un país de arrebatadores contrastes, con incontables tesoros que ofrecer al viajero, pero hay algo más que lo hace un destino obligado; situada en el océano Pacifico, se encuentra una de sus joyas, la Isla de Pascua, uno de los lugares más aislados de la Tierra. En esta recóndita isla chilena mito y realidad se confunden, y sus Moáis, levantados hace cientos de años, logran impresionar a quien los contempla, así como las costumbres y tradiciones de los lugareños heredadas de sus antepasados. Esta extraordinaria isla es Patrimonio de la Humanidad desde 1995.

Por ese «todo» descrito que alberga este fascinante y maravilloso país, Chile es, indudablemente, un destino obligado para todo viajero que se precie y que quiera descubrir algunos de los paisajes más bellos de nuestro planeta.