Turismo
Más allá de Santa Sofía: Estambul de hammam en hammam
Los baños turcos, que se han convertido en una de las señas de identidad de la ciudad euroasiática, son auténticas obras de arte en las que se puede sentir el peso de la historia en manos de masajistas esculpidos por la tradición familiar
Estambul es el abrazo eterno entre Europa y Asia. Un destino tan inmenso como abrumador en el la diversidad se ensalza y las mezquitas, las iglesias y las sinagogas se levantan a escasos metros. Aquí, cualquiera de los 15 millones de personas que lo habitan se siente en casa. Y, lo que es aún más importante, se lo hacen sentir al visitante. No en vano, en sus cruzadas, Napoléon ya señaló que "si el mundo fuese un sólo estado, Estambul sería su capital". Por muchas teorías que se hayan planteado sobre su significado, solamente existe una forma de entenderlo al completo: perdiéndose en la inmensidad social, cultural e histórica que acoge esta ciudad. Sólo así podría entenderse por qué Bizancio o Constantinopla no se puede visitar tan sólo una vez. Santa Sofía, la Mezquita Azul, el palacio de Topkapi, el Bósforo, el Hipódromo romano o el Gran Bazar son parte de ese tesoro patrimonial que, mas o menos, cualquiera conoce. O, al menos, ha escuchado hablar. Pero existe otra urbe detrás de ellos repleta de locales vintage, de salas alternativas, de cafés intelectuales. Optar por una u otra opción apasiona y agota por igual. De ahí que los baños turcos se hayan convertido en otro de sus atractivos principales: auténticas obras de arte en las que se puede sentir el peso de la historia en manos de masajistas esculpidos por la tradición familiar. Esta tradición ha sobrevivido hasta nuestros día en los establecimientos de barrio. Son lo más auténticos, aunque también lo más desgastados por el tiempo. Por contra, otras instalaciones más turísticas han perdido originalidad, pero han ganado en belleza, asistencia y confort.
Cemberlitas
Es uno de los baños turcos más tradicionales de la ciudad y también uno de los más conocidos. Fue construido en 1584, a instancias de Nubanu Sultan. Se encuentra justo en el centro histórico de la ciudad, no muy lejos del Gran Bazar. Sus áreas calientes están cubiertas por bóvedas y su diseño difiere de lo que se acostumbraba en la época. El espacio tiene dos secciones idénticas, una para hombres y otra para mujeres. Los interiores son elegantes, con paredes de mármol y columnas que sostienen las numerosas bóvedas.
Vezirhan, 8. Distrito de Fatih. Precio: desde 25 euros.
Cagaloglu
El hamam Cagaloglu fue construido en 1741 por el sultán Mahmut I, con el fin de sostener económicamente la biblioteca ubicada en Santa Sofía. La obra fue iniciada por el arquitecto Süleyman Aga. Es el último baño turco de su clase que se construyó en Estambul. Todos sus espacios están cubiertos por bóvedas sostenidas por arcos, columnas y pilastras. Los domos de las secciones principales están perforados con linternas que dejan pasar la luz natural. En sus salas, se realizan servicios para pasar un día de desconexión.
Profesor Kazim Ismail Garkan, 24. Precio: desde 35 euros.
Tevkifhane Sokak 8. Distrito de Sultanahmet. Precio: desde 108 euros. Para más información y reservas, visitar su página web.
Aga Hamani
Es otro de los clásicos. Fue llevado a cabo en la época del sultán Mehmed el Conquistador, en 1454. De hecho, al principio, fue creado como baño privado para él y sus hijos. El espacio fue renovado a mediados del siglo XIX, aunque no fue abierto al público general hasta 1923. La opción tradicional incluye la entrada, el uso de toallas, la limpieza y exfoliación con un guante de kessa. Esta experiencia tiene una duración de una hora. También se puede completar la visita con un masaje de 20 minutos.
Turnacibasi, 48. Distrito de Beyo- glu. Precio: desde 25 euros.
Kiliç Ali Pasa
Se trata de un hammam histórico ubicado en el barrio de Tophane. Se construyó para el uso y el disfrute de los marinos de la armada otomana. Levantados en 1590, estos baños están integrados en el complejo de edificios anexos construidos al amparo de la famosa Mezquitade Kılıç Ali Pasa. El espacio, que lleva el nombre del que fuera uno de los más grandes almirantes turcos, destaca por su imponente cúpula y por su cuidado interior que ha sido restaurado recientemente y que lo convierten en uno de los mejores establecimientos de este tipo de la ciudad.
Hamam, 1. Distrito de Beyoglu. Precio: desde 50 euros.
Mesrutiyet Caddesi 167. Distrito de Beyoğlu. Precio: desde 65 euros. Para más información, visitar su página web.
Süleymaniye
Suleymaniye es el único baño turco mixto de Estambul. Sin perder un ápice de su encanto original se convierte en el hamam preferido por las parejas y las familias. El recinto se encuentra a los pies de la Mezquita Suleymaniye, de la que se considera parte. Se construyó en1557 durante el mandato de Sulimán el Magnífico. Fue diseñado por Sinan como parte del complejo que incluía la propia mezquita y otros edificios como un hospital y una escuela primaria. El precio de la entrada incluye, además de toallas, chanclas y la ropa necesaria, un masaje con jabón y un lavado exfoliante.
Mimar Sinan, 20. Distrito de Fatih. Precio: desde 45 euros.
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