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Leticia Dolera: nadie es perfecto
«Vida perfecta», una serie en la que directora y actriz habla de la crisis de tres mujeres y del derecho a equivocarse.
«Vida perfecta», una serie en la que directora y actriz habla de la crisis de tres mujeres y del derecho a equivocarse.
En un ataque de lucidez, John Lennon dijo que «la vida es lo que pasa mientras hacemos otros planes». En esta frase está el meollo de «Vida perfecta», la serie de ocho capítulos dirigida e interpretada por Leticia Dolera que Movistar+ estrena hoy.
Y es que las tres protagonistas –María (Dolera), Esther (Aixa Villagrán) y Cristina (Celia Freijeiro)– están transitando el pedregoso camino de una crisis existencial porque les han programado desde niñas para una vida que les provoca más incertidumbres que certezas. Entonces llegan las contradicciones. El esposo de Cristina quiere tener otro hijo mientras ella se toma la píldora y va de cama en cama con amantes ocasionales que conoce a través de internet. María nunca quiso ser madre y se queda embarazada y Esther comprueba que el éxito profesional no es como se lo pintaban. «Ellas han crecido con unas ideas muy arraigadas de lo que es la vida, la familia, la pareja, el éxito, la maternidad... Pero solo son ideales porque cuando los ponen en práctica a veces no son cómo pensaban y se tienen que enfrentar a sus carencias para encontrar la felicidad», explica la actriz.
Idealización de la maternidad
En la ficción se habla, y mucho, de la idealización de la maternidad como la confirmación de que una mujer no es completa si no tiene hijos, algo que ella rechaza: «Hay que romper con ese tabú. No es cierto, como tampoco los tópicos de que es la que siempre está disponible, la que nunca se enfada... En un momento dado, Cristina dice en la serie: ‘‘A veces no soporto a mis hijas’’. Eso no le convierte ni en una mala madre, ni en mala mujer, ni en una psicópata. Las adora pero el centro de su vida no son ellas. Hay momentos en que quiere trabajar, estar con sus amigas... Y sí, a veces la ponen nerviosa», comenta.
«Vida perfecta» coquetea con varios géneros como la comedia que a veces es la vía más directa para abordar asuntos con enjundia. «La serie pone muchas preguntas sobre la mesa, pero no le da las respuestas al espectador. Pretendo tenderle la mano para que reflexionar sobre estas cuestiones», apunta.
Acostumbrada a que le busquen las cosquillas por sus convicciones feministas, el rodaje de la serie fue la comidilla de la profesión cuando despidió a Aina Clotet, que se iba a meter en la piel de Cristina, porque estaba embarazada. Dolera mira directamente a los ojos de su interlocutor y explica las razones por las que tomó esta decisión: «Durante el rodaje estaría embarazada de cuatro, cinco y seis meses y era incompatible con el personaje que manifiesta en la serie que no quiere tener hijos».
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