Opinión
Las OPAS las carga el diablo
BBVA y Sabadell se han enzarzado en una pugna de desenlace incierto, iniciada en vísperas electorales catalanas, tras semanas de rumores ciertos y una filtración interesada
Frederic Ogden Nash (1902-1971) fue un poeta satírico norteamericano que explicaba que «los banqueros son exactamente iguales que las demás personas (...), solo que más ricos». Por esa igualdad, los señores del dinero, en toda la historia –también la más reciente– cometen errores parecidos, cuando no mayores, al resto de sus congéneres. El BBVA que preside Carlos Torres ha lanzado una OPA hostil sobre las acciones del Sabadell, que encabeza Josep Oliú. El partido no ha hecho nada más que comenzar y nadie sabe cómo terminará, porque la tradición habla de finales de infarto, como el del miércoldes del Bernabéu, con dos goles de Joselu, el más inesperado, sobre la campana.
El episodio, que será largo, del intento de control del Sabadell por parte del BBVA, primero de forma amistosa y ahora hostil, es otro ejemplo de cómo pueden cometer errores los grandes popes de la banca, superejecutivos muy bien pagados más que banqueros en el sentido clásico de dueños de una parte importante del negocio. La historia, dijera Marx (1818-1883) lo que dijera, puede repetirse algunas veces, pero no otras muchas. Eso sí, suele servir de referencia y, en este caso, la historia apunta que las OPAS hostiles, en España y en Europa, no suelen acabar bien en la mayoría de los casos.
El ejemplo más significativo también lo protagonizó el Banco de Bilbao (BB), el precursor del BBVA. En noviembre de 1987, el BB que presidía José Ángel Sánchez Asiaín (1929-2016) presentó una oferta por el Banesto, que encabezaba Pablo Garnica Mansi (1909-2002) y era la primera entidad financiera española, aunque el Bilbao era mucho más ágil y moderno. El consejo de administración de Banesto rechazó la oferta de Bilbao que, después de pensarlo unos días, en medio de una gran agitación financiera, lanzó una OPA hostil que fracasó. La operación, en la que también hubo errores de bulto, se cobró sus víctimas. Sánchez Asiaín y Garnica perdieron sus sillones y fueron sustituidos por Emilio de Ybarra (1936) en el Bilbao y Mario Conde, que emergía entonces todavía aliado de Juan Abelló, en Banesto.
Fue el primer gran intento fallido de concentración bancaria moderna, que luego abriría una época de fusiones. El Bilbao se uniría con el Vizcaya y lugo con Argentaria. Banesto pocos años después entraría en crisis y sería intervenido por el Banco de España y adquirido por el Santander que presidía Emilio Botín (1934-2014), padre de Ana Botín.
La historia de las OPAS hostiles fallidas también recuerda la que lanzó en 2005 Gas Natural, presidida por Salvador Gabarró (1935-2017) y con Rafael Vilaseca de consejero delegado, sobre Endesa, la eléctrica que presidía y defendió con uñas y dientes Manuel Pizarro. Fracasó, entre otras cosas, porque Gas Natural quería pagar con acciones y no en dinero y también porque, de alguna manera, se planteó como una operación de control catalán de una empresa no catalana.
Carlos Torres, en el BBVA, con el turco Onur Genç de consejero delegado, ha seguido los pasos de su predecesor Sánchez Asiaín, lo que no significa que el desenlace deba ser el mismo. Los responsables del Sabadell dicen, más o menos, aquello de que «se enteraron por la prensa». Es una forma de salir del paso, pero no demasiado creíble. Al menos dos semanas antes de que el asunto se hiciera público, los llamados mentideros madrileños hablaban, con algún detalle –como el ajuste de oficinas y plantillas– de la operación y, formal o no, hubo algún contacto entre los responsables del BBVA y del Sabadell.
El consejo del banco catalán, con sede en Alicante, rechazó en un primer momento la oferta del BBVA que, sin duda, tenía un plan B que, al final, ha sido una OPA hostil, justo en vísperas de unas elecciones catalanas. No está claro que en el banco de origen vasco hayan tenido eso en cuenta y que esperaran al día después de los comicios. Todo se precipitó, claro, por una filtración, dicen que de los fondos de inversión accionistas de ambas entidades, que buscaban un buen precio y otro futuro para el Sabadell.
César González Bueno, consejero delegado del Sabadell, ha hecho un trabajo extraordinario, pero vuelven tiempos de tipos de interés a la baja y no todo será tan sencillo para una entidad de ese tamaño. El BBVA también necesita un salto hacia adelante. Depende en demasía de un mercado como el mexicano y su presencia en Turquía no despierta entusiasmo. Isidro Fainé, presidente de la Fundación Caixa, en tiempos de la OPA Gas Natural-Endesa, aconsejaba huir de operaciones hostiles. Son conflictivas, las carga el diablo y siempre hay víctimas porque los protagonistas cometen errores. Al fin y al cabo, los banqueros son como las demás personas, advertía Odgen Nash.
El interminable debate sobre los datos del paro y del empleo
La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en horas bajas políticas, intenta aprovechar los datos de paro y empleo de abril que, en líneas generales, se pueden calificar de positivos. La letra pequeña, no obstante, ofrece más claroscuros. También más allá de la polémica de los fijos discontínuos –obreros temporales como se denominan ellos mismos– , por cada empleo creado a tiempo parcial –por muy fijo que sea– se destruyen tres puestos de trabajo a tiempo completo.
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La reclamación «indepe» de una financiación singular para Cataluña, con la cesión al Principado de todos los impuestos, en una especie de «Concierto fiscal» catalán, al estilo del vasco, generaría un agujero en las arcas estatales de cerca de 14.500 millones de euros, según un informe elaborado por el «think-tank» –pensadero– liberal Civismo. Por otra parte, el estudio advierte de que ese modelo, que estará encima de la mesa tras las elecciones catalanas, carece de encaje legal.
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