Israel Lancho: «La corrida de Palha en Madrid se ha convertido en algo personal para mí»

Cinco años después, el torero extremeño Israel Lancho repite paseíllo en Las Ventas ante toros de Palha. Un español que se fue a hacer las Américas y con las alforjas recargadas de reconocimiento del Nuevo Mundo vuelve con toda la ilusión para abrirse camino en su tierra. Es feliz y sus palabras lo corroboran. El sueño sigue siendo triunfar en la primera plaza del mundo y el domingo por fin tiene una nueva oportunidad.

-Última corrida de la temporada en Madrid y con toros de Palha: menudo papelón.

-Papelón... Sí o no. Es lo que llevo buscando mucho tiempo. Para mí es una alegría volver a esa plaza y ahí estamos.

-Repetición de la tarde de 2009, en la que resultó herido de máxima gravedad al entrar a matar al sexto toro. ¿Espera mejores resultados?

-Será lo que tenga que ser. Sé lo que quiero y lo que tengo que apostar para conseguirlo, y también sé lo que puedo perder. A día de hoy, me compensa. Dios dirá cómo salen las cosas porque es lo bonito que tiene el mundo del toro, no sabemos cómo va a ir todo.

-Ilusión y ganas no van a faltar.

-Todas las del mundo. Yo soy de las personas que viven por y para el toro. Hoy también vivo del toro, gracias a Dios, y estoy dispuesto a asumir lo que Dios me quiera mandar y lo que tenga que ser.

-El año pasado le acusaron de exigir que afeitaran toros de esta ganadería para una corrida en Méntrida (Toledo). El domingo despejará dudas.

-Este año toreo la corrida en Madrid, precisamente por eso, porque gracias a Dios me la han afeitado (risas). Cualquier persona que conozca al ganadero y con un torero en mi situación... ¿Crees que vamos a exigir que nos afeiten una corrida de toros? Ya sea de Palha o cualquier otra divisa. No había por dónde cogerlo. Al final, la misma gente de Méntrida, que me acusó mucho por las redes sociales, se dio cuenta de que la historia no era así. Fue por un tema de dinero. Yo me ofrecí a matar los seis toros, pero claro, que paguen lo que tienen que pagar.

-Este año sólo ha toreado una vez en España. Algunos pensarán que está falto de ritmo para un envite como Madrid...

-Aquí sólo me he vestido una vez, pero en América he toreado bastante. El año pasado fueron 29 corridas de toros y esta temporada son 20 las que llevo ya. Más las que todavía me quedan. ¿Falto de ritmo? Para este tipo de ganaderías, duras, todo lo que sepas siempre es poco, pero uno lleva las armas que lleva y sabemos cómo es esto. Yo creo que estoy en un buen momento para demostrar lo que llevo dentro. Menos oficio tenía cuando confirmé, que era la quinta corrida de mi vida. Cuando sale un toro bueno y hay un torero con cierto concepto, las cosas tienen medio que salir.

-A pesar de su escasa presencia en España, la empresa se ha acordado de usted para este final de temporada.

-Se lo agradezco mucho a la empresa, pero también hemos dado mucho la lata los últimos meses por ahí y al final han considerado que era el momento de volver a Madrid. La solución de los toreros en mi situación es Madrid, todo lo demás es humo. He sido uno de los triunfadores de la feria de Badajoz y me ha servido únicamente para sumar y poder llamar a Las Ventas, porque luego el triunfo no se ha visto recompensado en las plazas de mi tierra. De todas formas, ya no hago las cosas buscando una compensación para que me pongan en otros carteles, sino por algo personal. Y así es: la corrida de Palha en Madrid se ha convertido para mí en algo personal, como una cuenta que tenía pendiente y que me ilusiona bastante.

-Habla de que su triunfo en Badajoz no le asegura repetir el año que viene en esa plaza. Hay pocas oportunidades...

-Ni en Badajoz, ni en ningún lado. Este negocio está ahora mismo de una manera que, según se hacen las cosas, personalmente no las puedo tragar. Nunca lo hice y menos las voy a tragar ahora. En Perú, estoy reconocido y disfrutando de mi profesión con toda la dignidad del mundo, así que para adelante y lo que tenga que ser será. Yo estoy feliz, vivo de mi profesión, tengo para pagar mi hipoteca y vivo en torero, que es lo que he querido desde que era pequeñito.

-¿Sorprende que las oportunidades lleguen en Francia y América en lugar de en España?

-Es raro, ¿verdad? Todo el mundo sabe lo que hay, pero nadie lo dice. Pues yo tampoco las voy a decir.

-O sea que le veremos en América de nuevo.

-El domingo 19 ya tengo una corrida ahí. En 2012, yo era un español que se iba a buscar la vida en América. Ahora me siento como un americano que quiere abrirse mercado en España. Es lo que hay y yo lo acepto, no tengo ningún problema. Soy feliz. El domingo voy a dar todo lo que tengo en mi mano, que es mi verdad y mi manera de torear. Gustará más o menos, pero es lo que tengo. Y si dicen que estoy o no preparado, quizás para ese tipo de corridas nunca se está del todo preparado. Pero teniendo dignidad, ganas y disposición, yo creo que Madrid es lo más difícil y lo más fácil, porque cuando ven un tío con esa verdad siempre lo reconocen. A mí, eso me gusta.

-El verano ha dado ejemplos de toreros, que no están en primera línea, pero han salido revitalizados de Madrid.

-De Madrid y de otras muchas plazas. La afición ha abierto un poco más los ojos. Las figuras lo son por algo, son personas elegidas por Dios o especiales, pero hay otro tipo de toreros como Escribano, Nazaré, Pepe Moral, Iván Fandiño... Les ha costado muchísimo llegar, pero ahí están y no dejan de salir matadores que son interesantes.

-Si la afición los pide, el empresario debería contratarlos.

-Exacto. Yo encantado, porque si veo que pasa una vez, podría volver a ocurrir. Quién iba a decir que Escribano iba a salir catapultado con la corrida de Miura y en una sustitución. Es como un golpe directo para que la gente vea que hay un montón de toreros que están en mi situación, que tienen esa capacidad y fondo para hacer un buen papel y estar en las ferias. Tiene que haber sitio para todos los que quieren de verdad.