Colombia

«Gestas como la de los tres toreros del martes dejan huella en el aficionado»

Los profesionales del toro repasan la primera mitad de un San Isidro «con interés en cada tarde»

De izquierda a derecha, José María Baviano, Patricia Navarro, David Jaramillo, Luis Bolívar, Manuel Escribano, Alberto Aguilar, Eva y Raquel Ruiz, Iván García, Jorge Arellano, Moisés Fraile e Ismael del Prado
De izquierda a derecha, José María Baviano, Patricia Navarro, David Jaramillo, Luis Bolívar, Manuel Escribano, Alberto Aguilar, Eva y Raquel Ruiz, Iván García, Jorge Arellano, Moisés Fraile e Ismael del Pradolarazon

El mundo del toro tomó ayer de nuevo la palabra en la VI edición de las Tertulias de San Isidro de LA RAZÓN celebradas en el restaurante Columbus –que cuenta con el prestigioso chef Mario Sandoval, estrella Michelín– para analizar la primera mitad del ciclo isidril y el futuro de la Fiesta con la presencia de los diestros Luis Bolívar, Alberto Aguilar, Iván García y Manuel Escribano; el ganadero Moisés Fraile –propietario de la ganadería de El Pilar–, el empresario y apoderado Jorge Arellano y el jefe de prensa de Taurodelta –gestora de la plaza de toros de Las Ventas–, José María Baviano.

Como no podía ser de otra manera, la actualidad mandó durante el primer tercio y la suspensión del martes, con los tres toreros heridos en la enfermería, sirvió para que los los invitados rompieran el hielo. «Fue una tarde dramática, que no se suelen ver mucho, pero que pueden pasar, porque el peligro está ahí para todos; la cornada de David Mora fue muy desagradable, porque lo cogió con mucha violencia... Se me puso muy mal cuerpo en casa viendo los dos toros», explicó Iván García.

Luis Bolívar fue más allá y reconoció que le costó dormir por la noche tras el «tabaco» cobrado por sus compañeros. «Lo pasé mal, en la plaza como torero creo que no habría sufrido tanto, pero por televisión, con tantas repeticiones, desde tantos ángulos... Cuando sucede y eres consciente de que en una semana o al día siguiente te vas a vestir tu de torero y que puede pasarte también algo parecido, tu mentalización, lógicamente, cambia», analizó antes de que Alberto Aguilar tomara el testigo.

El madrileño lo tiene cercano. «Cien por cien recuperado», acaba de regresar este mayo a los ruedos después de un grave percance en Cali (Colombia) en plenas Navidades. «Cuando pasas por una cornada gorda, la mentalización es muy importante, porque, al principio, en cada sueño por la noche, en cada carrera, en cada muletazo a una becerra o en cada toro de salón que haces, está ahí y pasa factura», asume. «En esos momentos, son la responsabilidad y la fuerza de cada uno las que marcan los plazos: normalmente se recupera antes el cuerpo que la cabeza, pero, como el buen toreo, debe existir un compás entre ambos», añade Aguilar, que se las verá con reses de Montealto –el 1 de junio– y Victorino Martín –el viernes 6–.

Entre ambas fechas, Iván García está a semana y media –2 de junio– de trenzar el paseíllo para enfrentarse a un encierro de Cuadri. «Será la primera corrida de mi temporada, así que la ilusión y la obligación de que pase algo, sobre todo, en toreros a los que nos hacen falta los contratos, son muy altas», reconoció el torero madrileño. Para tardes de tanto compromiso, Iván García tiene claro que «es mucho más necesario preparar la mente que el cuerpo».

Su apoderado Jorge Arellano se mostró «contento de acompañar y ayudar a un torero como Iván», con el que está «disfrutando mucho». También se detuvo en su faceta de empresario. «Son tiempos complicados, pero nos ilusiona que estos momentos difíciles acaben pronto y podamos empezar a saborear todo lo que hemos sembrado, hay que ser optimistas de que lo peor ya haya pasado».

Arellano destacó la importancia, «ahora que los ingresos en taquilla son más reducidos», de «buscar y ofrecer alicientes en los carteles». En este sentido, reclamó una mayor variedad en la programación de las ferias. «Las figuras deberían abrir más los carteles a otros toreros, porque al final si todos los días pasan por televisión la misma película deja de interesar, por muy buena que sea; la competencia, la novedad es lo que atrae a los públicos a los tendidos», valoró.

Asimismo, aplaudió la idea llevada a cabo este invierno por algunas figuras como Morante de la Puebla, José María Manzanares o El Juli: «Me parece un acierto tanto presentar sus temporadas como las campañas de publicidad que están llevando a cabo en los autobúses o en las estaciones de metro, porque despiertan una cercanía social de la Tauromaquia, es decir, la sensación que dan es de un equilibrio con el entorno, no hay un espectáculo que está por debajo de la situación actual de la socidad de nuestro país».

En paralelo a esta reflexión, José María Baviano, en representación de Taurodelta, recalcó la necesidad de políticas de empresa «atractivas para la afición». «En Las Ventas lo hemos podido comprobar estas novilladas de comienzo de temporada con entradas gratuitas para los menores de 14 años y con la creación de una tarifa plana en el precio de las entradas, más reducidas que en su precio habitual... Los resultados se han podido comprobar y la gente ha respondido con una afluencia mayor que en temporadas atrás», comparó.

Otro de los toreros que compartió mesa y mantel ayer en el restaurante Columbus fue el sevillano Manuel Escribano. El de Gerena, ya ha cumplimentado su compromiso con la primera plaza del mundo, en una tarde «muy especial» para él. «He tenido que esperar una década para cumplir con mi sueño de confirmar la alternativa en Madrid, pero al final me fui inédito: como vine, me fui», lamentó contrariado con una tarde en la que las reses de La Palmosilla propiciaron la clásica tarde de baile de corrales en Las Ventas. «Lo sentí mucho por el ganadero, porque no hubo opción alguna de que cambiara el sino de la tarde: el primero fue un animal que tuvo clase, hay que reconocerlo, pero que no podía con su alma por la poca fuerza que tenía; luego, el segundo fue un sobrero y tuvo ese peligro sordo que tan poco nos gusta a los toreros, porque el aficionado le cuesta verlo y es peor que el toro malo que no sirve», enumeró antes de explicar el porqué de una de sus señas de identidad: la portagayola. «Desde que toreaba sin caballos, he parado a mis toros en chiqueros de rodillas, va conmigo, ¿percances como el de ayer? Bueno, si te pones a pensar en lo que puede pasar... no te pones ni una zapatilla», finalizó.

Por su parte, el ganadero Moisés Fraile, con la vitola de triunfador en la pasada Feria de Abril con «Niñito», reconoció que no le hubiera llevarse «al toro de vuelta para casa y dejarlo para semental, porque creo que estamos ante uno de los toros de la temporada, cuando sale un toro que embiste así te sientes fenomenal y con el deber cumplido», admitió satisfecho antes de colocar en el lado contrario de la balanza «cuando un toro se cae». «Es lo que más me molesta como ganadero, mucho más que salga luego bueno o malo», distinguió.

El menú

La tertulia se celebró en el restaurante Columbus del paseo de Recoletos, 37 de Madrid, distinguido con una estrella Michelin y regentado por el cocinero Mario Sandoval.

-Sopa fría de melón con jamón ibérico.

-Arroz negro meloso con calamar y ali-oli de zanahoria.

-Tartar de salmón con puré de aguacate y marinada de jengibre y hojas de lima.

-Lomo de lechal confitado en leche de oveja con migas y uvas.

-Carrot cake con sorbete de calabaza.

-Vino Marqués de Murrieta, cosecha de 2007.

-Todos los comensales recibieron como obsequio un cofre-regalo de la perfumería Álvarez Gómez y un llavero con la rana de la suerte del Casino Gran Madrid de Colón.