La tradicional corrida goyesca de Arles representa anualmente una simbiosis entre la tauromaquia, la canción lírica y las bellas artes. De esto último, el artista Rudy Ricciotti ha sido en esta edición, el responsable. Los cantos de un coro acompañaron ayer el paseíllo y la faena de una terna de figuras que se dieron cita para este acontecimiento.

De ellos, un magistral Julian López «El Juli» bordó una insuperable faena ante «Velero», un gran toro de Domingo Hernández que permitió ver en toda su dimensión la magistral labor del madrileño. Faena perfecta donde las haya y lección de temple rubricado todo con la espada. Ante el quinto, volvió El Juli a estar enorme; aunque en esta ocasión perdió los trofeos por su mal uso de la espada.

Juan Bautista desorejó al tercero de la tarde tras una faena en la que su buen hacer hizo que el toro fuera poco a poco entregándose al torero. Tras cuajar una asentadisima faena, lo finiquitó de un certero espadazo. El de Arles volvió a recetar otro de sus estoconazos a la hora de acabar con el sexto, un animal bravo y encastado con el que estuvo muy poderoso.

Encabezaba la terna Enrique Ponce, que se fue de vacío. Ante el noble primero perdió con la espada un trofeo al que se había hecho acreedor con la muleta, con la que cuajó una muy buena faena. Lo intentó el valenciano ante el cuarto, un animal distraído que pegaba algún que otro gañafón, pero tuvo que terminar desistiendo.

En Arles (Francia), en la segunda de la Feria del Arroz, corrida goyesca, se lidiaron toros de Domingo Hernández, bien presentados y de buen juego. El 2º fue indultado. Enrique Ponce, silencio en ambos; El Juli, dos orejas y rabo simbólicos y saludos; y Juan Bautista, dos orejas en ambos. Casi lleno. El mayoral de la ganadería saludó al terminar el festejo.