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Irene Villa se sincera en 'Espejo Público': "Estoy aquí para honrar a los que no están..."
La escritora ha acudido junto a su madre, María Jesús González, al programa de Antena 3 para hablar sobre el atentado de ETA que sufrieron hace 33 años
Han pasado 33 años desde el atentado de ETA que cambió la vida de Irene Villa y su madre, María Jesús González, para siempre. Aquel fatídico 17 de octubre de 1991, una bomba colocada en su coche por la organización terrorista les provocó graves heridas. María Jesús perdió un brazo y una pierna, mientras que Irene, de tan solo 12 años, perdió ambas piernas. Sin embargo, en lugar de aferrarse al rencor, ambas mujeres decidieron vivir sin odio y convertir su experiencia en una historia de superación y esperanza.
Cada año, Irene y su madre celebran el 17 de octubre como un "nuevo nacimiento". Este aniversario no está marcado por la tristeza, sino por la gratitud de seguir vivas. "Nos felicita más gente ese día que en nuestros propios cumpleaños", ha confesado Irene en su visita a 'Espejo Público'. En lugar de vivir ancladas en el dolor, ambas han optado por una actitud positiva y resiliente, agradeciendo cada momento que la vida les ha brindado. "Honramos la vida por quienes no han tenido esa suerte. Teníamos que estar aquí para honrarles", ha añadido Irene en su entrevista a Susanna Griso.
María Jesús recuerda vívidamente el día del atentado, especialmente las horas de incertidumbre que pasó sin saber si su hija estaba viva. "Cuando supe que estaba viva, sentí como si me crecieran alas", ha comentado con emoción. Ese fue el momento en el que decidió que el odio no tendría cabida en sus vidas. "Con odio y rencor no se puede vivir", le dijo a Irene, ofreciéndole dos caminos: el perdón o vivir amargadas. Irene, con tan solo 12 años, tomó su decisión con madurez: "He nacido sin piernas y voy a seguir adelante".
La actitud de ambas ha sido fuente de inspiración para muchas personas. Irene, que se ha convertido en un referente de lucha y empoderamiento, ha sabido enfrentar los desafíos con una sonrisa. Tras el atentado, su única preocupación era aprobar 8º de EGB, lo que sorprendía a los médicos que la atendían. "Hay que aceptar lo que no puedes cambiar", es una de las lecciones más importantes que ha aprendido a lo largo de su vida. A pesar de que el atentado prescribió en 2011 sin culpables condenados, Irene no guarda resentimiento. Para ella y su madre, lo más importante es que no haya más víctimas de terrorismo. "La mejor sentencia es que no haya más sufrimiento", ha afirmado Irene en el plató de Antena 3.
A día de hoy, Irene continúa su vida con la misma energía y optimismo. Recientemente, ha decidido prescindir de las prótesis y caminar sin ellas, lo que le ha dado una "mayor sensación de libertad". Casada por segunda vez y madre de dos hijos, su objetivo es educarlos y empoderarlos, transmitiendo la misma alegría y fuerza con la que ha vivido estos últimos 33 años.