A pesar de sus tablas en todo tipo de formatos y platós, rompe todos los tópicos sobre las estrellas de la televisión. Juanra Bonet, después de dos décadas ya en antena y en pleno rodaje de «¿Quién quiere ser millonario?», presenta «El Círculo de los Famosos» en Antena 3.

¿En qué se considera experto?

Diría concursos. Pero es verdad que todos tenemos un «tole tole». El mío es rock progresivo de los 70. Es tan de nicho que ni mola.

¿Cree que este programa destruye mitos sobre ciertas profesiones?

No exactamente. Creo que este formato confirma que todos podemos ser un experto en algo y un profundo ignorante sobre otra cosa. Pero sí permite esa oportunidad para lucirte en aquellos temas que dominas.

Pasarán por el programa nombres como Roberto Leal. ¿Cómo se comportan los presentadores cuando les toca ejercer de concursantes?

A saber qué dice Roberto cuando voy yo a «Pasapalabra» (se ríe). Yo creo que nos divertimos mucho, intentamos sumar todo lo posible y dar juego al presentador, porque sabemos que se agradece. Sumar, sumar y sumar.

Después de esta especie de adaptación del Trivial, ¿le gustaría que se adaptase otro juego de mesa?

Aún no he entrado con mi hija en esa fase. Aún estamos en «fase Lego». Pero ojalá en cuatro años sigamos en este mundillo y se me ocurra alguna idea.

En la presentación del formato, el productor reconoció conocerle desde «Caiga Quien Caiga». ¿Este mundillo es más pequeño de lo que parece?

Empezamos los dos a la vez, siendo muy pipiolos, hace casi 20 años. Es muy emocionante ver cómo hemos ido creciendo. Me pasa lo mismo con Arturo Valls.

¿Es fan de alguno de los participantes famosos?

Admiración por todos. Pero con David Fernández tengo una relación especial. Nos conocimos antes de empezar en la tele. Fue en un casting para una compañía de teatro de Barcelona.

Con Alberto Chicote ha coincidido como concursante de este formato y en El Millonario. ¿Cambia la mentalidad del concursante cuando juega con el dinero de un tercero?

Cuando vas al Millonario, vas al Millonario, el paciente cero. Es un formato que impone muchísimo, te deja muy desnudo. En El Millonario yo, incluso siendo el presentador, no puedo evitar jugar mentalmente y acabo dudando en todas las preguntas. En definitiva, allí les vemos sufrir un poquito, además de que tienen la responsabilidad de que el dinero es para una causa solidaria y eso pesa. Pero aquí es todo lo contrario. Viene a disfrutar cien por cien, es mucho más distendido.

¿Este formato le ha ayudado a quitarse el gusanillo de «desactivar bombas»?

(Se ríe con nostalgia). Hubo cosas del plató que sí me recordaban a «Boom». Pero creo que nadie del equipo tiene la sensación de que se nos quedase algo por hacer. Estar más de 8 años en un formato es una auténtica maravilla. Solo lo recuerdo con cariño. Hay compañeros a los que he visto más que a mi familia.