“Cristo y Rey”: El mayor espectáculo del mundo

El telón del circo se alza en España en 1979, las luces de la pista central no ciegan a Ángel Cristo, mejor domador del mundo, que cada noche se mete en las fauces de leones y tigres para mantener el Circo Ruso en pie, marcado por la reciente muerte de su amada Renata. El artista ve como la televisión pública le aparta de su programación para modernizarse y que su única vía es cerrar su modo de vida y su hogar y el de 100 familias más. En un lugar menos sórdido, María García se metía en la piel de Bárbara Rey para una escena semidesnuda cualquiera o como vedette de la revista musical mientras lidia con sus romances y escarceos. Sus mundos no pueden ser más distintos y solo el azar podría vaticinar semejante choque de trenes. Y el resto es Historia de España. Atresmedia TV estrena hoy en Atresplayer Premium la serie «Cristo y Rey», que sigue a la mediática pareja desde que se conocieron hasta su divorcio. Los celos, las drogas, el dinero y hasta un rey serán testigos de una historia dura y cruel y que próximamente se podrá ver en el prime time de Antena 3.

La serie cuenta con Montse García y Daniel Écija como productores ejecutivos de esta ficción del sello Series Atresmedia. Jaime Lorente y Belén Cuesta ejercen de pareja trágica, pero cuentan con un elenco lleno de guiños a nuestra historia reciente: Adriana Torrebejano (Chelo García Cortés), Cristóbal Suárez (Rey Juan Carlos), Artur Busquets (Payasito), José Milán (Blasco), Chema Adeva (Cristóforo), Belén Ponce de León (Margarita), Vicente Vergará (Andrés), Diana Peñalver (Salvadora), Secun de la Rosa (Richardi), Salomé Jiménez (Reina Sofía), David Lorente (Paco Ostos), Ana Carrasco (Hortensia), Mirela Balic (Cata), Antonio Buil (Mancuso) y Elvira Cuadrupani (Patri Veracruz). Creada por Daniel Écija y dirigida por David Molina, «Cristo y Rey» nos imbuye de un ambiente de ficción para presentarnos unos movidos años 80, en los que un domador de látigo caído debe rendirse a los encantos de la mujer más deseada de España.

Tras los focos

La ambientación, la fotografía y el vestuario nos trasladan a esa luminosidad caduca de aquellos años que brilla como el papel cuché que dio vida a muchas historias. Lorente, como un potente e intransigentemente alicaído Ángel Cristo, ejecuta a la perfección el papel del dios que se quedó en perdedor, pero que siente que todavía controla la situación. El famoso domador acabó convirtiéndose en algo peor que los animales enjaulados a los que hacía dar la patita y que le costaron más de una entrada en el hospital. La brutalidad del macho se enfrenta a la fragilidad de una Bárbara Rey que borda Belén Cuesta, y que flota, ya sea con un abrigo de pelo o vestida solamente con purpurina y dentro de una copa de champán. Bárbara Rey fue una mujer poderosa, empoderada, deseada y amada. Abrumada por su éxito acabará llegando a ser domada tras las decepciones del amor y casi por descarte. La serie no escatima en detalles de ningún tipo. Veremos las locuras pistola en mano de Cristo, los desnudos de Rey y al mismísimo Rey Juan Carlos. Y veremos que tras la luz de los focos del circo que crearon alrededor del amor, nacía una oscuridad que acabó tragándoselo todo en una espiral de drogas, ludopatía, infidelidades y malos tratos que acapararon cientos de titulares de la prensa patria. Todos sus pasos fueron espectáculo, desde el anuncio precoz de su matrimonio que se convirtió en boda del año, hasta el nacimiento de El Circo de Bárbara Rey y Ángel Cristo, un negocio millonario. Los sueños al alcance de la mano: Dinero, fama, lujo… Nueve años de relación en los que España fue testigo de la felicidad de la pareja: el nacimiento de Angelito y Sofía, la compra de coches deportivos, joyas, un ostentoso chalet en La Moraleja…

Tigres, tigres, leones, leones... que decía Torrebruno... La carpa sobre las revistas del corazón es el circo de la sociedad que nos enseña «Cristo y Rey». El mayor espectáculo del mundo es esta serie, con ellos, hombres y animales, dentro y fuera de sus jaulas.