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«El Ministerio del Tiempo»: Un viaje gamberro y crepuscular al pasado

La 1 estrena hoy a las 22:40 horas la cuarta temporada de la serie, que vuelve tras dos años y medio con ciencia ficción, aventuras históricas y Manuela Vellés como nuevo fichaje

Nacho Fresneda (izda.), Cayetana Guillén y Hugo Silva en la cuarta temporada de «El Ministerio del Tiempo» RTVERTVE

Han pasado dos años y cinco meses desde que se emitió el último capítulo de la tercera temporada de «El Ministerio del Tiempo». La serie finalizaba con una gran incertidumbre sobre su continuidad, que se ha hecho efectiva a pesar del paso del tiempo. Desde noviembre de 2017 hasta hoy han cambiado las cosas en todos los aspectos: la forma de hacer y consumir series no es la misma, así como las parrillas se han modificado y, sí, los personajes de «El Ministerio del Tiempo» también han evolucionado en este tiempo. Hoy se estrena la inesperada cuarta entrega de la serie, a las 22:40 horas en La 1, cuya clave reside en que «los personajes son dos años y medio mayores, por ejemplo en el caso de Julián (Rodolfo Sancho) veremos que tiene una doble personalidad, mientras que Pacino (Hugo Silva) tendrá una relación como hilo conductor y veremos a una Irene (Cayetana Guillén) más activa como agente de campo, cosa que yo tenía bastantes ganas de que hiciera», explica Javier Olivares, creador junto a Pablo Olivares de la serie y productor ejecutivo.

Diferente perspectiva

«El Ministerio del Tiempo» se presenta más diferente que nunca ante los espectadores. A las aventuras de los patrulleros se les va a sumar que «los personajes están mucho más expuestos emocionalmente», explica Olivares, y matiza Marc Vigil, director y productor ejecutivo, que esto no quiere decir «que ellos cambien, sino que tiene que ver con la mirada». «Si los personajes se centran en una misión son los mismos de siempre, pero si la perspectiva cambia y vemos cómo le afectan las cosas, nos paramos más en eso y se hace más humano», explica Vigil. Con esto, Hugo Silva explica que «Pacino va a tener un conflicto en el amor que le va a servir como vehículo», mientras que el personaje de Cayetana Guillén, Irene, «estará más reflexiva, poniendo ciertos valores por delante de sus propios deseos». Y a estas modificaciones se le suma una nueva incorporación al reparto: Manuela Vellés interpreta a Carolina, mujer que viene «de los años 80, que viaja en el tiempo para huir de su marido maltratador y se topa con la patrulla, quienes deciden llevarla con ellos».

Esta temporada de la serie, que también estará disponible en HBO a partir de mañana, «tiene un tono crepuscular, es más compacta, más gamberra y tendrá más ciencia ficción», asegura Vigil. Entre las nuevas misiones del Ministerio, estarán la de salvarle la vida a Francisco Franco (Pep Miras), o a monarcas como Isabel I (Rosa Blake) en la Inglaterra del siglo XVI. Asimismo, la patrulla viajará a la Movida Madrileña para encontrarse con Almodóvar (Carlos Santos), así como se cruzará Picasso (Toni Zenet), quien parece no encontrar inspiración para pintar el Guernica. «Hemos hecho capítulos muy atrevidos a nivel de personajes», confiesa Olivares, aunque confiesa que «no hay nada que justificar» cuando en la serie aparecen personajes controvertidos como es el del antiguo dictador. «El Ministerio tiene como misión que la historia siga siendo como es y nos importa más el viaje que la meta», dice el creador, por lo que añade que «Franco no es más que parte del paisaje, sin entrar en debates ni en esa diatriba actual».

Con esto, «El Ministerio del Tiempo» vuelve, sin perder su esencia, más atrevido y con las emociones a flor de piel. Pero, sobre todo, regresa para contarnos la historia como nunca nos la han mostrado. Explica Olivares, quien además de ser guionista y dramaturgo se licenció en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, que su objetivo con esta serie es contar «la historia que nunca se ha contado, la de los olvidados y los derrotados, así como de los que han sido derrotados por ser olvidados». «El Ministerio tiene ese papel de rescatar del olvido, de ir hacia aquellos que no han sido considerados como deberían por la historia», explica. Y no es trabajo fácil, pues asegura que «por cada tema que elijo tengo que redocumentarme desde cero, porque ni si quiera en mi carrera me lo enseñaron».