Resucitan a Clippy, solo que ahora será una IA

A lo largo de casi un lustro, entre 1997 y 2001 (allá por el Jurásico de los ordenadores) Clippy, el asistente virtual de Microsoft era una presencia constante. Nos consultaba sobre el formato de documentos, nos hacía sugerencias para tareas, fue, sin duda, el precursor o el abuelo de Siri, Alexa y Cortana. Pero unos 20 años atrás la empresa de Bill Gates se deshizo de él. Intentó resucitarlo en 2019, pero el mismo día que esto ocurrió decidió "suicidarlo" y el pequeño clip antropomórfico pasó a mejor vida. Literalmente porque ahora vuelve con una IA como cerebro.

Pero la iniciativa no partió de Microsoft, sino de un desarrollador llamado FireCube quien ha modificado al asistente con el modelo de lenguaje grande (LLM) GPT-3.5 de OpenAI. Así, a partir de ahora, Clippy se podrá añadir a la pantalla para acceder rápidamente al chat o simplemente dejarlo allí si la nostalgia nos atrapa. Obviamente, esto genera algunos conflictos e intereses encontrados. El primero y más superficial es qué tareas podrá hacer Clippy y cuán avanzado es en verdad. Pero el verdadero conflicto tiene que ver con los derechos. FireCube, el desarrollador, no tiene los derechos de este personaje y puede que Microsoft lleva a cabo alguna acción legal. Esta puede ir desde prohibir su uso hasta contratar al desarrollador, dependiendo del éxito de "Super Clippy".

Si Microsoft decidiera matar al asistente digital por tercera vez por motivos de derechos de autor, podría enfrentarse a otra ola de indignación como ocurrió en el pasado. Lo que queda claro es que todo va a depender del "alimento digital" que le hayan proporcionado para realizar sus tareas. Así, Clippy puede ir desde un simple asistente con capacidades mejoradas, a una IA en toda regla que cambié nuestra relación con los ordenadores, del mismo modo que lo hizo Alexa con los dispositivos del hogar. Si esto ocurriera, podría ser que Clippy decida vengarse de Microsoft por su muerte y hacerse imprescindible para nuestras tareas diarias.

Podría utilizarse en educación para sugerir preguntas y respuestas o controlar el acceso a noticias falsas. También podría ayudar a navegar por sitios de administración pública a personas mayores de edad que no se conectan a internet habitualmente. El campo de acción es enorme y su capacidad podría ser mayor de la que esperábamos.