Cambio climático
La IA no es la respuesta al cambio climático, sino la causa: incrementara el consumo de energía del planeta hasta duplicarlo en 2030
Google anunció que sus emisiones climáticas aumentaron casi un 50% en 5 años, Microsoft incrementó un 30% por culpa de la IA. Y esto incrementa la temperatura en un ciclo casi imposible de detener.
Esta semana, en su informe anual de sostenibilidad, Google anunció que sus emisiones climáticas habían aumentado un 48% desde 2019. Amazon genera tanto CO2 como Suiza (aumentaron un 40% desde 2019) y, por su parte, las cifras de Microsoftseñalan un incremento del 30% desde 2019. Y en todos los casos, detrás de estas cifras se encuentran las necesidades de consumo de la inteligencia artificial.
De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, el consumo y producción de energía son, con diferencia, los que más contribuyen al cambio climático mundial: representan más del 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono. Y es un círculo que se retroalimenta. Por un lado, el consumo anual de electricidad aumenta un 9,2% por cada +1 °C de temperatura media global y si aumenta el consumo, también se incrementa la temperatura.
El problema con la IA es que las empresas tecnológicas están construyendo vastas redes de centros de datos en todo el mundo para alimentar esta tecnología. Y es mucha la que necesitan. Cada vez que un usuario ingresa una solicitud en un chatbot o una herramienta de inteligencia artificial generativa, la solicitud se envía a un centro de datos. Y allí parte de la energía se consume para procesar la información (un 40%) y parte para refrigeración (40%), de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Y la IA necesita mucha más energía que los sistemas “convencionales”: varios estudios han demostrado que cada solicitud realizada a ChatGPT utiliza aproximadamente 10 veces la potencia de una sola búsqueda en Google.
Entonces, si Google cambia todas las consultas de búsqueda a IA (alrededor de nueve mil millones al año), podría incrementar el consumo de electricidad de la compañía por diez veces, si seguimos esta lógica. Y eso solo Google. Antes de la era de la IA, las estimaciones generalmente sugerían que los centros de datos representaban alrededor del uno por ciento de la demanda mundial de electricidad. El informe de la AIE dice que los centros de datos, las criptomonedas y la inteligencia artificial combinados utilizaron 460 TWh de electricidad en todo el mundo en 2022, casi el dos por ciento de la demanda mundial total de electricidad. Y la cifra podría duplicarse para 2026, igualando el consumo de Japón.
Pero hay más. Los centros de datos y sus redes de transmisión se han convertido en el principal impulsor del consumo mundial de energía. Actualmente, esto representa el 3% del consumo global y emite tanto CO₂ como Brasil. Las crecientes necesidades de energía tampoco muestran signos de desaceleración, ya que el consumo podría crecer de 460 teravatios-hora en 2022 a 1000 twh en 2026. Y se espera que la demanda de energía de los centros de datos se duplique para 2030. Y esto dificulta el objetivo que Microsoft, Google y Amazon tenían para los próximos años: los dos primeros querían reducir a cero sus emisiones en 2030, mientras que Amazon señalaba 2040 como fecha, algo muy complejo teniendo en cuenta que la empresa de Jeff Bezos ya es la mayor compradora de energía renovable del planeta. Y hasta Brad Smith, presidente de Microsoft, admitió la dificultad del objetivo: “la promesa la hicimos hace 4 años y era un salto a la Luna, pero se hizo antes de la explosión de la IA y ahora la Luna está cinco veces más lejos que en 2020”.
El diagrama es sencillo: la IA necesitará cada vez más energía, el consumo de energía aumenta la temperatura y el incremento de la temperatura dispara las demandas de electricidad. Se necesita más energía y la rueda sigue girando, impulsada por la IA.
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