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Supervivientes españoles del Irma: «Hemos visto lo mejor y lo peor del ser humano»
30 españoles procedentes de San Martín regresan a España tras el paso del huracán Irma. Han sido testigos de tiroteos y saqueos.
30 españoles procedentes de San Martín regresan a España tras el paso del huracán Irma. Han sido testigos de tiroteos y saqueos.
Dos mujeres embarazadas, cinco niños, una pequeña enferma de diabetes... Cada uno de los treinta españoles que aterrizaron ayer en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) procedentes de la asolada isla de San Martín traía consigo una aterradora historia. Varios han visto la muerte muy de cerca. Y algunos han perdido todo lo que tenían. Junto con otros 17 ciudadanos europeos y latinoamericanos conformaron el pasaje del avión fletado por el Ministerio de Asuntos Exteriores desde esta isla caribeña, poniendo así fin a una semana de angustia causada por paso del huracán Irma. Tras hacer escala en Santo Domingo, el avión llegó a la capital a las ocho de la mañana. Los familiares, emocionados, se abalanzaron hacía los pasajeros nada más poner el pie en tierra.
Los saqueos fueron uno de las tónicas de esta última semana. «Pasamos dos días oyendo tiros. La gente entraba en las casas a robar», afirmaba uno de los repatriados. «Una hora después de pasar el huracán, ya estaban desvalijándolo todo. Hemos visto lo mejor y lo peor del ser humano», relataba otro. Entre todos ellos se encontraba Sara Cerezo, la odontóloga de Pozoblanco (Córdoba) que ejercía su profesión en la isla y que relató en un vídeo auténticas escenas de terror durante los días más negros de la catástrofe. «Hay miles de muertos. Los cadáveres están flotando en las calles», afirmaba. Su padre, Francisco, se felicitó en Twitter por la noticia con el hashtag #ayudaparasara.
Sin embargo, otros no han tenido tanta suerte. «Mi coche, mi casa, mi trabajo... todo está destruido. Ya no puedo vivir allí», relataba a Efe una mujer. «Ha sido duro. He pasado 14 años en la isla y esto es lo que me queda: tres bolsas y mis dos niñas. Tengo que empezar una vida de cero», aseguraba otro pasajero a Antena 3.
Otros españoles optaron por no esperar al avión del Ministerio e irse antes. Es el caso de una joven española y su hijo, de apenas dos meses. Su familia, que prefiere preservar su identidad, relata a LA RAZÓN que la mujer «fue con el crío al aeropuerto de San Martín y, en medio de la pista, le dijo a los militares que no tenía con qué alimentar al niño, y que llevaba varios días dándole agua con polvo. Desde el martes al sábado estuvieron incomunicados, durmiendo en colchones empapados, sin poder lavar la ropa... Eran reticentes, pero, finalmente, los militares la dejaron subirse a uno de sus aviones con destino a Curazao».
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