Aventura científica
Mercedes Martín: «Sabemos más de Marte que de la Antártida»
La popular presentadora del tiempo en Antena 3, embarcada
en un viaje a la Antártida con más de 100 mujeres científicas
Homeward Bound, un prestigioso programa global de liderazgo femenino de la mano de Acciona y enfocado en las áreas Stemm (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina) se puso en marcha el miércoles de la semana pasada con una de las iniciativas más potentes del proyecto: un viaje a la Antártida del que forman parte 8 mujeres españolas de un total de 116 participantes de más de 20 países. Y dentro de él una licencia en Ciencias Ambientales, graduada en Oceanografía y Clima, con especializaciones en la Universidad Técnica de Múnich y el Museo de Historia Natural de Londres, más un Máster en Meteorología en la Facultad de Física de la Universidad de Madrid: Mercedes Martín, una de las expertas seleccionadas para este Homeward Bound –que podría traducirse como Regreso a Casa–. Y para Mercedes lo es, sin duda. A pesar de haber nacido en el otro extremo climático del mundo, en Écija (Sevilla). «A mí, desde muy pequeñita, ya me enseñaron a ver el cielo, las nubes…» –nos explicó Martín en conversación telefónica antes de partir–. «La repercusión que tenía los días de lluvia o los días de secano en los cultivos. Siempre estuve muy vinculada a la naturaleza. Pero en particular al océano. Cuando fui al mar por primera era muy pequeñita. Yo creo que yo tendría 2 años… Me quedaba absorta mirando las olas. Mi abuelo gestionaba una almazara, entonces yo, de alguna manera u otra, siempre estaba muy vinculado al mar. Y para mí es único, del mismo modo que nos referimos al espacio, podemos hablar del mar. Mis momentos más importantes han sido cerca, sumergida o navegando en el mar».
Martín considera la Antártida como un sitio que podría servir como metáfora de su presencia en los medios: vemos solo una parte. Esta experta en Meteorología se ha formado en algunos de los centros académicos más importantes del mundo y sigue buscando –navegando podríamos decir– para llevarnos a una comprensión de la meteorología (el clima del planeta), no del tiempo (la temperatura y otras variables de una región en una fecha determinada). Mercedes Martín busca el continente. Y también el contenido.
«La inmersión en este proyecto tiene mucho que ver también con esa parte académica e intelectual entre mujeres de diferentes países» –afirmó Martín–. «De culturas o religiones con una diversidad absoluta. Y será una gran oportunidad para aprender… Creo que a todos nos gusta aprender, nos gusta avanzar y crecer. Creo que este viaje es una oportunidad única… Me va a inspirar, o sea, me va a ayudar a reflexionar y a resetear. Vivimos en un mundo con tanta celeridad y con tanta información que a veces se hace difícil discernir lo que es real de lo que no. Para mi labor como meteoróloga, la parte científica como divulgadora y aprender de tantas científicas, en un entorno único, será una experiencia que nunca olvidaré».
La compañía, el momento, el conocimiento… Pero, ¿qué ocurre con el lugar? ¿Qué significa la Antártida? «Es verdad» –confirmó Martín–, «la Antártida es una de las grandes fronteras. Es un laboratorio y al mismo tiempo es un lugar en el que todos los países se han puesto de acuerdo para establecer colaboraciones. Es uno de los pocos lugares, sino el único de la Tierra donde se dialoga, se comparte, se colabora y se hace de una manera transversal».
Claro que esta es la parte humana, la parte académica, pero hay una parte geográfica que está muy vinculada a las querencias de Martín que van desde el hielo y el pasado del planeta, hasta el futuro. Uno del que ella tiene mucho que decir. «Es fundamental dentro del sistema climático, es muy sensible a los cambios. No podemos hablar de cambio climático sin referirnos a la Antártida. Al no estar habitado podemos decir que es un lugar orgánico, donde podemos medir bastante bien esa sensibilidad con respecto a los cambios o a las variables físicoquímicas. Comprender qué es lo que está ocurriendo o cómo responde la Antártida a esos cambios climáticos o a las variabilidades dentro del sistema climático nos da una idea de cómo era el pasado y se puede predecir el futuro. Los núcleos del hielo antártico nos ofrecen una información absoluta y clara respecto a los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la temperatura de la Tierra. Son registros de hace miles, millones de años, los más antiguos que tenemos. Es una de las zonas donde más rápido podemos comprobar esa aceleración del calentamiento global. Y, a pesar de lo mucho que estamos aprendiendo, la realidad es que sabemos más de Marte, que de la Antártida».
Claro que luego está también esa región inexplorada, no de la Antártida, sino de la propia Mercedes Martín, como científica y divulgadora, que conocerá en este viaje. «En este caso tengo una responsabilidad: no todos tenemos la oportunidad de ir a la Antártida. Podré comprobar con mis propios ojos qué es lo que está pasando, porque si es verdad que estoy familiarizada con datos y estudios, pero creo que verlo, sentirlo, escucharlo me va a llevar a otro lugar. Entonces lo veo como una responsabilidad a la hora de comunicarlo y de poder enseñar qué es lo que está pasando, cómo está pasando. Y todo eso surgirá del intercambio. Tengo muchísimas ganas de conocer a científicas que estén trabajando, sobre todo con tema de análisis o tratamiento de datos con inteligencia artificial… Me preocupa mucho el tema del del krill o de bacterias, de virus. Me gustaría relacionar los efectos del cambio climático, el deshielo, con los patógenos. Pero también mirar algún iceberg y reflexionar de a dónde hemos llegado».
Resulta paradójico que una experta en oceanografía, en modelos climáticos y una divulgadora, hable del tiempo. A primera vista tiempo y clima parecen vinculados, pero es solo sintaxis. La conversación con Mercedes Martín nos ha llevado a reflexionar sobre el tiempo, pero no aquel meteorológico, sino el de la medida humana. «Voy a cumplir un sueño –concluye–, que tuve desde pequeña y estoy reflexionando mucho. Si pudiera seguir soñando me gustaría descubrir cómo combatir el microplástico». Que es una forma de decir una máquina en el tiempo, una que la lleve, de vuelta, a la almazara de su abuelo. Y a su primer mar.
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