«Me da miedo la muerte, pero voy a estar atendida. Eso me da paz»

«Sé de sobra lo que tengo. No tengo solución. Me da miedo la muerte, pero sé que voy a estar atendida en todo momento y eso me da paz». Como ella misma explica al inicio de su conversación con LA RAZÓN, la historia de Mara tiene un final triste. Un final que está escrito aunque aún no se haya producido. No hace mucho, en concreto el 1 de febrero de este mismo año, le detectaron un tumor cerebral. Desde el diagnóstico, el pronóstico no fue bueno. «Me enteré sin venir a cuento. Fue mientras acompañaba a mi marido a una colonoscopia», recuerda. Mara quiso saber en todo momento lo que le estaba pasando. Lo explica con tono firme, con la misma determinación que tuvo cuando decidió que quería ser consciente de todo lo que iba mal hasta el final. «Fui a Urgencias y ya no he vuelto a salir». Lo cuenta desde su cama en la Fundación Vianorte-Laguna de Madrid. La acompañan su hermana, Loli, y su marido, Manolo. Mientras habla, el Congreso de los Diputados tumba la enmienda a la totalidad del PP a la ley de eutanasia que quería sacar adelante el PSOE. Los tres reclaman la necesidad de legislar el derecho universal de acceso a cuidados paliativos.

Como ella misma reconoce, dentro de la desgracia, al menos Mara no tiene dolores. «Estoy tan bien atendida que no puedo pedir más. Y sé que va a ser así hasta el último momento», dice. Ante todo, valora el tacto de los facultativos que la atienden día a día. Ellos la tranquilizan y la cuidan. Sabe que «no va sufrir», una «suerte» que no tiene todo el mundo. Porque, como denuncian tanto pacientes y familiares como profesionales, el panorama de los cuidados paliativos en España no es el más alentador. «Ahora se están tramitando muchas leyes, algunas incluso para acabar con la propia vida. Yo soy partidaria de que no haya dolor. Todo el mundo debería tener acceso a centros como éste». Y como no es un «privilegio» del que pueda disfrutar todo el mundo, los familiares de Mara lo aprecian aún más. «Le digo todos los días que es una privilegiada. Yo no sé lo que me va a tocar», subraya su hermana.

Según los datos, en España mueren al año alrededor de 75.000 personas sufriendo dolor. «Si se aprobase la eutanasia les estaríamos ofreciendo la muerte como única alternativa», indica Javier Rocafort, director médico de la Fundación Vianorte-Laguna. De hecho, la Comisión Europea emitió una serie de recomendaciones, nueve en total, a cumplir por los estados miembros para garantizar el acceso a los cuidados paliativos. De acuerdo a los expertos, España no sigue siete de ellas.