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La Virgen del Rocío recorre la aldea entre salves, vivas y cantes

A las 2:34 horas, casi una hora antes que en 2017, los almonteños se hacían con las andas de su Patrona

La Virgen del Rocío ha regresado a su ermita en torno a las 11.30 horas, después de más de ocho horas y media de procesión por las calles de la aldea del Rocío, en la que ha estado arropada por multitud de devotos.

La Virgen del Rocío ha regresado a su ermita en torno a las 11.30 horas, después de más de ocho horas y media de procesión por las calles de la aldea del Rocío, en la que ha estado arropada por multitud de devotos. A las 2:34 horas, casi una hora antes que en 2017, los almonteños se hacían con las andas de su Patrona, protagonizando una estampa inédita, ya que en vez de comenzar de forma inmediata la procesión esperaron unos quince minutos para moverla, hasta que el Simpecado de la Matriz llegó al Santuario.

A las 2:53 alcanzaba el dintel del mismo para comenzar su tradicional recorrido por la aldea visitando a las hermandades filiales, la primera de ellas la de Huévar del Aljarafe (Sevilla). La normalidad ha marcado una procesión que se ha desarrollado, tal y como se preveía, más rápida que el año pasado, cuando este momento se registraba sobre las 13:10 horas.

A lo largo del recorrido no han faltado estampas típicas del que es el acto central de la romería: los 'vuelos' de niños hasta la Virgen para recibir su protección, los capellanes de las hermandades a hombros de sus hermanos rezando la salve o los devotos cantándole sevillanas desde diferentes casas haciendo canción la plegaria.

Todo ello, entre continuos vítores, oles y palmas, y emoción, mucha emoción, reflejada en sus fieles, mucho de los cuales no han podido contener las lágrimas. Un año más, la procesión ha cumplido su finalidad, y la Virgen del Rocío ha podido visitar a sus 121 hermandades filiales para agradecerles su presencia en la aldea para participar en la romería.

Alrededor de las 11.25 horas las campanas del Santuario indicaban que la imagen iba llegando de nuevo a su casa, algo que ha tenido lugar tras recibir, a ritmo de palmas, la tradicional petalada desde los balcones de la casa de la Hermandad Matriz de Almonte, la última de tantas recibidas durante la madrugada.

Después de su entrada en el Santuario, que ha hecho como es tradicional de cara a los fieles, los almonteños han salvado la distancia hasta el altar, a través de una marea de gente que copaba la nace central del mismo, para colocar a la imagen, dando con ello por concluida la romería de 2018.