El Gobierno obligará a que móviles y dispositivos incorporen un control parental gratuito

El 94,8% de los adolescentes dispone de un teléfono móvil con internet y un 90,8% se conecta todos o casi todos los días. Es más, el 98,5% de los adolescentes está registrado en alguna red social y hasta un 83,5% lo está en tres o más de tres. Estos son algunos de los datos que recoge el diagnóstico sobre el impacto de los entornos digitales en menores de edad realizado por un comité de medio centenar de expertos para el Ministerio de Juventud e Infancia, y que ha llevado a presentar hoy en el Consejo de Ministros el anteproyecto de ley, en el que también han trabajado otros departamentos como el Ministerio de Presidencia y Justicia y el de Transición digital.

«Se trata de una regulación que consagra, por primera vez en España, los derechos de los menores en el entorno digital, a través del artículo 2 de este anteproyecto de ley», explican fuentes del Gobierno.

Una de las medidas que incluye este texto de protección a la infancia es la obligación a las empresas fabricantes de móviles, tablets, ordenadores y televisiones inteligentes de incorporar controles parentales para limitar el acceso a los menores a determinados contenidos según decidan sus progenitores.

«Será un control que vendrá incorporado por defecto en todos los dispositivos y fácil de configurar por parte de los padres», explican desde el Gobierno. Así, serán los padres o tutores los que podrán decidir qué aplicaciones, servicios y contenidos restringirán a los menores a su cargo.

La presentación del anteproyecto viene acompañada de una Estrategia Nacional para la protección de la infancia y la juventud en los entornos digitales, que, según está previsto, el Gobierno de Pedro Sánchez aprobará en otoño, una vez que el Comité de Expertos creado con ese objetivo entregue su informe el 20 de junio.

Otro de los pilares de este texto está relacionado con el ámbito educativo. Incluirá así un plan de alfabetización digital para que de manera transversal se impartan desde edades tempranas, eso es en primaria y secundaria, conocimientos para la autonomía de los menores en el ámbito digital y herramientas para combatir, por ejemplo, los «fake news». Eso se realizaría a través de contenidos propios dentro de asignaturas ya establecidas y no mediante nuevas materias del currículo.

También se llevará a cabo la regulación del etiquetado y de las advertencias de todos los productos digitales sobre los contenidos aptos o no para menores de las aplicaciones. «Es necesario utilizar un lenguaje accesible para niños y niñas, incluso para aquellos que tengan alguna discapacidad o los que estén dentro del espectro autista», puntualizan.

Sobre lo que no habrá cambios es en la relación al control en sí de contenidos o páginas, como los pornográficos, que ya incluyen la exigencia de ser mayor de edad para acceder a ellos. Un control precario y fácil de esquivar, ya que no exige una verificación real de la persona que está accediendo a dichos contenidos.

La tecnología avanza a pasos agigantados y los niños tienen acceso a todo tipo de contenidos desde muy pequeños. Según los datos que maneja el Ministerio de Juventud e Infancia, la edad media de tener el primer móvil, uno de los principales dispositivos digitales a los que tienen acceso los y las menores, es de 10,96 años (11 años), según el informe «Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades», elaborado en 2021 por Unicef. Además, el estudio de FAD «Juventud, Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud» indica que los principales usos que hacen del entorno digital son para comunicarse (84,1%), buscar información (83,6%) y ocio digital (79,9%). A ello dedican casi siete horas al día de conexión.